Sin tacto
Por Sergio González Levet
Apenas el 23 de mayo de 2024, el cabildo xalapeño nombró como nuevo cronista
de la ciudad a un historiador ex oficio, el señor Jorge Díaz Bartolomé, quien ha
realizado una fecunda labor desde su Asociación Civil Xalapa Antiguo para
rememorar la historia y muchos documentos gráficos de la historia de la capital de
Veracruz.
Don Jorge sustituyó al maestro emérito Vicente Espino Jara, una persona
dedicada en cuerpo y alma al estudio de la historia durante su pródiga carrera
como maestro, pero también un extraordinario compilador y un acucioso genio del
resguardo, que aplicó su talento y sus esfuerzos personales en la preservación de
la biblioteca del Colegio Preparatorio de Xalapa, conocido como la Prepa Juárez.
La razón que dio la comuna hace poco más de un año para el cambio de
cronista fue que Espino Jara había “concluido su ciclo laboral dentro del
Ayuntamiento”, lo que dio pie a ciertas sospechas sobre la razón verdadera de su
renuncia involuntaria, que nunca fue dada a conocer oficialmente.
Hoy que se acerca el cambio en la Presidencia Municipal dentro de cinco
meses y medio, seguramente el cronista Jorge Díaz Bartolomé concluirá su “ciclo
laboral” y la nueva autoridad encabezada por la socióloga Daniela Griego Ceballos
se dará a la tarea de buscar una persona idónea que cumpla con la
responsabilidad de conservar y acrecentar el patrimonio histórico de Xalapa.
Tal vez la licenciada Griego Ceballos, que es una extraordinaria administradora,
podría pensar que es tiempo de poner o reponer en el cargo a un apasionado de
la salvaguardia, a un vehemente conservador -dicho en el sentido historiográfico
del término.
Allá a mediados del siglo pasado, el título de cronista municipal lo ejerció con
señorío y prestancia el maestro David Ramírez Lavoignet, un historiador tan añejo
que terminó contando la historia como anécdotas de su vida fértil y larguísima. En
un momento dado, a don David también se le terminó el “ciclo laboral” allá por los
años 70 del siglo 20 y algún alcalde le dio las gracias con el fin de utilizar el puesto
para agraciar a algún personaje poderoso e influyente, pero lo único que logró fue
que la comuna perdiera a uno de sus más celosos guardianes, como sucedió
igualmente con el maestro Espino Jara, y el título de cronista se convirtiera en una
especie de unción caballeril.
El próximo primero de enero la ciudad amanecerá al año que comienza con una
nueva autoridad municipal, y con ella el entusiasmo de nuevos funcionarios que
comenzarán una etapa diferente en el desarrollo de la Atenas Veracruzana.
Ojalá que Daniela Griego utilice su talento y decida poner un cronista de
acuerdo con las necesidades de estos tiempos tan cambiantes.
Vamos a ver qué pasa; vamos a ver quién pasa.
sglevet@gmail.com