Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
Debido a su ineptitud, incapacidad y carencia de miras para
gobernar un estado como Veracruz, Cuitláhuac García se
convirtió en un lastre casi desde el principio de su
administración. Sin embargo y contra viento y marea, el
presidente López Obrador lo ha sostenido por una razón:
porque ha compensado sus dislates con un 100 por ciento de
fidelidad. Y eso es algo que valora el tabasqueño.
Pero es tan maleta que se ha convertido en un dolor de
cabeza para la presidenta electa Claudia Sheinbaum que no
sabe qué hacer con él.
Claudia tiene la consigna presidencial de acomodarlo por ahí
para que siga medrando del presupuesto y eventualmente,
evite acusaciones que lo puedan llevar a prisión.
El problema es dónde ponerlo.
El propio Cuitláhuac se encargó de “sugerir” mediante
columnistas amigos la posibilidad de ocupar las carteras de
Gobernación, Relaciones Exteriores, Economía, SEP,
Energía, Sedesol o ya de pérdida la secretaría de Turismo.
Pero no hubo nada para él.
Optimista como pocos, pensó que no le caería nada mal
formar parte del gabinete ampliado como director del IMSS
o jefe de la Oficina de la Presidencia. Pero también lo
batearon.
Ahora ha puesto la mira en la Comisión Federal de
Electricidad y hacia esa dependencia están enfilando las
baterías sus seguidores.
¿Será?
Futa…
A menos que Claudia quiera que un día México entero
amanezca fundido, no la veo ungiendo al gobernador como
próximo titular de la CFE, por muy ingeniero mecánico
electricista que sea.
Aunque los últimos trascendidos (porque eso son lector,
trascendidos) dicen que obligada por López Obrador, a
Sheinbaum no le quedará de otra que nombrarlo director de
la CFE, pero sólo en lo que toma posesión de su cargo y se
acomoda en la silla presidencial. Después le dará las gracias
y lo subirá para abajo como jefe o subjefe de una oficinita
cualquiera donde se dedique a resolver crucigramas.
Otros afirman que en efecto irá a la CFE, pero no a la
dirección sino a alguna subdirección donde no haga el daño
que su ineptitud e incapacidad hicieron en Veracruz.
Lo que sí es seguro es que la próxima semana se develará el
secreto que lo tiene pegado al celular y a los veracruzanos
con el deseo infinito de que ya se largue.
Y es que el tipo se ha convertido en un estorbo para los
propios morenos. Y en algo más que un gobernador
incómodo, no sólo para la raza jarocha y para la presidenta
electa, sino para la también gobernadora electa Rocío Nahle,
a la que le entregará un estado en el desastre casi total.
bernardogup@hotmail.com