LA CARGADA, LA BUFALADA, LA FIESTA POLÍTICA DEL ALARIDO.

Feb 12, 2024 | Columnas

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Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
La llaman la cargada, o la bufalada. Es una práctica política que creó el PRI. Con
el paso de los años se convirtió en una costumbre, en un hábito, propiamente en
una cultura política. Forma parte de la idiosincrasia del veracruzano.
Cada que había destapes de candidato a gobernador, o que lo proclamaban
oficialmente candidato en una convención partidista, o cuando rendía protesta
como gobernador, se daba el fenómeno.
Viejo periodista que soy, como reportero atestigüé muchas veces cuando esa
masa enorme de militantes o simpatizantes de alguna figura política rompió los
cristales de las puertas del PRI o los gruesos cristales del Teatro del Estado.
Todos querían entrar al acto, ser testigos del ungimiento de su candidato o
gobernador, que el nuevo jefe político los viera, estar en la que era una
verdadera fiesta cívica y política, una fiesta de verdadero alarido y de mucho
colorido.
Incluso ya gobernador en funciones, hubo figuras que atraían a la multitud, como
Fidel Herrera Beltrán, a quien una vez se le arremolinó tanto la gente casi hasta
el grado de la asfixia, que presionó tanto que le fracturaron una costilla.
Fidel lo disfrutaba, como otros candidatos y gobernadores también. Era, para los
priistas sigue siendo, parte de un ritual. Al político veracruzano de verdad,
auténtico, eso lo alimenta, le insufla energía, lo alivia de todos sus males, le da
vida.
Pero nadie que no haya nacido en Veracruz, que no se haya formado en su
medio político, que no conozca al veracruzano interesado en la participación
política-partidista lo entiende, y si no lo entiende no lo práctica, no lo vive y no lo
disfruta.
Ese desconocimiento es una de las fallas que le veo a Rocío Nahle, quien,
zacatecana, urgida de legitimidad que solo le daría el acercamiento, el contacto
directo con quienes quiere gobernar para que la sientan, se niega y se resiste a
esa cercanía tan necesaria como urgente para ella.

Contra lo que se pueda pensar, tengo conocimiento que sí hay personas de su
partido, veracruzanos, por supuesto, que se dan cuenta de la falla y que
sabiendo las consecuencias negativas que puede tener le han querido decir y
pedir que, por ejemplo, quite las vallas metálicas de las que se rodea para que
nadie se le acerque, pero ni siquiera permite que terminen y los para con un no
rotundo.
Su argumento o pretexto es que no quiere que la gente, que los veracruzanos,
esos que irían a votar por ella, se le acerquen y la aprieten, o sea, la señora salió
delicada y por esa delicadeza no se deja querer, sentir el calor del veracruzano,
que se da cuenta del rechazo.
Por lo que se vio en su precampaña, la señora adolece del mismo problema de
Cuitláhuac: tuvieron un ascenso político hasta las alturas sin haber pasado por
etapas intermedias como ser jefe de manzana, director o directora de algún área
de un ayuntamiento, regidor, síndico, miembro de un cargo en algún comité
municipal de su partido, en fin, les faltó haber vivido prácticas políticas que
enseñan y dan experiencia.
Quien quiera que revise las fotos y videos de sus actividades puede advertir que
la señora vino a Veracruz como aspirante y luego precandidata en plan de
conquistadora, viendo a los veracruzanos menos, a los que les hace un favor
pretendiéndolos gobernar. Craso error.
Su salto a las alturas, haber formado parte del gabinete presidencial, haber sido
actora de la práctica ceremonial que rodea al presidente, quien viaja en
camionetas blindadas, rodeado por los miembros del Ejército que fueron parte
del Estado Mayor Presidencial, aislado de la población por vallas metálicas, la
dañaron para la aspiración que tiene de ser gobernadora.
Actúa, siempre ha actuado como el presidente, como si ya fuera gobernadora y
repite en forma exacta el esquema de protección que rodea a López Obrador: se
mueve en un aparatoso, costoso y lujoso convoy de camionetas, la rodea un
equipo de seguridad y de “ayudantes” (la ayudantía que fue de Fidel Herrera)
que impide que la gente se le acerque, en sus actos está rodeada de vallas
metálicas y nunca se baja de los entarimados donde colocan los presídium.
Nunca se le ha visto que llegue a un restaurante o a algún café y salude a los
comensales de mano, uno a uno.
En su campaña será lo mismo. Cometió otro error, de origen: no empezó de
menos a más de tal forma que ahora no puede ya bajarse de su camionetota de
lujo, movilizarse en un vehículo austero, como el de cualquier ciudadano, dejar

los entarimados y mezclarse con la gente, eliminar a sus guaruras, quitar las
vallas metálicas, porque si lo hace el veracruzano sabrá que es una farsa.
Permitió que le inflaran sus encuestas, que la pusieran casi hasta el rango o
porcentaje de 100, y ya no puede bajar porque daría la imagen de derrota. El
problema es que el tope es 100, de tal forma que ya no puede crecer más.
Cuando se llega a la altura máxima lo que único que queda es la caída. Debieron
ir dosificando su crecimiento para que se viera natural y fuera creíble.
Lo que se sabe es que para la campaña (prácticamente abril y mayo, aunque
inicia el 31 de marzo), en Morena vienen con todo, la elección de Estado que ha
estado denunciando Pepe Yunes, y van a recurrir a todas las malas prácticas,
ilegales por supuesto, para tratar de ganar a toda costa. No pararán por nada.
La semana pasada ya empezaron a intentar a golpear a Pepe con una campaña
en redes que no tuvo ningún éxito. Saben que la competencia ya está cerrada y
pareja aunque alguna encuesta ya le da al de Perote una ventaja de 3 puntos,
prácticamente un empate técnico, pero puntos valiosos porque no tiene todos los
recursos del gobierno.
Vienen las campañas y si inician una guerra sucia contra Pepe, seguramente los
de la coalición opositora no se van a dar callados, y cuidado que la señora tiene
mucha tela de dónde cortar, como la de Dos Bocas, o que sus hijas Tania y
Rocío Peña ni siquiera estudiaron en una universidad de Veracruz sino en el
Tecnológico de Monterrey, de las más caras, y Rocío hija en la Columbia
University de Nueva York, cuando Morena proclama austeridad republicana y
pobreza franciscana y el mismo López Obrador dijo el 5 de agosto de 2021 que
“los que van a estudiar al extranjero aprenden a robar”.
O sea ni mamá ni hijas se han involucrado con los veracruzanos, pero ahora
quieren su voto. Ya se verá si todo el dinero público que van a derrochar alcanza
para derrotar la voluntad de un pueblo que se identifica plenamente, pero con los
suyos.
Otra mujer valiente
Ayer dije que la exjueza Angélica Sánchez Hernández me tiene sorprendido y
admirado por su valentía, luego de que no se echó para atrás cuando el gobierno
de Cuitláhuac García Jiménez reinició la persecución en su contra por haber
aceptado ser candidata de MC a senadora.

Hay otra mujer valiente, veracruzana de verdad, huasteca, Octavia Ortega
Arteaga, “Tava” Ortega, quien, igual, ha vivido y sido víctima de la peor violencia,
pero nada la ha hecho desistir.
Exalcaldesa de Pánuco, exdiputada local por ese distrito, expresidenta de la
Mesa Directiva de la Legislatura del Congreso local, sufrió el secuestro de su
esposo en 2011, regidor entonces, por el que se pagó un rescate pero nunca
apareció y luego, en 2018, sus enemigos políticos mandaron tirar una mano
humana frente a la puerta de su casa para intimidarla y obligarla a que se retirara
de su candidatura a diputada local.
Cosas del tiempo, entonces era candidata del PRI cuando Pepe Yunes era
candidato a gobernador por el mismo partido.
Nada la ha intimidado, ahí está y sigue, con todas las posibilidades de ser ahora
candidata del PVEM a diputada local si decide aceptar. Ella tiene miles de
seguidores, simpatizantes suyos, que le pueden sumar miles de votos a la
candidata aliada de su partido, Rocío Nahle.