Sin tacto – Sucesión UV (42)
Por Sergio González Levet
El movimiento en contra de la prórroga otorgada por la Junta de Gobierno al señor
Martín Aguilar es un fantasma que recorre la Universidad Veracruzana. Medra en
los pasillos y las aulas, se manifiesta en oficinas y corrillos, se adentra en las
mentes libertarias de los jóvenes estudiantes.
Hasta ahora ha ido creciendo a contrapelo de las amenazas que el grupo que
se mantiene ilegalmente en el poder lanza contra docentes e investigadores,
contra alumnos y empleados, contra sus propios funcionarios incluso. Asciende a
pesar de los intentos de compra y cooptación de los golpistas, que van perdiendo
simpatías y seguidores en la medida en que cometen los mismos errores de los
últimos cuatro años; esos errores que han puesto en picada a la máxima casa de
estudios del estado, otrora orgullo del orgullo veracruzano.
El movimiento se extiende día a día y sus argumentos contra la ilegalidad se
afianzan en las mentes y los corazones universitarios. Sube y sube como la
espuma, y eso es bueno. Sin embargo, tiene un problema de origen inevitable: se
dilata aún sin orden ni concierto. Sus brotes surgen inopinadamente y rebasan
cualquier estrategia; han superado todas las tácticas de integración.
Destacan por el momento tres grandes reuniones: la RedUV por la Legalidad,
Académicos por la UV y el Nido.
La RedUV fue la primera en el tiempo y congregó naturalmente las oposiciones
iniciales en contra de la prórroga planteada por la Junta de Gobierno. Se integró
esencialmente con los tres exrectores de la etapa de la autonomía, con los
aspirantes a participar en el proceso de sucesión rectoral, con exintegrantes de la
Junta de Gobierno, con académicos e investigadores, con un número creciente de
estudiantes. La cifra inicial de cien firmantes fue creciendo hasta llegar al millar,
hasta superarlo con creces.
Académicos por la UV se desprendió en parte de la original RedUV y fue
sumando a docentes e investigadores preocupados por el rumbo que había
tomado la autoridad anterior para eternizarse en el poder mediante un artilugio
fuera de toda lógica jurídica. Fue un frente que nació desde el interior de la
Universidad misma y juntó a trabajadores en activo, que son insospechados
miembros de la comunidad universitaria.
Y el Nido se ha ido conformando como una generación espontánea que aúna la
inquietud de las muchachas y los muchachos que llenan las aulas de la
Universidad y que son la razón de ser primigenia de la institución. Sin ocultarse a
la vista, la unión de los estudiantes se ha materializado de manera invisible para
las autoridades espurias, que no alcanzan a entender que hay mentes limpias e
intenciones sanas que defienden el fin primordial de la Universidad, que es formar
moral y científicamente a las nuevas generaciones.
Si se organizan debidamente, la Red, los Académicos y el Nido pueden
conformar una especie de Comité de Huelga como el que surgió en el Movimiento
del 68 y dio cauce a las expresiones que surgieron como legiones de los espacios
universitarios y politécnicos.
Pensemos en dos representantes confiables e irreprochables emanados de la
RedUV, en dos docentes prestigiados que surjan de Académicos por la UV y en
cuatro estudiantes que personifiquen las aspiraciones juveniles de todos los
participantes en el Nido.
Un “Comité de Huelga” así, elegido democráticamente, sería el elemento
aglutinante que dé sustento a todas las expresiones y mantenga una línea de
lucha uniforme para rescatar finalmente a nuestra querida alma máter.
sglevet@gmail.com