Punto de Vista
Filiberto Vargas Rodríguez
Prefacio.
¡Excelente noticia la que nos dio este lunes la gobernadora Rocío Nahle! *** “Ya
es la última semana, el miércoles es el último día de campaña; de nuestra parte
vamos a respetar lo que el pueblo elija en los 212 municipios”, dijo. *** Eso, por
supuesto, es alentador para los ciudadanos veracruzanos, aunque con una
salvedad: ya es noticia vieja. En los hechos, Rocío Nahle prometió algo parecido
hace seis meses. *** Sí, quizá alguno de sus asesores jurídicos le pueda recordar
que el primero de diciembre del 2024, frente al Pleno del Poder Legislativo,
protestó “guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, la del Estado y las Leyes que de ambas emanen”. *** Y déjeme
decirle: las elecciones municipales emanan de ambas constituciones y, por lo
tanto, en cumplimiento a lo que protestó frete a los 50 legisladores, usted como
gobernadora debe respetar la decisión popular, emanada del voto, el próximo
primero de junio. *** Lo curioso del caso es que, en la misma conferencia de
prensa en la que reiteró su compromiso de respetar la decisión popular en las
elecciones municipales, la gobernadora dio a conocer que su gobierno, su
administración, solicitó al Organismo Público Local Electoral (OPLE) sustituir a
Efrén Basilio Tadeo como presidente del Consejo Municipal en Sayula de Alemán,
pues advierte que se configura un posible conflicto de intereses, ya que dicho
funcionario electoral es tío de la candidata a síndica por el Partido del Trabajo
(PT), Natali Basilio. *** ¿No es esa, acaso una tarea de los partidos políticos y sus
representantes ante el OPLE? La organización de las elecciones corresponde a
ese organismo supuestamente autónomo, denominado OPLE-Veracruz, con el
respaldo de otro ente autónomo, el Instituto Nacional Electoral (INE). El único
papel que compete al Poder Ejecutivo estatal es garantizar la celebración de
elecciones pacíficas, lo que -por cierto- no está consiguiendo.
Los parámetros de los partidos políticos para medir el éxito -o fracaso- es muy
distinto. Morena ha insistido hasta el cansancio en que van por el “carro completo”
(212 triunfos), pero la gobernadora y el dirigente estatal de esa fuerza política
tienen claro que, si quieren ser bien calificados por este proceso deben obtener la
victoria en al menos 150 municipios.
Hay otros partidos políticos (PRI y PAN, por ejemplo) que asumen que ya no
tienen la fuerza de otros tiempos y que se han impuesto como meta (aunque no lo
admitan ante la prensa) rescatar al menos la misma cantidad de municipios que
obtuvieron en el 2021.
Renglón aparte merecen los “aliados”, partidos parásitos que viven de las sobras
que les deja el partido mayoritario. El año pasado jugaron ese papel los partidos
Verde y del Trabajo. Para este proceso municipal, el PT decidió “jugar sus propias
fichas” y no hizo alianza con Morena. El Verde, por su parte, aplicó aquella
máxima que dice “mientras menos burros, más olotes” y mantuvo, aunque de
manera parcial, su coalición con el partido en el poder.
El PT y el Verde buscan convertirse (tienen esa encomienda) en la segunda fuerza
política de Veracruz, pero no será una tarea sencilla: se les atraviesa Movimiento
Ciudadano.
El llamado “Partido Naranja” ha tenido un crecimiento lento, pero sostenido en el
país y en Veracruz. Desde hace un buen rato apostó por competir solo y
presentarse como “la verdadera oposición”. Sus candidatos suelen ser muy
llamativos y, por lo tanto, bastante competitivos. No siempre ganan, pero siempre
suman más votos que en los procesos previos.
Fue con esa estrategia que se levantaron con el triunfo en dos de las entidades
más importantes del país: Nuevo León y Jalisco. En su lista de prioridades
aparece Veracruz.
Para este proceso electoral, Movimiento Ciudadano presentó fórmulas
competitivas en los 212 municipios y en muchos de ellos se han convertido en la
gran sorpresa del actual proceso. Su coordinador estatal, Luis Carbonell de la
Hoz, ha recorrido toda la entidad y les ha brindado su respaldo a todos los
aspirantes del partido color Naranja, los que muestran, además, un gran
entusiasmo y convicción de triunfo.
A todo ello se suma la presencia constate, en los más diversos puntos de la
entidad, del coordinador nacional de ese partido, Jorge Álvarez Máynez, que
inyecta ánimo a su militancia.
Con tal fuerza ha irrumpido MC en este proceso electoral, que el dirigente estatal
de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, ocupa buena parte de su tiempo y de sus
recursos -que no son pocos- a combatir a los candidatos del partido naranja.
Movimiento Ciudadano, sus dirigentes y su militancia, están convencidos de que a
partir de este proceso electoral se pueden convertir en la segunda fuerza política
en Veracruz. Están haciendo un esfuerzo extraordinario para conseguir ese
objetivo.
Muy pronto, el próximo domingo, habremos de saber si lo consiguieron.
Epílogo.
Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, no se anduvo por las ramas: acusó
de manera directa, sin eufemismos, a Morena de querer “robarse la elección” y de
buscar “ganar a la mala”, pero advirtió que su partido no lo va a permitir. ***
Calificó a la actual administración estatal como “un gobierno fallido” y afirmó que
temas tan sensibles para la sociedad, como la inseguridad, se les salió de control:
“un gobierno que ha sido incapaz de generar condiciones de competencia política.
Está desbordada la delincuencia, está desbordado el crimen, están los servidores
públicos de Morena desviando recursos y haciendo campaña, todos los días
violando la ley”. *** El dirigente nacional del PRI visitó este lunes Xalapa y
acompañó en un par de eventos a su candidato Silvio Lagos. Después viajó a
Boca del Río para seguir impulsando las candidaturas del partido tricolor. *** Lo
anticipamos en este mismo espacio: alguien desde palacio de gobierno está
“meciendo la cuna” y patrocina la movilización de sindicatos magisteriales que se
inició este lunes. ¿De verdad piensan que la gobernadora se tragará ese cuento?
filivargas@gmail.com