O P I N I O N
Las relaciones internacionales de México a lo largo de su
historia como todos los países del planeta han tenido
altibajos. Siendo que con el poderoso vecino país al norte del
Río Bravo, nunca han sido fáciles, por las intenciones
intervencionistas y de apropiarse del territorio mexicano que
siempre sus gobiernos han tenido, a partir de su
Independencia de la Corona Inglesa. Algunas de las cuales se
llegaron a concretar lamentablemente como lo reseña la
historia del país.
Dificultades de diferente índole e importancia que desde
entonces se han venido presentando, llegando así hasta
estos días. Y que con la llegada a la presidencia de los
Estados Unidos de Norteamérica (EUA), del hijo de
migrantes europeos Donald Trump, desde el pasado 20 de
enero del año en curso se han intensificado, atacando no
solamente a México, sino a casi todos los países del orbe con
el pretexto de que llevará nuevamente a los EUA a ser la
primera potencia del mundo.
Por lo que respecta a México, lo está haciendo en los
temas que más pueden afectar a esta Nación y que tienen
una gran dependencia con su país: la economía y los
migrantes. En el aspecto económico solamente para citar un
dato aproximadamente el 85 % de las exportaciones
mexicanas van a la Unión Americana y en cuanto a los
mexicanos que viven en el ahora territorio norteamericano
-gran parte de donde viven, trabajan y producen era
México- aproximadamente entre 30 y 40 millones de
connacionales, algunos en forma legal y otros ilegal, con su
trabajo, legal o ilegal, ayudan al crecimiento de la economía
norteamericana.
Independientemente de lo citado, la forma en que la
actual administración federal a cargo de Claudia Sheinbaum
Pardo, en cuanto a las relaciones con los EUA, ha hecho lo
que la han dejado hacer sus antecesores y que por lo tanto
solo puede calificarse como una actuación diplomática
mediocre, ya que arrastra las encomiendas de problemas
tan graves como la no acción contundente en contra de los
grupos delincuenciales, la impunidad para ciertos
personajes y el llevar a cabo hasta el final la destrucción de
la incipiente democracia que se vivía en México.
Encomiendas que han llevado a Sheinbaum Pardo a
cometer errores, todo parece indicar que involuntarios,
como el expresado hace aproximadamente dos semanas en
una de las reuniones denominadas mañaneras del pueblo,
en las qué al abordar el tema sobre los aranceles a las
remesas, cuando dijo: que habría que movilizarse. Eso fue
todo lo que manifestó al respecto. No dijo, quiénes tendrían
que movilizarse; cuando; en donde; a que hora. Pero
lamentablemente esa corta frase, no finalizada, la
indefinición de la misma. Quiérase o no aceptar, se presta a
la especulación. Que fue lo que hizo la secretaria de
Seguridad del gobierno que encabeza Trump, Kristi Noem,
en una de las reuniones en la Casa Blanca, acusándola de
ser la provocadora de las manifestaciones. Actitud que
obviamente estaba autorizada por su jefe y es parte de las
estrategias de negociación del hijo de migrantes que
actualmente es el inquilino principal de la Casa Blanca.
Esto que acaba de suceder, que de algo que a todas luces
no parecía tener importancia, pero con una interpretación a
modo se la dieron, debe de ser una llamada de atención
para Sheinbaum Pardo. Y de ahora en adelante tenga más
cuidado en lo que dice y como lo dice, porque aunque las
mañaneras son del pueblo, las dirige la Presidente de un
país y por lo tanto también las escuchan personas de todos
los niveles, en especial del político nacional e internacional.
En especial cuando se abordan temas que interesan a varias
naciones. Usted qué opina estimado lector. Hasta el lunes.
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