Punto de Vista.
Filiberto Vargas Rodríguez.
Prefacio.
En los tiempos del gran predominio priista (muy parecidos a los que hoy se viven
con Morena) había un factor que se privilegiaba al momento de tomar decisiones.
Le llamaban “disciplina partidista”. *** Cuando un actor político de mayor nivel
jerárquico le pedía a alguien de su mismo partido que demostrara su “disciplina
partidista”, se entendía que tendría que acatar las instrucciones sin rechistar, sin
argumentar, sin hacer una sola manifestación de descontento. *** Así, de pronto el
más fuerte aspirante a una candidatura tenía que declinar luego de recibir una
llamada en el que se le conminaba a dejar esa posición. A cambio, regularmente
se recompensaba esa muestra de “disciplina” con algún cargo de consolación. ***
Décadas más adelante, algunos legisladores priistas se quejaban de que, en el
afán de conseguir los votos para la aprobación de algo que le interesara al
gobernante en turno, se lanzaban poderosos cañonazos de billetes a los diputados
de la oposición, mientras que a “los de casa” sólo les invocaban la “disciplina
partidista”. *** Esto viene a cuento porque los legisladores locales de Morena y de
los partidos aliados (PT y Verde) acataron sin queja alguna la instrucción de
aprobar, por la vía más rápida, reformas a la Constitución de Veracruz en materia
de administración de justicia “para adaptarlas a las reformas que se aprobaron a
nivel federal”. *** Así, en diciembre fue enviada un paquete con reformas a
diversos artículos de la Constitución local y, a través de la mayoría calificada que
poseen, los diputados afines al gobierno la aprobaron sin problemas. *** Bueno,
sin problemas… hasta que a alguien se le ocurrió leer esas modificaciones. *** Ni
hablar, el pragmatismo, ante todo. Como reza una ley de la burocracia: “el jefe
nunca se equivoca, y si se equivoca, vuelve a mandar”. De inmediato les
ordenaron a los especialistas que redactaran una nueva iniciativa de reformas
para reformar lo ya reformado. *** Así, como ese galimatías, fue el parche que le
pusieron a la Constitución de Veracruz, justo donde la habían parchado hace
menos de un mes. *** ¡Misión cumplida, jefe!
Es un error recurrente entre las autoridades de gobierno: no entienden que no
basta con que un funcionario haga una afirmación para darla por cierta.
Sucedía con mucha frecuencia en la administración de Cuitláhuac García. Algún
medio de comunicación difundía alguna irregularidad de su gobierno y, en
respuesta, el gobernador salía a decir que esa noticia faltaba a la verdad. No daba
explicación alguna, no presentaba evidencias, se limitaba a descalificarla y asumía
que con ello todos los medios la tirarían a la basura.
Cuando se habla de dirigir un gobierno con transparencia, esa intención se tiene
que confirmar en los hechos.
Este fin de semana circuló una nota informativa -supuestamente difundida por el
equipo de la gobernadora Rocío Nahle- en la que se afirma que, con la
rehabilitación de las casetas de inspección zoosanitarias de Agua Dulce, Jesús
Carranza y Las Choapas se “ha logrado preservar la sanidad del ganado en la
zona sur”.
La nota atribuye a la gobernadora Rocío Nahle la siguiente afirmación: “Con estas
tres casetas se ha estado realizando la inspección de todo el hato ganadero que
ingresa desde entidades vecinas o circula por el estado, obteniendo excelentes
resultados”.
La nota ha despertado la suspicacia de los especialistas en materia de sanidad
animal.
En primer lugar, tres casetas de inspección son insuficientes para revisar “todo el
hato ganadero que ingresa desde entidades vecinas o circula por el estado”. Se
preguntan, además, quiénes se encargan de la movilización del ganado, quiénes
se encargan de subir y bajar el ganado de las unidades de transporte. Ese dato,
que parece simple, resulta de gran importancia, pues si lo hace gente improvisada,
se corre el riesgo de lastimar y hasta de causar la muerte de las reses.
Para movilizar el ganado y someterlo al baño por aspersión se necesita contratar a
vaqueros expertos, que cuenten con equipo especializado, como arreadores
eléctricos, mangas para lluvia, overoles, guantes y botas.
La nota informativa exhibe un exagerado optimismo, pues señala que la
gobernadora Rocío Nahle destacó que ese blindaje (el de las tres casetas de
inspección) “contribuirá a que la producción cárnica de Veracruz alcance los
estándares internacionales”, siguiendo las recomendaciones del Servicio Nacional
de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, con el propósito de prevenir el
ingreso de enfermedades como el gusano barrenador.
Y declara: “Tenemos una serie de recomendaciones derivadas del Tratado de
Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Para que nuestros ganaderos
puedan vender o exportar carne, necesitan mantener una sanidad animal
adecuada, tanto para el comercio exterior como para el consumo interno”.
Las cosas, sin embargo, no son tan sencillas.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por su sigla en inglés)
negó las versiones de que el próximo 20 de enero se podrían reanudar las
importaciones de ganado de México y aclaró que no existe una fecha determinada
para que eso suceda.
Por otra parte, la titular del sector agropecuario de Sonora, Célida López Cárdenas
dijo que estaba en espera de una respuesta por parte de los representantes del
Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales (Aphis, por sus siglas en
inglés) para ver cuándo llegarían a aquella región a hacer las inspecciones
pertinentes.
La funcionaria admitió que, tan sólo en esa entidad, se han dejado de exportar
más de 100 mil cabezas de ganado: “Son un promedio de 2,500 a 3,000 cabezas
diarias que se han dejado de exportar; ya llevamos más de 35 días, tenemos un
retraso considerable”.
Ella misma reconoció que no será un proceso rápido, debido a que el cruce no se
hará de la forma planteada en un inicio, aunque confía en que, conforme se
avance, la movilización habrá de agilizarse hasta que recuperar los tiempos
anteriores.
No caigamos en el error de pintar escenarios fantasiosos. Tres casetas de
inspección (cuya rehabilitación no ha concluido) no son suficientes para frenar la
entrada de ganado infectado del sur del país. Las autoridades no han informado
sobre la contratación de especialistas para la inspección y desinfección del hato
ganadero, y una vez que cumplan con todos los protocolos que puso el gobierno
de Estados Unidos, tendremos que esperar a que inspectores de aquel país
certifiquen la movilización y autoricen el cruce de las fronteras.
Nada de eso se dará en pocos días.
Epílogo.
Movimiento Ciudadano (MC) hizo un buen negocio la semana pasada. Perdió (si
se le puede llamar así, porque nunca fue suyo) a quien fuera su candidato al
gobierno estatal el año pasado, Polo Deschamps, quien se registró en el proceso
interno de Morena para competir por la alcaldía de Alvarado, pero sumó a sus filas
a Román Moreno, joven y entusiasta empresario xalapeño, quien hizo fórmula con
Américo Zúñiga por la diputación federal en Xalapa. *** Román Moreno ya abrió
sus cartas y confirmo que está interesado en competir por la alcaldía de Xalapa.
Su experiencia al lado del experimentado político Américo Zúñiga, sin duda le
habrá de servir para brindar una buena batalla. ¡Suerte!
filivargas@gmail.com