O P I N I O N.
La curiosidad que de alguna forma causo como sería el
comportamiento y forma de pensar de Claudia Sheinbaum
Pardo, ya como presidenta del país, puede considerarse
comenzó a disiparse al pronunciar sus dos primeros
discursos el pasado martes uno de octubre.
El primero, pronunciado ante los integrantes del Congreso
de la Unión y los invitados nacionales y extranjeros, se
puede decir tuvo una tonalidad amable y en algunos temas
hasta conciliador, como cuando se refirió a la iniciativa
privada, la que puede considerarse una posición además de
interesante, inteligente, después de la forma en que su
antecesor se comportó, en especial con la de origen
extranjero, que ya está teniendo algunas consecuencias no
muy halagadoras para México, pero que aún se pueden
subsanar.
Al referirse al principal y más grave problema que le
heredó López Obrador que es el de la inseguridad que se
vive a nivel nacional, la referencia que hizo tratando de
culpar de la situación al pasado, pero muy tiempo pasado, al
culpar al ex presidente Calderón Hinojosa, realmente se
equivocó. Ya que el tiempo pasado para su administración
es el sexenio de su antecesor, López Obrador, pues fueron
seis años de “abrazos, no balazos” para la delincuencia
organizada, lo que incrementó todo tipo de delitos y
mexicanos asesinados y lo más grave, los estados de la
República que gobiernan las bandas delincuenciales, como
sucede en Guerrero, Chiapas, Michoacán, Sinaloa y partes
de otras entidades federativas, que hasta la fecha nunca se
había vivido en ningún gobierno anterior en México.
Siendo realmente positiva su posición en apoyo a las
mujeres en general, lo que seguramente arrojará resultados
halagadores para todas las mexicanas, así como también los
apoyos en el aspecto de salud a las clases necesitadas a
través de los novedosos programas que anunció.
También fue muy interesante conocer los programas que
va a implementar, aunque por razones obvias no lo
manifestó así, en forma correctiva de errores anteriores,
como las farmacias del bienestar que de alguna forma
vendrán a corregir la ocurrencia de la llamada
megafarmacia, que nunca funcionó. Y otras acciones más
que continuará como los programas sociales, el apoyo a la
educación en todos sus niveles, la construcción de vías de
ferrocarril y la construcción de casas habitación, entre otros
muchos asuntos que debe atender en su nuevo cargo.
Sin dejar de abordar el espinoso tema de las energías
tanto las producidas por elementos fósiles, como las limpias.
En las que tienen injerencia las dos empresas más
importantes productivas del Gobierno de México, como son
la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos y
que causan un problema grave a las finanzas nacionales por
sus malos manejos.
Siendo la corrupción y la impunidad otra de las graves
herencias del sexenio anterior, que según manifestó
combatirá, pero que será difícil de erradicar por los niveles
que alcanzó durante el gobierno de López Obrador.
Realmente por la forma y contenido el discurso de Claudia
Sheinbaum puede considerarse diferente a los de Andrés
Manuel, no hubo agresiones, no insultos, si hay deseos de
conciliación, de corregir lo que se hizo mal, por lo que se
puede considerar que las cosas no continuarán igual que
antes y que se busca un cambio en algunos aspectos
importantes de la vida nacional, lo que seguramente de
lograrse será para bien de México y los mexicanos, que es el
deseo de todos los que aquí vivimos. Ojalá y lo logre. Usted
qué OPINA, estimado lector. Hasta el lunes. noti-
sigloxxi@hotmail.com (Fech. Púb. Vier. 4-octubre-24).
INVITACIÓN: Escúchenos hoy en SIGLO XXI a las 18 hrs.
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