¿SE LE CAERÁ EL PAÍS O EL PAÍS LE CAERÁ ENCIMA?

Oct 8, 2024 | Columnas

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Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
En uno de los momentos más álgidos del segundo debate
entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, ésta le dio a su
adversaria un soberbio descontón: “Eres la señora de las
mentiras. Se te cayó un colegio porque no aplicaste
Protección Civil, se te cayó el Metro porque no le diste
mantenimiento. Tu no serás presidenta porque se te va a caer
el país”.
Pero Claudia llegó a la presidencia y el día de su toma de
posesión los delincuentes le dieron la bienvenida con 80
asesinatos violentos; el día 2 de octubre fueron 85; el día 3 se
contabilizaron 97 y entre viernes y domingo se cometieron
226 asesinatos para un total de 488 en los primeros seis días
de su gobierno. Y si a estos le sumamos los 78 de ayer, son
566 las muertes violentas; más de medio millar en siete días.
Ya con la banda tricolor sobre el pecho y frente a sus
seguidores en el Zócalo capitalino, Claudia dijo: “La
Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas es una civil,
es mujer y nunca vamos a dar una orden para reprimir al
pueblo”.
Al día siguiente y en su primera conferencia mañanera que
coincidió con el aniversario número 56 de la matanza del 2
de octubre en Tlatelolco, la secretaria de Gobernación Rosa
Icela Rodríguez, pidió perdón a nombre del Estado mexicano

por ese crimen de lesa humanidad que cometió el Estado
mexicano. Se volvió a hablar de que jamás se daría la orden
de reprimir al pueblo y horas después, militares atacaron a
un grupo de migrantes en Chiapas, mataron a seis e hirieron
a diez.
¿Claudia dio la orden de que dispararan? Por supuesto que
no. Pero al apresurarse a decir que dos soldados están en
manos de las autoridades para que responsan por estos
hechos, los está dejando a su suerte y se está deslindando del
hecho, cuando como Comandanta Suprema debería
responder por ellos.
Sin el apoyo de su Presidenta, esos soldados y sus familias
están viviendo una tragedia. Y esto puede ser la mecha que
prenda el descontento de las Fuerzas Armadas por la
costumbre de los presidentes emanados de Morena de
deslindarse de ese tipo de responsabilidades.
Lo mismo ocurrió con López Obrador cuando ordenó al
secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, dar a
conocer el nombre del mando que encabezó la detención de
Ovidio Guzmán en el famoso “Culiacanazo”.
El general secretario obedeció a su superior y soltó el
nombre en público, con lo que puso al soldado en la mira de
los delincuentes que ni perdonan ni olvidan. Y al lavarse las
manos de esa manera, López Obrador dio muestras de lo
poco que le importaba la vida de esos hombres y mujeres
que lo arriesgan todo por su patria… y por su presidente.

Lo mismo está haciendo Claudia al mandar al cadalso a esos
soldados que de seguro obedecieron la orden de disparar.
¿Qué clase de Comandanta Suprema es la señora?
El viernes por la mañana el alcalde de Chilpancingo,
Alejandro Arcos, dio la última entrevista de su vida
(obviamente sin saberlo) al periodista Ciro Gómez Leyva.
En ella manifestó su pesar por el asesinato del secretario del
ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia y pidió la protección
de las autoridades. Pero fue asesinado y decapitado horas
después cuando tanto él como su segundo de a bordo, habían
tomado posesión de sus cargos apenas seis días antes.
Claudia Sheinbaum, que ofrece sus conferencias de prensa
en el Salón Tesorería como lo hacía López Obrador, que lo
hace con el mismo formato de López Obrador, que invoca
con preocupante frecuencia al “presidente” López Obrador y
a la que señalan de ser títere de López Obrador, dio la misma
respuesta que López Obrador: “Lamentamos mucho la
muerte del alcalde… las autoridades ya investigan”.
Lo cierto lector es que el ambiente se está poniendo muy
espeso. En algunos puntos de la geografía nacional se respira
hartazgo, furia, frustración y desesperanza, que se pueden
desparramar al resto del país y convertirse en algo más que
una migraña para la titular del Ejecutivo.
Es tanta la presión que hay sobre Claudia Sheinbaum que
nadie esperará cien días para evaluar a su gobierno. Si en los
primeros cincuenta días no se ven resultados efectivos contra
la inseguridad y la violencia, puede que no se le caiga el país

como lo pronosticó Xóchitl Gálvez, pero sí que el país le
caiga encima.
Aguas, señora Presidenta
bernardogup@hotmail.com