Sin tacto.
Por Sergio González Levet.
Cuando Pepe Yunes subía y subía en las preferencias ciudadanas y Rocío Nahle
caía y caía en el gusto popular, era de esperarse que llegaran a un punto de
quiebre, en el cual el peroteño sobrepasara definitivamente a la oriunda de Río
Grande, Zac., y se fuera hacia las nubes, mientras las ilusiones de los morenistas
entraran en una caída en picada sin solución posible.
Hay elementos que evidencian esa situación, unos del lado de los
oposicionistas y otros fruto de los yerros del mismo partido oficial y las erráticas
campañas de sus abanderados en Veracruz.
Entre estos últimos se cierne la extensa cadena de errores garrafales cometidos
por la candidata, debido a su desconocimiento del estado (llamarle José Azueta al
alcalde de ese municipio, poner “Tamiagua” en lugar de Tamiahua o “Cusquihui”
en lugar de Coxquihui, confundir a Tlapacoyan con Tlalixcoyan) y una terrible
estrategia que la ha llevado a lugares en donde le han hecho manifiesto el repudio
popular a su aspiración (hacer una rueda de prensa en La Parroquia el domingo
de Semana Santa, ir a Lerdo de Tejada sin llevar red protectora, ponerse a tiro de
piedra de opositores que le mandan mensajes contrarios desde megáfonos).
Y lo peor, la falta de una respuesta pronta y adecuada al torpedo contra sus
ilusiones por la revelación de sus propiedades multimillonarias. Un mes después
de la primera revelación, la ingeniera apenas alcanzó a publicar una carta en la
que niega parte de lo atribuido por Arturo Castagné -quien ha presentado
documentos, fotografías y constancias oficiales del registro público de la
propiedad- y lo acusa graciosamente de ser parte de un complot de la familia
Yunes Márquez. ¡Pero ella no presenta ninguna prueba que garantice sus dichos
en descargo!
Piensa tal vez, en su desconocimiento del ser veracruzano, que los nativos de
estas tierras creerían ciegamente en lo que ella dijera, como si se sintiera blindada
por una especie de su autoridad moral, como el otro.
De parte de los aliancistas de Fuerza y Corazón por Veracruz la historia ha sido
otra. Pepe gana y gana ostensiblemente simpatías populares, que se reflejan en el
entusiasmo con el que es vitoreado y el desdén cada día más inocultable que se
muestra hacia el Gobernador y la candidata.
El domingo pasado, cuando Pepe Yunes se reunió con las organizaciones
ciudadanas que apoyan su candidatura, se dio la primera prueba de músculo en la
carrera hacia la consolidación del triunfo. Con él y con cientos de ciudadanos
estuvieron los representantes nacionales del movimiento de los ciudadanos libres:
Claudio X. González, Guadalupe Acosta Naranjo, Ana Lucía Medina, Emilio
Álvarez Icaza…
Y el lunes fue el acabose con la reunión con docentes de Veracruz y la
apoteósica caminata en la reserva territorial de Xalapa, acompañado por otro que
será candidato ganador, Américo Zúñiga.
Lo dicho, la caída en picada de Rocío Nahle y sus contertulios no hay quien la
detenga… por eso tantas mentiras.
sglevet@gmail.com