Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
De acuerdo al dirigente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, fueron 5,104 las
personas que se registraron en la plataforma de su partido como aspirantes a
presidentes/presidentas municipales, síndicos/síndicas y regidores/regidoras.
De esa cifra, 2,100 pretenden ser candidatos o candidatas a alcaldes o alcaldesas, un
verdadero titipuchal para tan solo 212 ayuntamientos, o sea, 1988 automáticamente se
quedarán solo como militantes o simpatizantes en espera de otra oportunidad.
Del total que se registró, 3,087 son hombres y 2,017, mujeres, aunque 30 por ciento de
ellos se identificó con otro género.
Si nos atenemos a lo que dijo el senador y exdirigente estatal de ese partido, Manuel
Huerta, de que muchos son “arribistas”, estaríamos ante la plena vigencia de la famosa
frase del “Tlacuache” César Garizurieta de que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el
error”, frase llevada hasta sus últimas consecuencias.
Como periodista, vengo de la época de esplendor del PRI cuando los sectores y
organizaciones de ese partido, de todo el estado, las “fuerzas vivas”, enviaban telegramas
–el telégrafo era lo más moderno y avanzado que existía para enviar mensajes lo más
pronto posible– al gobernador en turno pronunciándose por determinada persona.
Era un número bien montado para aquellos tiempos, que todos se lo creían, aunque
supieran de antemano que la decisión ya estaba tomada en Xalapa, pero todos se iban a
la cargada porque nadie se quería quedar fuera de la gracia, la consideración y los
favores del que iba a llegar al poder.
Era un estilo de ejercer el poder y decidir, para favorecer a quien se quería favorecer.
Desde Xalapa se tiraba línea para que “el pueblo” se pronunciara. Aparte de los
telegramas, se pagaban y publicaban planas enteras de adhesión en los principales
–pocos entonces– diarios del estado.
Cada etapa histórica, cada época y cada gobernante tienen su propio estilo de ejercer el
poder y decidir, y Morena y Rocío Nahle no son la excepción.
Ahora mismo me extraña –y me apena porque algunos son mis conocidos y sé que los
animan los mejores propósitos– que hay quienes creen a pie juntillas, no obstante los
años que tienen en estos trotes, que habrá verdadera democracia, que se impondrá la
voluntad popular, la decisión de la mayoría. Puede que en algunos casos así ocurra, pero
hay otros factores que, sin duda, influirán y se tomarán en cuenta y con base en ello se
determinará.
La “democracia dirigida”
Por las referencias que voy teniendo, entiendo que el estilo de la gobernadora Rocío
Nahle es el de la “democracia dirigida”, por usar el término que acuñó en 1922 el
periodista Walter Lippmann en su obra fundamental Public Opinion y que el PRI adoptó y
llevó hasta sus últimas consecuencias.
A qué me refiero: a que sé que con toda oportunidad Rocío instruyó a quienes desea que
sean la primera autoridad de los principales municipios del estado que se inscribieran
como aspirantes, esto es, juega con sus propias candidatas y candidatos, si bien guarda
las formas pues cuando los reporteros le preguntan sobre el proceso, responde: “No, ahí
no me meto, es un tema del partido”.
Así, el “pueblo” –para atenerme al lenguaje y la formalidad de las mujeres y los hombres
del poder– habría tomado ya una decisión sin esperar el resultado de las encuestas y se
la ha hecho saber a la dirigencia de su partido y a quien encarna el voto de calidad,
decisivo en los casos en que ella va a decidir o ya decidió de antemano.
Hasta ahora, pues, el “pueblo” ya le habría dicho que quiere como candidatos a Daniela
Griego en Xalapa, a Rosa María Hernández Espejo en Veracruz, a Bertha Ahued Malpica
en Boca del Río, a Eusebia Cortés Pérez en Coatzacoalcos, a José Luis Lima Franco en
Poza Rica, y a Polo Deschamps en Alvarado.
Rocío, se supone, tendrá que acatar la “voluntad popular” y tomar una última decisión en
los casos en los que tiene hasta dos fichas para un municipio, como en Alvarado, donde
también considera al joven (32 años) empresario Guillermo Herrera Pérez, o en
Coatzacoalcos, donde también contempla a Pedro Miguel Rosaldo García.
Veracruz tiene dos capitales: la política, por excelencia, Xalapa, y la histórica y turística,
Veracruz. Nahle quiere que su partido gobierne las dos, de ahí el interés que despiertan
sus fichas, mujeres, las dos.
Daniela Griego
Daniela Griego ya representó a Xalapa como diputada local. Tiene un extenso currículum
como luchadora y trabajadora social enfocada a grupos indígenas y campesinos, así
como al uso sustentable de recursos naturales, fue consejera electoral en el Consejo
Local del IFE entre 1999 y 2012 y rescató al IPE aumentando considerablemente su
Reserva Técnica. Desde el 10 de julio del año pasado, mucho antes de que entrara en
funciones la nueva administración, la gobernadora Rocío Nahle la ratificó como directora
general del IPE. Le tiene toda la confianza.
Rosa María Hernández Espejo
De Rosa María Hernández Espejo recuerdo que siendo reportera, conductora y directora
de noticas de XEU de Veracruz, le dio voz, a su paso por el puerto, al entonces líder
social Andrés Manuel López Obrador durante su marcha “Éxodo por la Democracia”, en
diciembre de 1991 (salió de XEU en la segunda mitad de los noventa porque el entonces
secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, reclamó y presionó a los
dueños, ya que Rosy había abierto los micrófonos al auditorio, que se había quejado del
gobierno).
Más tarde, en 1997, coordinaría dos campañas de prensa del PRD, y un año después,
cuando todos querían cobijarse en el PRI, ella le abrió camino a la izquierda en el
ayuntamiento porteño al lograr una regiduría bajo las siglas del PRD. Viene de la lucha
histórica, pues, del movimiento hoy en el poder, nunca claudicó de su convicción, ha sido
congruente y no ha andado de chapulina, de partido en partido, buscando el poder por el
poder.
El 6 de junio de 2021 logró lo que se veía casi imposible: arrebatarle al PAN y al grupo de
los Yunes Linares-Márquez, o al revés, la diputación federal por el distrito IV de Veracruz.
Le sacó 9 puntos de ventaja al candidato de los azules, Francisco Gutiérrez de Velasco.
El mérito fue doble porque el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y su partido,
encabezado por Esteban Ramírez Zepeta, la dejaron sola y sin algún apoyo. En 2024 les
repitió la receta. Con casi 100 mil votos a su favor derrotó a Verónica Hernández Pulido,
quien era apoyada por el PAN, el PRI y el PRD.
El año pasado comenté en este espacio que siendo diputada federal por primera vez,
Rocío, entonces secretaria de Energía, la invitó a ir a visitarla a sus oficinas en la CDMX.
Cuando estuvieron juntas, le comentó que sabía de su gran trabajo en la base y en
“territorio” en el municipio de Veracruz, por lo que la invitó a que se sumara a su proyecto
político. Rosa María aceptó y desde entonces vienen trabajando juntas, incluso es fama
de que se convirtió en una de las cinco mujeres más cercanas a ella (ahora se sabe que
son seis, con Daniela Griego).
No falta quien la critique porque vive en Los Volcanes, un sector popular del puerto donde
siempre ha radicado con su familia y veo en las redes sociales que la gente le sigue
respondiendo, o sea, cosecha lo que ha sembrado.
Y Rocío, por las nubes, en encuesta
Cabe preguntarse si la dirigencia nacional de Morena y sobre todo la presidenta
Sheinbaum le van a negar a Rocío las candidaturas que pretende, cuando la primera
encuesta que se conoce sobre su persona la pone por las nubes.
La encuestadora RUBRUM registró que está a la cabeza de todas las gobernadoras del
país en cuanto a su desempeño con un envidiable 7.92 por ciento, donde 1 es la
calificación más baja y 9 la más alta. Con otro pequeño gran detalle: Delfina Gómez, la
gobernadora del Estado de México se ubica en séptima posición con 6.11 por ciento,
mientras que Clara Brugada, de la Ciudad de México, en el octavo puesto con 6.09.
Esta encuesta confirma la proyección de otra que levantó Parametría a principios de
noviembre pasado, un mes antes de que tomara posesión. Al preguntar si
independientemente de por quien hubieran votado creían que Rocío iba a ser buena o
mala gobernadora, el 69 por ciento respondió que sería buena gobernadora, y si creían
que con ella al estado le iba a ir mejor o peor, 62 por ciento dijo que mejor.
Su aprobación garantizaría que logrará el voto para quienes ella impulse.