AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez
Este jueves, 5 de junio, retornó muy eufórico a Veracruz el dirigente nacional del PRI,
Alejandro Moreno, para presumir el pírrico triunfo electoral de su partido.
Acompañado por dirigentes estatales, delegados nacionales, secretarios y secretarias del
Comité Ejecutivo Nacional, diputados y diputadas locales y federales, excandidatos y
excandidatas y otros liderazgos, Moreno Cárdenas afirmó ante los medios de comunicación
que el PRI cumplió, que está fuerte, con ánimos, ya que –según él– logró refrendar el apoyo
del electorado al obtener el triunfo en 24 alcaldías, o sea, poco más del 10 por ciento de las
212 que tiene la entidad.
En la sede del Comité Directivo Estatal del Revolucionario Institucional en Xalapa, el líder
nacional priista festinó las “importantes victorias en todo el estado que se vio reflejado en
un incremento en la votación”. Y arremetió en contra de los dirigentes del partido
oficialista: “Lo que hay que decirle a Morena es que no se enojen con nosotros, que se
enojen con su dirigencia, con Luisa Alcalde, con Andy (López Beltrán). Aquí el PRI tuvo
un gran resultado, se acabó el mito”.
El exgobernador de Campeche aseveró que “estamos muy contentos porque a pesar de todo
el contexto que se vivió aquí en Veracruz, del ambiente violento en más del cincuenta por
ciento del territorio del estado donde se vivieron asesinatos, crímenes, homicidios,
persecuciones, una falta de control por parte de la autoridad, logramos importantes triunfos
y salir adelante. Entonces, el PRI cumplió”.
“El PRI hasta ahora tiene 24 alcaldes. Hacemos responsable al Gobierno del Estado y lo
vamos a denunciar porque esta bola de cínicos corruptos de Morena, lo que hace es hablar,
amenazar, asustar a los alcaldes, presionarlos para doblarlos y llevárselos a su partido (…).
No vamos a permitir que les quieren inventar cosas en las cuentas públicas, nosotros
tenemos 24 alcaldes que compitieron solos por el PRI, ¿por qué tendrían ánimos de irse del
PRI?”, amagó.
Sin embargo, aunque muy pocos lo crean, en esta elección de ayuntamientos hubo
municipios veracruzanos en los que algunos candidatos priistas no lograron conseguir que
sus representantes de casillas o sus familiares más cercanos en edad de votar, sufragaran
por ellos.
Ayer, por ejemplo, el reportero Iván Sánchez, corresponsal del diario La Jornada en
Veracruz, publicó que luego de gobernar por ocho décadas el estado y la mayor parte de sus
dos centenares de municipios, el Partido Revolucionario Institucional está prácticamente
desaparecido del panorama electoral actual, ya que, en varias demarcaciones municipales,
el PRI obtuvo sólo uno o dos votos.
En Acula, la candidata priista Diana Dolores Delgado solamente tuvo un sufragio, mientras
que su contrincante triunfador, Filiberto Sánchez, de la alianza PVEM-Morena, sumó l,615.
En Tenochtitlán, Blanca García Carrero, otra abanderada del Revolucionario Institucional,
únicamente logró dos votos.
En Tlacojalpan, Felina Balmori Zarrabal, igualmente del PRI, sólo obtuvo dos votos. Ahí,
en esa pequeña municipalidad de la Cuenca del Papaloapan, ganó Gertrudis Domínguez
Vargas, del PT, con mil 180 sufragios.
Lo mismo ocurrió en el municipio de Tlacotepec de Mejía, en la zona centro de Veracruz;
sólo dos personas votaron por la aspirante priísta Alejandra López González, la cual,
obviamente, quedó en el último lugar.
Según la investigación periodística del corresponsal de La Jornada, así se repitió la historia
en otras demarcaciones municipales a lo largo y ancho de Veracruz; en algunas, el partido
tricolor que hasta el sexenio del exgobernador Javier Duarte de Ochoa (2010-2016) ejerció
su dominante hegemonía en la mayoría de estos procesos electorales, ahora en algunos
casos apenas logró recibir seis u ocho votos.
Para fortuna de sus dirigentes priistas, algunos grupos de poder del Revolucionario
Institucional lograron dar campanazos al menos en tres municipios que son cabeceras
distritales: Orizaba, Cosoleacaque y Perote, donde hace apenas un año fueron aplastados en
las elecciones presidencial y de gobernador.
En la zona centro del estado ahora sí se impuso el grupo empresarial del alcalde orizabeño
saliente Juan Manuel Diez Francos, quien impulsó como candidato a su exdirector del DIF,
Hugo Chaín Kuri.
En Cosoleacaque, los hermanos Cirilo y Ponciano Vázquez Parissi, de los pocos leales al
PRI, volverán a transferirse la presidencia municipal en este ayuntamiento del sur del
estado.
Y, en Perote, el terruño del excandidato a gobernador José Francisco Yunes Zorrilla, se
alzó con la victoria Vinicio Ascencio Fernández, un empresario muy popular que nunca
había participado en política. Obtuvo el 47.28 por ciento de los votos (13 mil 302),
mientras que su más cercano contrincante, Jorge Valente Bonilla Merino, de la coalición
Morena-PVEM, sumó 10 mil 817 sufragios, equivalentes a 38.44 por ciento.
En total, según el reportero de La Jornada, el PRI ganó en 23 municipios –uno menos de los
que contabilizó Alejandro Moreno–, pero el PT, que en este proceso electoral contendió
solo, se adjudicó 28 ayuntamientos; mientras que el PAN gobernará 34 y Movimiento
Ciudadano, que dio la gran sorpresa, lo hará en 41. En cambio, la alianza Morena-PVEM,
bajó a 84, aunque gobernará por primera vez el Puerto de Veracruz, un bastión que durante
décadas fue del PRI y últimamente, a partir de 1994, en alternancia con el PAN.
Habrá que ver qué sucederá en la siguiente elección, la de 2027, para diputados federales y
locales. ¿A diferencia de 2024, ahora sí ganará el PRI al menos una curul de mayoría
relativa? En dos años sabremos si el ex partidazo deveras “está fuerte”, como asegura su
dirigente nacional, pues en la actual Legislatura del Estado solamente consiguió meter en
2024 a dos de sus militantes por la vía plurinominal –una es Ana Rosa Valdés Salazar,
esposa del dirigente estatal Adolfo Ramírez Arana–, los cuales recientemente le piratearon
al PAN a una diputada para poder integrar su propio grupo legislativo, siendo la panista la
primera representante ante la Junta de Coordinación Política (Jucopo), en la que tendrá no
sólo voz y voto sino también acceso a una partida de recursos financieros.
Ayer, por cierto, aprovechando la presencia en Xalapa del diputado Carlos Eduardo
Gutiérrez, presidente nacional de la Red Jóvenes por México, la dirigente juvenil del PRI
en Veracruz, Heidi Palmeros Villalba, le presentó su renuncia por escrito “en carácter de
inmediata e irrevocable”, argumentando que “durante mi militancia he aprendido que las
elecciones dan lecciones y después de lo vivido el pasado domingo 1º de junio de 2025, me
hace concluir que no podemos esperar resultados diferentes cuando seguimos llevando a
cabo las mismas prácticas de siempre, al interior del Partido Revolucionario Institucional
en el Estado de Veracruz”.
¿Así o más claro?
ANTONIO VÁZQUEZ FIGUEROA:
UN SERVIDOR PÚBLICO ÍNTEGRO
En días recientes, el hogar de Don Antonio Vázquez Figueroa se llenó de alegría y buenos
deseos. El motivo fue su cumpleaños número 87, pero más allá del festejo personal, la
ocasión sirvió para recordar –y reconocer– la trayectoria ejemplar de un servidor público
que ha dejado huella en Veracruz y en el país.
Vázquez Figueroa no es solo un nombre con historia: es sinónimo de eficiencia, honradez y
compromiso institucional. Su carrera en el servicio público ha sido amplia y diversa,
marcada por la responsabilidad y el profesionalismo en cada encargo. Desde sus inicios
como diputado local hasta los cargos de alta exigencia que asumió en el ámbito federal, ha
demostrado que la política y la administración pública pueden ejercerse con ética.
Fue director para la Descentralización Educativa al lado del reconocido intelectual
veracruzano Jesús Reyes Heroles, tarea compleja que implicó visión de Estado y
sensibilidad social. Más tarde, como Consejero Presidencial Agrario en el gobierno de José
López Portillo, participó en una de las áreas más sensibles para el México rural. Luego, su
paso como Subdelegado de Gobierno en la entonces Delegación Cuauhtémoc, durante la
gestión del regente del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, fue
especialmente notable ya que se trataba de una de las zonas más conflictivas de la capital
del país en aquella época.
Vázquez Figueroa también ocupó cargos clave en el sector aduanal, primero como
administrador de la Aduana Portuaria de Veracruz bajo el liderazgo del secretario de
Hacienda, Gustavo Petriccioli, y después como Director General de Aduanas con el titular
de la SHCP, Francisco Gil Díaz, donde su reputación de incorruptible fue fundamental en
momentos en que el país demandaba transparencia y orden institucional.
Figuras como Don Antonio Vázquez Figueroa recuerdan que sí es posible construir una
carrera pública basada en el mérito, la legalidad y el servicio.