AL PIE DE LA LETRA.
Raymundo Jiménez.
A principios de diciembre de 2023 –hace dos meses y medio–, un joven de 26 años fue
ejecutado en la Colonia Roma de la Ciudad de México y a un costado fue localizado un
mensaje de amenaza contra funcionarios del IMSS y proveedores de productos
farmacéuticos.
En el mensaje, de acuerdo con imágenes difundidas en redes sociales, se exigía la renuncia
de tres funcionarios.
El joven asesinado tenía apenas tres meses de estar vendiendo sobre la Calle Durango, entre
Salamanca y Cozumel.
Sus atacantes le dispararon cinco veces en la espalda y huyeron del lugar.
El negocio callejero de dulces sólo permanecía abierto durante el día, pero a veces extendía
su horario cuando se realizaba algún evento en un salón de fiestas ubicado enfrente, según
explicaron al diario Reforma otras personas que trabajan en esa zona.
“Siempre que había algo en el salón se quedaba hasta la madrugada, yo creo que sí le
convenía porque también vendía cigarros y botanas.
“El puesto ya lleva años y el dueño es otro señor. El chavo es como su chalán y apenas
tenía como tres meses”, detalló una empleada de una empresa de limpieza.
La víctima, de nombre Abraham, se encontraba en una silla junto al puesto de dulces y
bebidas cuando las balas perforaron su espalda y se desplomó hacia adelante.
Una caja de plástico, que utilizaba para almacenar su mercancía, evitó que azotara sobre la
banqueta, y quedó en cuclillas.
En un texto publicado ayer con el título: “IMSS, más fraudes, amenazas de muerte y
desacatos”, el columnista Francisco Rodríguez abordó el caso de Jesús Eduardo Thomas
Ulloa, titular de la Unidad de Administración del IMSS, del cual refirió que “le precede un
negro historial desde los tiempos en que trabajaba en el ISSSTECh del gobierno de
Chiapas” y afirmó que “se le considera El Rey del Pack en el sector”.
El Pack, según explicó, “es uno de los múltiples trucos que utiliza el IMSS del también
chiapaneco Zoé Robledo para regionalizar la compra de medicamentos e insumos médicos,
cuando muchos de ellos ya tienen proveedor asignado con contratos, a los que extorsionan
y, si no cumplen, les envían invitaciones regionales con muchas claves y muchos
fabricantes para entregar en dos días en forma urgente –con lo que nadie puede competir–,
obviamente pagando a precios más altos en comparación con los licitados”.
El columnista señaló que “son las empresas con las que están complicitados las que, por
supuesto, sí cumplen. Y ‘por la urgencia’ son adquiridos a precios exorbitantes”.
Subrayó que, “pese a la instrucción del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Thomas
Ulloa, ahora a través de sus subordinados en las áreas de adquisiciones Jorge de Anda,
Karina Sarmiento y Daniel Ramírez, también se dedican a pedir favores para que los
proveedores y fabricantes de medicamentos entreguen a precios inflados sus insumos o, de
plano, dejen de ofertar en el estudio de mercado de Birmex para la adquisición de
medicamentos, como lo instruyó AMLO y divulgó en una de sus cotidianas matinés.”
Y apunta que “esos cuatro personajes mencionados en el párrafo anterior son los mismos
señalados en una cartulina donde los amenazan de muerte por favorecer a empresas con
esas compras regionalizadas, cartulina que apareció junto con el cadáver de un puestero
vendedor de dulces de la calle Durango, en la colonia Roma Norte, precisamente donde se
encuentran las oficinas de Adquisiciones del IMSS.”
“Los mismos cuatro aseguran que, al fracasar Birmex, ellos podrán asignar directamente a
precios inflados en las adquisiciones regionales del IMSS, las cuales siguen sin control.
“Ello no obstante que las áreas de inteligencia han descubierto una serie de irregularidades
a cargo del mismo Eduardo Thomas, y que son dignas de los mejores momentos de los
vilipendiados proveedores del sexenio pasado Fármacos Especializados, Farmacéuticos
Maypo y Ralca (¿o será que aún existen ellos detrás de otros jugadores?).”
Inclusive, Rodríguez avisa a tiempo de una estafa más en ciernes. Escribe que “hay
evidencia de que un caso que ya se puede considerar como delincuencia organizada, en el
que médicos del IMSS encabezados por el panista Efraín Arizmendi, en complicidad con
las huestes de Eduardo Thomas, van a desviar la demanda de un medicamento para diabetes
hacia otro”.
“Se trata –indica– de las claves para tratamiento de diabetes, con indicación terapéutica
igual, 6008 y 6009, Empagliflozina de 10 y 25 miligramos, con las cuales pretenden
comprar un mínimo de 336 mil 918 y un máximo de 842 mil 293 piezas y un mínimo de
956 mil 866 y un máximo de 2 millones 392 mil 164 piezas, ambas con un precio unitario
de 430 pesos a la empresa Boehringer, por un monto de 1 mil 390 millones 816 mil 510
pesos, en contra de la clave 6007, Dapagliflozina, que tiene un precio unitario de 253 pesos
y un valor equivalente de 820 millones 258 mil 29 pesos”.
Y lanza las siguientes interrogantes: “¿Ahorros en la compra consolidada?
“No. Para nada. Solamente en esta clave pagarán 570 millones 559 mil 215 pesos más.
“¿Y qué va a opinar el área jurídica de Boehringer sobre el compliance de la empresa?
“¿O será que, porque es privada, tiene criterios más flexibles para fomentar su
comercialización?
“Y a todo esto, ¿qué dice el OIC del IMSS?
“¿Tampoco le van a hacer caso… porque al fin y al cabo ya se van y no les va a pasar nada,
como dicen los pillastres del Instituto que encabeza Robledo?”, concluye el muy leído
columnista.
¿A eso se deberá entonces que anoche, tras más de tres horas de espera, el director del
IMSS, Zoé Robledo, arribara acompañado del gobernador Cuitláhuac García al Hospital
General de Orizaba custodiado por un convoy de ocho camionetas?
¿A poco Robledo duda que Veracruz es “uno de los estados más seguros”? ¿Será que como
reza el dicho popular: “¿el miedo no anda en burro”?
Anoche, por cierto, el notario público y ex procurador general de la República, Ignacio
Morales Lechuga, publicó en su cuenta de X, antes Twitter, que “un nuevo escándalo de
corrupción toca la puerta de Palacio Nacional. La Auditoría Superior de la Federación
encontró que el IMSS pagó 397 millones de pesos a 12 empresas que no entregaron
facturas y que no tienen forma de demostrar que fueron entregados los insumos; muchas de
ellas ni siquiera son localizables. Esto sólo es la punta del iceberg de una investigación
mucho más profunda que hoy se lleva a cabo. ¿Qué pasa presidente, no decía usted ayer de
que esto ya no pasaba? Sí pasa, y pasa mucho más que nunca.”