O P I N I O N
Lamentablemente una característica del gobierno que
tiene bajo su responsabilidad Claudia Shienbaum Pardo, es
que desde su inicio, ha tenido que dedicar la mayor parte de
su tiempo a tratar de solucionar los problemas que en todos
aspectos le heredó su antecesor.
Siendo los más graves, la corrupción y su relación con los
grupos del llamado crimen organizado, que el gobierno
norteamericano que encabeza Donald Trump, clasificó de
inmediato como organizaciones terroristas, con todo lo que
esta clasificación implica desde el punto de vista del actual
gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (EU).
Situación que sospechosamente, produjo una serie de
inconformidades o incomodidades, como se le quiera ver,
inmediatamente entre algunos personajes de primer nivel
de la actual administración federal que domina la
autollamada “cuarta transformación” (4T).
Lo que a últimas fechas se está repitiendo con la salida del
país de los familiares del “Chapo” Guzmán y su llegada al
vecino país del norte. Acción que ha causado tal
incomodidad o temor entre el primer círculo de la actual
administración federal, que el tema, ya fue abordado en la
demagógicamente llamada “mañanera del pueblo”. En
forma tal, que la Presidenta ha expresado que el gobierno
de los EU tiene que informar al Gobierno de México, de la
llegada de estas personas a su país. Lo que no es así, ya que
los ciudadanos mexicanos que se fueron lo hicieron por su
propia voluntad – hasta donde se sabe – y en el vecino
país no fueron detenidos por autoridad alguna a su llegada,
porque todo indica que allá no han cometido ningún delito y
por lo que se sabe, aquí tampoco, pues no fueron
expulsados ni extraditados por las autoridades mexicanas.
Pero lo que ha motivado tal incomodidad o temor, es que
los hijos del “Chapo” Guzmán, allá se convirtieron en
testigos protegidos, lo que de ser delincuentes comunes, los
convierte de alguna forma en aliados de las autoridades
norteamericanas, situación que sí implica un gran peligro
para algunos delincuentes que están protegiéndose y
escondiéndose aquí en México.
Situación esta, de los llamados “chapitos” que apenas
está iniciando y que coincide con la suspensión de visas a la
gobernadora de Baja California Marina del Pilar y su esposo,
así como también al gobernador de Tamaulipas, Américo
Villareal, sin explicación alguna de parte de las autoridades
del vecino país del norte.
Definitivamente tiene razón la Presidenta en preocuparse,
ya que no se sabe que dirán estos testigos protegidos y
hasta donde llegarán con sus acusaciones. Usted qué opina,
estimado lector. Hasta el lunes. noti-sigloxxi@hotmail.com
(Fech. Púb. Vier. 16-mayo-25) INVITACIÓN: Escúchenos hoy
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