ASÍEMPEZÓYASÍACABARÁLAVIOLENCIAENELPAÍS

Abr 8, 2025 | Columnas

WEB MASTER
Últimas entradas de WEB MASTER (ver todo)

Desde el Café

Bernardo Gutiérrez Parra
Todo empezó entre 1923 y 1930 cuando Abelardo L. Rodríguez era
gobernador de Baja California y se empeñó en conectar a su aislada
entidad con el resto del país. En 1927 estableció la primera empresa
de fabricación de aviones en Baja California. Pero además recuperó
las finanzas públicas; fomentó la educación, la construcción de
carreteras, la agricultura, la industria, la construcción de caminos
rurales y canales de irrigación.
Hasta ahí iba muy bien el tipo que con objeto de impulsar aún más el
progreso en aquel territorio, entró en contacto con inversionistas
chinos, norteamericanos y… “con empresarios del vicio”, dice
textual su biografía en Wikipedia.
Tanto chinos como norteamericanos y los suigéneris empresarios
llevaron prosperidad económica y social al estado. Pero…
Cuando Abelardo llegó a la presidencia (1932 a 1934), los
empresarios del vicio adquirieron terrenos en Sinaloa donde
comenzaron a sembrar sus porquerías que eran enviadas al mercado
de Estados Unidos. Y de ahí pal real.
Por años estos empresarios y el gobierno trabajaron digamos que en
santa paz. Los primeros sembraban cosechaban y vendían su
producto, el presidente y sus cuates recibían su tajada y tutti
contenti.
Desde entonces y hasta mediados de los años 80, los empresarios del
vicio eran tipos discretísimos y casi invisibles. Eso sí, tenían grandes
mansiones, iban a fiestas rimbombantes, se codeaban con banqueros
y aparecían muy de vez en cuando en las páginas de sociales.

Pero el 9 de febrero de 1985 se destapó la cloaca con el asesinato del
agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
El hedor de la cloaca al saberse que México era uno de los
principales proveedores de marihuana y cocaína a Estados Unidos
espantó a la sociedad de aquel tiempo. Aunque las cosas se calmaron
con la detención de Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca “Don
Neto” como los autores del crimen. Y la situación siguió
aparentemente dentro de su cause en los gobiernos de Carlos Salinas
y Ernesto Zedillo.
Pero en el año 2000 los capos de Colombia que utilizaron por lustros
a México como trampolín de la droga que enviaban a Estados
Unidos, ordenaron que nuestro país también se convirtiera en
consumidor. Vicente Fox no supo cómo manejar la situación y
comenzó a darle de escobazos al avispero enfrentando a los narcos
que contestaron con los primeros descabezados y cercenados.
Felipe Calderón aún no cumplía un mes como presidente, cuando
recibió una carta del gobernador perredista de Michoacán Lázaro
Cárdenas Batel, pidiéndole su intervención para combatir a las
bandas delincuenciales que azolaban la entidad.
Deslegitimado por Andrés Manuel López Obrador y por cientos de
miles de mexicanos que no creían en su triunfo por apenas el 0.56
por ciento de los votos. Felipe vio en esta carta la manera de
legitimarse y ordenó al Ejército ir a Michoacán.
Pero después de Michoacán los soldados tuvieron que ir a Guerrero,
Tamaulipas, Baja California, Sinaloa; Veracruz, etc. Y Felipe se fue
dejando 120 mil 463 asesinatos violentos, lo que fue un escándalo.
Peña Nieto apostó a no meterse con los delincuentes a ver si así se
apaciguaban, pero lo que hicieron fue reagruparse, rearmarse y
seguir matando. Y se fue dejando una tétrica herencia de 156 mil
066 muertes violentas, lo que fue otro escándalo.

Andrés Manuel López Obrador promedió que acabaría con el flagelo
de la violencia en un año, luego que en dos, luego que en tres y no lo
hizo. Llegó prometiendo abrazos y no balazos, lo que puso felices a
los delincuentes y cuando se fue dejó al país con un reguero de 199
mil 618 asesinatos con violencia y a los delincuentes gobernando en
casi dos tercios del territorio nacional.
Si te estoy aventando todo este chorizo lector, es porque si a los
“empresarios del vicio” les costó casi 100 años llegar hasta donde
han llegado, difícilmente se van a desembarazar de lo que tienen.
Si participaron en las elecciones del año anterior con mucho éxito,
cómo no van a querer seguir haciéndolo en las elecciones de este
año, aunque sean municipales y nomás en dos estados: Durango y
Veracruz.
¿Que cuándo se van?
Futa…
En los primeros meses de su gobierno, cuando Felipe Calderón puso
contra las cuerdas a los narcos de Michoacán, un periodista de
mucho prestigio vaticinó que si las cosas seguían como iban “en 14
o 15 años volveremos a tener un país sin violencia y en paz”.
Pero a Felipe se le mató en un accidente de aviación su cerebro y
Secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, y no supo qué
hacer con los delincuentes. Peña Nieto dejó que se reagruparan y
crecieran, Andrés Manuel los abrazó y les regaló buena parte del
país y esa violencia que se acabaría en 14 o 15 años ensanchó su
belicoso horizonte.
Según estudios de sesudos analistas, si comienza desde hoy una
verdadera y bien planeada ofensiva contra los “empresarios del
vicio”, la paz y la tranquilidad regresarán a nuestra querida patria
dentro de 40 o 50 años.

Ya merito.
bernardogup@hotmail.com