LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ANDI

Jun 9, 2025 | Columnas

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Sin tacto

Por Sergio González Levet

Como si los mexicanos tuviéramos tiempo para estarlo perdiendo, el segundo hijo
en orden de aparición de Andrés Manuel López Obrador salió a pedir en un bonito
programa que tiene la profunda pensadora Luisa María Alcalde -la misma que en
sus tiempos libres hace que trabaja como dirigent-a nacional de Morena- que no le
llamen Andi, como lo conocen generalmente desde que era un niño y como se
habían referido a él siempre los allegados a AMLO y los militantes más furibundos
de la Cuarta Transformación.
Primero pondré las palabras de Andi en el episodio 11 de La Moreniza, un
podcast que tiene la señora Alcalde, que han causado tanto revuelo por su… por
su… ¿impericia?, ¿atolondramiento?, ¿superficialidad?
Ahí va el junior:
“Pues aprovecho también estar aquí para decirles: yo me llamo Andrej Manuel
López Beltrán, y mi más grande orgullo es llamarme como el mejor presidente que
ha tenido este país. El llamarme Andi, ¿no?, es demeritar eso, quitarme ese
legado, quitarme ese nombre. Lo mismo hicieron en Durango, en Durango nunca
quisieron mencionar en ningún medio de comunicación local, Moreira… nunca me
mencionaron por mi nombre. ¿Por qué? Porque les da miedo y saben lo que vale
el nombre y saben lo que vale el legado de Andrés Manuel López Obrador.
Entonces, yo me llamo Andrés Manuel López Beltrán y ojalá dejen de llamarme,
¿no?, con diminutivos y nombres que no son mi nombre. Andrés Manuel López
Beltrán, no Andrés López Beltrán, Andi López Beltrán
(https://x.com/LuisaAlcalde/status/1930775387295944985?ref_src=twsrc%5Egoog
le%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Etweet).

Primero hay que decir que el vástago pejista se equivoca una vez más con el uso
de los términos. Dice que “Andi” es un diminutivo, cuando no es exclusivamente
así. El diminutivo propiamente dicho de Andrés es “Andresito”, y la verdad es que
difícilmente cabría ponerle un diminutivo a un personaje tan diminuto como el
Secretario de Organización de Morena. El famoso “Andi” es un hipocorístico, y la
RAE lo define así:
“Del gr. ὑποκοριστικός hypokoristikós ‘acariciador’.
“adj. Gram. Dicho de un nombre: Que, en forma diminutiva, abreviada o infantil,
se usa como designación cariñosa, familiar o eufemística; p. ej., Pepe, Charo.”
Por lo general, se espera de cada persona que se haga un nombre en su vida
como fruto de su trabajo y su honorabilidad. Quienes heredan un nombre ya
hecho, pues tienen la responsabilidad de honrarlo y darle aún más brillo.
¿Andi se merece llevar el nombre de su padre? Sería bueno que los mexicanos
conociéramos qué es lo que ha hecho este muchacho como para que le den el
don. Revela mucho el hecho de que es conocido en la fama pública por su
hipocorístico, seguramente porque le ha quedado grande el nombre de su
progenitor.
Ah, escribo “Andi”, con “i” al final, como recomienda la RAE que se ponga,
porque en castellano no existen nombres que terminen con “y”.

sglevet@gmail.com