EL «CLAN YUNES», DEVALUADO

Jun 5, 2024 | Columnas

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AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez.

Al margen de si Morena ganó con fraude electoral o no, lo cierto es que la marca “Yunes”
se devaluó más de lo que sus propios dueños se esperaban.
Y el que terminó pagando más de la cuenta, sin deberla ni temerla, fue obviamente el
candidato a gobernador de la coalición PRI-PAN-PRD, Pepe Yunes, quien no tiene ningún
vínculo sanguíneo con llamada familia “Yunes de El Estero” y tampoco tuvo relación
política con ellos, más que cuando fue postulado por el partido tricolor en 1994 a la alcaldía
de Perote, en el sexenio del ex gobernador Patricio Chirinos, y el jefe del actual clan panista
despachaba como secretario de Gobierno y militaba todavía en el Revolucionario
Institucional. En la sucesión estatal de 2018, como ya todo mundo sabe, Miguel Ángel
Yunes Linares operó como gobernador para impulsar la candidatura de su primogénito
Miguel Ángel Yunes Márquez, desfondando al priismo veracruzano y, por ende, a Yunes
Zorrilla que solamente logró obtener arriba de 500 mil sufragios, un poco más del
considerado “voto duro” del PRI.
Al final, el tiro les salió por la culata, pues al polarizarse la elección entre el hijo del
mandatario de Acción Nacional y Cuitláhuac García, de Morena, más de 200 mil militantes
y simpatizantes del blanquiazul y del tricolor decidieron de última hora darle el “voto útil”
al candidato de la coalición obradorista.
Ahora, en sus cuentas alegres para agandallarse las candidaturas de la primera fórmula al
Senado –la de propietario y suplente, de mayoría relativa– y una diputación local para el ex
alcalde porteño Fernando Yunes Márquez por el principio de Representación Proporcional
o Plurinominal, el ex gobernador y sus hijos hicieron creer que por lo menos le aportarían a
la coalición Fuerza y Corazón por Veracruz los mismos votos que habían obtenido hace
seis años: un millón 400 mil, que sumados a los de Pepe Yunes y el PRD, podrían rebasar
los dos millones, suficientes para arrebatarle la gubernatura a Morena.
Sin embargo, de acuerdo al Programa de Resultados Electorales Preliminares del INE –que
hasta antenoche había capturado 162 mil 413 actas de escrutinio, de un total de 171 mil 676
(94.6043%)–, la fórmula de la coalición PAN-PRI-PRD encabezada por Miguel Ángel
Yunes Márquez como candidato propietario y su padre como suplente, llevaba 987 mil 113
votos, equivalentes al 28.8463% del total; mientras que las morenistas Claudia Tello y
Raquel Bonilla acumulaban 2 millones 068 mil 178 votos, que representan el 60.4382% de
la votación total registrada hasta ese momento.

En un lejanísimo tercer lugar se ubicaban Dante Delgado Morales, de Movimiento
Ciudadano, y su suplente Tomás Mundo Arriasa, los cuales obtenían 267 mil 789 votos, el
7.8255% del total.
Por supuesto que con esto se comprueba, una vez más, que ninguna elección es similar a
otra. Y eso va también para los morenos, quienes, en 2016, con Cuitláhuac García como
candidato, perdieron primero los comicios de gobernador ante Yunes Linares, postulado
por la alianza PAN-PRD, y luego, dos años después, García Jiménez venció al primogénito
del ex mandatario panista.
A finales de abril pasado, en una amplia entrevista que concedió al programa “Polaca a la
Veracruzana”, el candidato priista a diputado local plurinominal Héctor Yunes Landa, al
preguntársele qué tan desgastado estaba su apellido paterno –pues la postulación de él, de
su primo Miguel Ángel y de sus dos sobrinos en este proceso electoral había generado
fuertes críticas en la opinión pública–, el ex subsecretario de Gobierno, ex líder del
Congreso local, ex presidente del CDE del PRI y ex candidato a la gubernatura relató que 8
meses antes, en una cena en casa de su amigo Manlio Fabio Beltrones en la Ciudad de
México, el político sonorense le comentó que existía un estudio de apellidos políticos en el
país, en donde el apellido le daba algunos puntos al candidato, y que en Veracruz “el
apellido Yunes te da de entrada 7 puntos por conocimiento”, recordando que en 2012 él,
Fernando Yunes y Pepe Yunes, quien no tiene con ellos un vínculo familiar, coincidieron
en el Senado de la República.
Ya se verá si los Yunes de El Estero logran recuperarse de esta aplastante derrota para
buscar la gubernatura en 2030. Por lo pronto, el año próximo deberán enfrentarse
nuevamente con Rocío Nahle ya “en la plenitud del pinche poder” –como diría el ex
gobernador priista Fidel Herrera Beltrán–, si es que intentan conservar sus bastiones del
puerto de Veracruz y Boca del Río en la sucesión municipal de 2025.

¿QUÉ SECRETARIO ASIGNÓ
CONTRATOS A SU PROPIA EMPRESA?
Un asiduo lector de esta columna nos envía la siguiente interrogante:
¿Quién es el joven secretario de despacho del gobierno de Cuitláhuac García que se habría
autoasignado contratos millonarios a través de empresas “fachada” de su presunta
propiedad?
Según refiere, aunque registradas por prestanombres, habrían sido constituidas
precisamente al inicio de esta administración, mediante las cuales hizo el negocio de su
vida, pues aunque se pagaron recursos por la entrega de bienes y suministros, lo cierto es
que esto solo se hizo en el papel ya que presuntamente la empresa jamás entregó nada.

Entre las pistas que nos da, dice que el citado funcionario conoció al ingeniero Cuitláhuac
García durante su época estudiantil y que inclusive laboró muy cerca del ex gobernador ex
priista Javier Duarte de Ochoa, a quien solía aplaudir y admirar.
Para más señas, el personaje aludido recién acaba de contraer nupcias en una fastuosa boda
que fue motivo de escándalo por los excesos y el derroche de dinero.
Por cierto, nos comenta también que el dichoso funcionario tiene metida a toda su familia
en la nómina del gobierno de la 4T.
Promete darnos próximamente más información sobre este servidor público que, al parecer,
viola la austeridad republicana que tanto cacarea el obradorismo.