Sin tacto.
Por Sergio González Levet.
Comienza el año y comienza el sexenio de la primera Gobernadora en Veracruz,
que ha tenido un buen arranque con acciones y actitudes precisas, que dan
esperanza a un pueblo sumido en la desesperación por los seis años de abulia, de
ineptitud, de la opacidad de un régimen que no supo estar a la altura de sus
expectativas y no levantó ni siquiera un milímetro el desarrollo estatal.
Ha empezado Rocío Nahle con gran entusiasmo ante los enormes desafíos que
enfrentará en condiciones sociales complicadas, con un presupuesto exiguo ante
las necesidades y muchos resquemores dejados por la indiferencia de la autoridad
que acaba de entregar unas cuentas que aún se deben terminar de aclarar, para
que los veracruzanos y su nuevo Gobierno podamos conocer en dónde estamos
parados precisamente y cuál fue el volumen del daño.
Entre los retos, el educativo es uno de los importantes porque desde la
preparación integral surge la mejor posibilidad de que los habitantes de este
hermoso estado crezcan en sus capacidades y dominen las habilidades
indispensables del mundo contemporáneo.
Originalmente, el ser humano debía dominar el lenguaje oral como la forma
exclusiva de comunicación de nuestra especie, una capacidad que nos hizo los
reyes de la creación. Pero el hombre moderno tiene necesidad de dominar otros
idiomas para supervivir y para medrar en esta sociedad globalizada, informatizada
y altamente tecnologizada.
Junto con el idioma nativo, el estudiante está obligado a aprender y dominar
otros lenguajes para comunicarse en la torre de babel del mundo actual, pero
también tiene que conocer el idioma de la ciencia, de las matemáticas, de la
informática, de las ideologías.
Y bueno, por algo se debe empezar y resulta que estamos fallando en lo más
básico, que es conseguir que todo el pueblo esté alfabetizado. Y lo peor es que en
los últimos seis años descendió la tasa de alfabetización en el país, lo que es una
pésima noticia para nuestras esperanzas de redención.
Y peor es para Veracruz, que arranca con un índice de analfabetos de 7.8%, lo
que significa que hay 517,798 paisanos que no saben leer ni escribir. ¡Más de
medo millón de veracruzanos que no saben leer ni escribir! Parece mentira y es
una vergüenza para nuestro sistema educativo estatal.
He ahí un trabajo descomunal que necesita hacer el nuevo Gobierno del Estado
y he ahí el tamaño de la cruzada que tienen enfrente la ingeniera Rocío Nahle, la
licenciada Claudia Tello y el equipo nombrado en la delicada área de la educación.
Todos tendremos que entrarle…
sglevet@gmail.com