Punto de Vista.
Filiberto Vargas Rodríguez.
Prefacio.
Hay quienes aseguran que la lista de supuestos ganadores de las encuestas de
Morena que circuló la semana pasada, fue un ejercicio para palpar la reacción de
la militancia en los municipios “destapados” y para ir operando con los otros
aspirantes su adhesión. *** Lo cierto es que con el correr de las semanas en cada
rincón del estado de Veracruz se ha mostrado la verdadera capacidad de
convocatoria de los candidatos y la percepción ciudadana coincide, en muchos
casos, con la lista que se hizo circular. *** Hay casos muy claros, en los que la
población ya manifestó su decisión, como en Tlapacoyan, donde el jurista Carlos
Gámez Paredes, de una prolongada actividad política en la zona, tiene el respaldo
de los pobladores. *** En Coacoatzintla, por ejemplo, la fructífera carrera
profesional del profesor Ariel Ortiz es garantía de que ese municipio recibirá un
fuerte impulso. *** En Emiliano Zapata, si los acuerdos se cumplen, deberá
competir por la alianza Renato Alarcón. *** Pronto se conocerá la decisión de la
Comisión Nacional de Elecciones de la alianza Morena-Verde. Entonces se sabrá
si la medición fue “pareja” o hubo mano negra.
Pocos -quizá nadie- le dan importancia al hecho de que Verónica Hernández siga
al frente de la Fiscalía General del Estado (FGE). Para quienes analizan las
condiciones de procuración e impartición de justicia, su salida de ese cargo “es
inminente”, aunque por ley debería ser hasta el 2029.
El debate hoy no es, pues, si Verónica se va o se queda. La discusión en los
medios y en los corrillos políticos es sobre la identidad de quien llegue a sustituirla.
El primer requisito para quien la suceda -en eso coinciden todos- es capacidad y
experiencia. No basta tener un título de abogado, se requiere alguien que conozca
el oficio y dé resultados.
Hay otras exigencias que, aunque parecieran ociosas, en la actualidad son
altamente valoradas. Quien releve a Verónica Hernández debe tener un
reconocimiento (no necesariamente militancia) por parte de los más altos mandos
de la llamada cuarta transformación. Debe, pues, presentar una hoja de vida en la
que no figuren actos de “traición” a los principios de esa corriente política y deben,
además, aparecer sin vínculos con los enemigos políticos de la actual
gobernadora de Veracruz.
De preferencia que también exhiban cierto nivel de enemistad con esas figuras
sobre las que, de manera reiterada, en público y en privado, Rocío Nahle ha
manifestado su absoluto e irreconciliable rechazo.
Hay otros requisitos que pudieran no ser indispensables, pero que “ayudan” en la
decisión final. Uno de ellos es el género. Rocío Nahle, como Claudia Sheinbaum,
insiste en que “no llegó sola” y que las mujeres jugarán en su entorno papeles
relevantes.
Con esa “estrellita” en su expediente, la verdad, no hay muchas. Quizá la que más
destaque (porque, además de capaz, es cercana a la gobernadora y tiene larga
experiencia en el servicio público) es, como ya en algún momento lo apuntamos
aquí mismo, Leslie Garibo Puga, quien -entre otros antecedentes que posee- fue
Contralora General del Estado (al inicio de la administración de Cuitláhuac García)
y posteriormente directora jurídica de la Secretaría de Energía.
Su experiencia en la administración pública y su conocimiento sobre mecanismos
de seguridad la posicionan como una opción viable para encabezar la Fiscalía, en
momentos en los que la confianza en las instituciones debe ser restaurada.
La designación del relevo en la Fiscalía no sólo marcará el rumbo de la
procuración de justicia en Veracruz, sino que reflejará, también, el compromiso del
gobierno estatal con su autonomía y eficacia.
Para nadie es un secreto que la seguridad y la justicia han sido temas recurrentes
de preocupación, lo que exige una renovación profunda en la Fiscalía General del
Estado.
Organizaciones civiles y actores políticos han insistido en la necesidad de un
nuevo mando que impulse una estrategia sólida para combatir la impunidad y el
crimen organizado.
Es en ese contexto, que la figura Leslie Garibo parece destacar, pues tiene –
además- otro factor que la favorece: su renuncia, en septiembre del 2019, a la
Contraloría General del Estado, coincidió con un fuerte diferendo que tuvo con el
entonces secretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos, otro de los nombres
vetados en la administración estatal.
Desde el interior de Morena, utilizando a las plumas “aliadas”, han pretendido
impulsar, en días recientes, al juez José Clemente Zorrilla Rostro, a quien elogian
por su “larga trayectoria” en la carrera judicial.
No mencionan, por supuesto, sus vínculos con el yunista Edel Álvarez Peña (que
fue quien lo promovió como juzgador) ni los servicios que le prestó al propio Éric
Cisneros, pues sirvió de instrumento para iniciarle un proceso de juicio político a la
hoy fallecida magistrada Sofía Martínez.
¿Qué intereses unían a Edel y a Éric? Sencillo: los millonarios negocios que se
hicieron con los contratos de construcción de las Ciudades Judiciales.
Hay, sin duda, otros nombres que habrá que analizar, siempre poniendo por
encima de todo, la búsqueda de una mejor procuración de justicia.
Epílogo.
Ya no hay duda: Veracruz está en las prioridades de Movimiento Ciudadano (MC).
*** Su coordinador nacional, Jorge Álvarez Máynez, volvió a visitar esta entidad
(ahora estuvo en Papantla, acompañado de José Manuel del Río Virgen) y es ya
el dirigente que más territorio veracruzano ha recorrido. *** En la tierra de la
vainilla, Álvarez Máynez encabezó el encuentro, “Diálogos por Papantla” y se dio
tiempo para dialogar con pobladores de la zona que le expusieron sus
necesidades, pero también sus proyectos. *** A su lado, el incansable coordinador
estatal de ese partido, Luis Carbonell de la Hoz, quien afirmó que Movimiento
Ciudadano será el vehículo para que todos los municipios de Veracruz recuperen
su futuro: “es evidente, estoy seguro, que vamos a ser la alternativa que le dé a
Veracruz el rumbo y destino histórico que merecemos, un Veracruz mejor en todos
sus órdenes”. *** Siguiendo el ejemplo de su guía político y creador, Andrés
Manuel López Obrador, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, empezó a
cargar su agenda con visitas a territorio veracruzano, donde este año habrá
elecciones. El chiste es hacer campaña sin admitirlo, presumir los “logros” de la
cuarta transformación, para que los veracruzanos sigan brindándole el apoyo a
sus candidatos.
filivargas@gmail.com