AL PIE DE LA LETRA.
Raymundo Jiménez.
Hace 14 años, en la sucesión estatal de 2010, cuando el gobernador saliente Fidel Herrera
Beltrán presumía aún estar en la “plenitud del pinche poder” y operaba personalmente
desde Palacio de Gobierno la campaña de su candidato a la gubernatura Javier Duarte de
Ochoa, fue filtrada una conversación telefónica del mandatario priista con un personaje al
que llamaba por el sobrenombre de “Fogoso” y que, por la petición que le hacía, se trataba
de un arreglista musical.
“Necesitamos meterle música a Duarte. Oye, por lo pronto hazme un refil de Duarte, la de
Dante, ‘quiere mi amigo ayudarte’. Ponle Duarte… ‘quiere mi amigo ayudarte’ y la
manejamos por abajo del agua”, le sugería, haciendo alusión a Dante Delgado Rannauro,
del partido Convergencia (hoy Movimiento Ciudadano), quien contendía en coalición con
el PRD y PT.
“Y hay que hacer música para Duarte”, le insistía Herrera Beltrán a su interlocutor.
“Ya le hice, de hecho, ya le hice un tema, señor… Se lo entregué, pero no lo ocupó en
realidad”, le respondió el músico al que se refería con el mote de “Fogoso”.
“Dámelo a mí, hombre. ¡Anda muy reapendejado! Es un candidato que no es alegre,
dámelo a mí… Yo soy su vínculo, ‘Fogoso’”, le pidió el cuenqueño.
“Okey, sí señor, okey, le hacemos ese… ya está sonando un tema nuevo de Yunes que
dice…”, le respondió el músico, refiriéndose al entonces candidato del PAN, Miguel Ángel
Yunes Linares, quien en 2010 perdió esa primera elección de gobernador con Duarte de
Ochoa.
“¡Oye, pero hazte esa!, la… piratéate la de Duarte, la de Dante. ‘Quiere mi amigo ayu-
Duarte’”, le insistió Fidel Herrera.
“Okey, la de Dante”, asintió el “Fogoso”.
“Sí, esa, piratéala con la de Duarte. Duarte ‘quiere mi amigo ayu-Duarte’. ¡Y hay que hacer
otras buenas para Duarte, hombre! Y dame la que le diste a él, tráemela mañana si quieres,
es que él anda apendejado, trae el síndrome del candidato que no se comunica con nadie”,
se quejó Herrera Beltrán de su entonces joven discípulo político, a quien había hecho
primero subsecretario, secretario de Finanzas y Planeación y, en 2009, diputado federal,
para que al año siguiente estuviera habilitado estatutariamente para ser postulado a la
gubernatura por el PRI.
Ahora, a través de su cuenta de X, antes Twitter, el ex cliente del “Fogoso”, quien desde
2017 se encuentra preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México cumpliendo una
sentencia de 9 años por asociación delictuosa y lavado de dinero, se ha convertido en el
más insistente consejero de la exsecretaria de Energía, Rocío Nahle, precandidata de
Morena a gobernadora de Veracruz.
Ayer, Duarte de Ochoa le recomendó a Nahle García que debe cumplir sólo con una
condición para salir victoriosa en los comicios.
“Respetuoso comentario para la tía Chío: Esta elección la tiene ganada salvo que cometa el
enorme error de confiarse, la soberbia de su equipo es preocupante, aconsejo apretarlos.
Primero tienen que ganar para repartirse el pastel”, escribió Duarte, recordándole también
que “las encuestas no votan.”
Una hora y 22 minutos después, de este mismo martes, el ex priísta publicó este otro
comentario, refiriéndose al activismo del ex gobernador del PAN, Miguel Ángel Yunes: “El
pederasta @YoconYunes está operando con todo, en una de esas hasta con el apoyo de bola
8 por eso la Fiscalía del Estado no lo toca, y la gente de la tía Chío está dormida en sus
laureles festejando un triunfo que aún no tienen. Comentario generalizado en #Veracruz.”
Algunos se preguntan por qué el gran interés de Duarte de que Nahle gane la elección del 2
de junio próximo, si él ya fue gobernador y está por concluir su cautiverio.
Excolaboradores allegados a él aseguran que el exmandatario preso en la Ciudad de México
no tiene ningún problema político ni personal con el precandidato priista Pepe Yunes
Zorrilla, sino que su encono es contra los Yunes del PAN, aliados coyunturales del
peroteño, principalmente con el jefe del clan, en cuyo gobierno fueron perseguidos y
encarcelados varios exfuncionarios duartistas y se iniciaron expedientes penales en contra
de Javier Duarte y de su ex esposa Karime Macías, radicada desde hace siete años en
Londres, Inglaterra, donde enfrenta actualmente un juicio de extradición para que responda
en México por la querella que en su contra presentó el entonces fiscal yunista Jorge
Winckler por presuntos desvíos de recursos del Sistema Estatal del DIF durante la
administración de Duarte de Ochoa (2010-2016).
Por eso su histérico llamado a la “Tía Chío” –¿acaso para identificarla con el “Tío Fide”,
como era popularmente conocido su mentor político?–, ya que un virtual triunfo del
abanderado de la alianza PRI-PAN-PRD empoderaría al grupo del ex gobernador Yunes
Linares, cuyo primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez será postulado al Senado de la
República y, de alcanzar el escaño, tendría amplias posibilidades de repetir como candidato
a gobernador en la sucesión estatal de 2030.
Pero Nahle parece andar como Duarte hace 14 años y padecer el mismo “síndrome del
candidato que no se comunica con nadie”, tal como Fidel Herrera le dijo al “Fogoso”. Y es
que, en los últimos días, la precandidata de Morena ha sido víctima del escarnio de sus
adversarios políticos y malquerientes en las redes sociales y grupos de WhatsApp por un
par de lapsus que tuvo en recientes actos de precampaña: primero por equivocarse en el
número de municipios que tiene el estado que aspira a gobernar, y luego por no acordarse
como se llama el alcalde cuenqueño Giovanny Auli Moo, del Partido Verde, refiriéndose a
él como José Azueta, el nombre del municipio que gobierna este ingeniero químico oriundo
de la congregación de Curazao.