LA LENGUA DE TÁCITA MUTA

Jun 17, 2025 | Columnas

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Columna La Lengua de Tácita Muta

Angélica Cristiani Mantilla <cristianiangelica@gmail.com>

Estimado equipo editorial:

Les comparto para su consideración mi columna de opinión La Lengua de Tácita Muta, escrita a propósito de la décima comparecencia del Estado mexicano ante el Comité CEDAW de la ONU.

Se trata de un texto sustentado en datos oficiales, informes de organizaciones de la sociedad civil y análisis de contexto histórico, político y social, con el objetivo de invitar a la reflexión crítica sobre la violencia estructural que enfrentan niñas, adolescentes y mujeres en México.

La columna reconoce el valioso trabajo del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) y la Red TDT, y busca generar eco mediático en un momento clave para exigir al Estado mexicano el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.

Quedo a su disposición para cualquier ajuste editorial o contextual necesario para su publicación.

Con aprecio 

Angélica Cristiani Mantilla

“Tiempo de mujeres… y de impunidades viejas”

En México, los nombres se suman más rápido que las leyes. Y las tumbas se llenan más rápido que los expedientes judiciales

17 Jun 2025Angélica Cristiani  La Lengua de Tácita Muta.png

El Estado mexicano se presenta, una vez más, ante el Comité CEDAW de la ONU. Con peinados nuevos, discursos reciclados y un expediente rebosante de promesas sin cumplir. Las cifras, sin embargo, no caben en los folders. Desde 2015 hasta abril de 2025, 34,715 mujeres, niñas y adolescentes fueron asesinadas, y de esos casos solo el 24.6% se investigaron como feminicidio.

¿Y qué hace el gobierno ante esto? Cuelga mantas violetas el 8 de marzo y tuitea con entusiasmo #TiempoDeMujeres. Pero cuando se trata de proteger, investigar, prevenir… la cosa cambia. No hay datos desagregados por condición étnica, discapacidad o contexto socioeconómico. Los sistemas de justicia siguen anclados en el siglo pasado, y la Alerta de Violencia de Género se ha vuelto un canto burocrático con eco judicial.

Cifras que duelen, datos que desaparecen. El Registro Nacional reporta más de 29,509 mujeres desaparecidas y no localizadas. El Banco Nacional de Datos sobre Violencia contra las Mujeres está desactualizado. Las necropsias en zonas indígenas, como en la Montaña de Guerrero, no se realizan. Los expedientes descansan sobre el testimonio del agresor.

El sistema judicial también perpetra: no hay peritos ni intérpretes en lenguas originarias, no hay psiquiatras forenses. Y cuando hay sentencia, ésta rara vez se dicta bajo perspectiva de género.

La trampa de la simulación. Se han creado Unidades de Análisis y Contexto en estados como Veracruz, CDMX y Puebla, pero no cumplen con su objetivo. Se invirtieron 34 millones de pesos en su creación, pero no redireccionan investigaciones ni establecen patrones claros. El informe al Comité CEDAW lo dice claro: las acciones no están siendo evaluadas, ni corregidas.

Sobrevivientes, no milagrosas. De 2012 a 2024, más de 3,354 mujeres fueron hospitalizadas por ataques con ácido. El caso de MER, en Oaxaca, lleva seis años impune. Su agresor está protegido por su partido. La ley se reforma sólo cuando las víctimas sobreviven y gritan. El Estado actúa tarde, o no actúa. Y cuando lo hace, se limita a exhortos.

Los cuidados, el trabajo invisible. Según la ENASIC 2022, las mujeres dedican el triple de tiempo que los hombres al cuidado no remunerado. La iniciativa de un Sistema Nacional de Cuidados está detenida. Solo tres estados tienen procesos para crear su propio sistema. Veracruz, por cierto, cuenta con AVGM desde 2017 por agravio comparado y desde 2024 por desaparición. Aun así, no hay plan ni presupuesto claro.

Materniades forzadas, abortos criminalizados. La SCJN ordenó en 2023 la derogación de los artículos que penalizan el aborto a nivel federal. Para mayo de 2025, 24 estados han armonizado sus leyes, pero el Código Penal Federal sigue intacto. En el primer trimestre de 2025 se abrieron 218 carpetas de investigación por aborto, incluso en estados donde ya fue despenalizado.

De las 10 solicitudes de amnistía por aborto, solo una fue procedente. Los servicios de ILE están llenos de carencias: no hay insumos, hay objeción de conciencia sin regulación, y las mujeres siguen siendo denunciadas por el propio personal médico.

Defensoras asesinadas, periodistas silenciadas. De 2018 a 2024, 39 defensoras fueron asesinadas y 4 desaparecidas. La mayoría eran mujeres indígenas. Las medidas de protección no son integrales: botones de pánico y números de emergencia no bastan. La impunidad no duerme. Y la violencia digital también crece, como lo denunció una defensora ayuuk cuya imagen fue compartida en redes sin su consentimiento. Fue asesinada en 2025. Estaba desaparecida desde octubre de 2024.

Trata: las cifras que incomodan. México produce el 60% de la pornografía infantil del mundo, según UNICEF. Entre 50,000 y 500,000 personas son víctimas de trata, pero solo se han abierto 5,271 carpetas de investigación en 7 años. La FEVIMTRA argumenta falta de competencia y los recursos de la Ley de Extinción de Dominio terminan en el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado.

Gracias a las organizaciones que no se cansan. Este informe no habría sido posible sin el incansable trabajo de las organizaciones de la sociedad civil, que han hecho lo que muchas instituciones públicas no han querido hacer: documentar, acompañar, exigir. En especial, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), red nacional de 43 organizaciones de la sociedad civil en 22 estados de la República Mexicana; y la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas, Todos y Todes” (Red TDT), conformada por 88 organizaciones en 23 entidades. Su trabajo es un faro en medio de la niebla institucional.

CEDAW no es la estación final. El gobierno dirá en la ONU que ha hecho todo lo posible. Pero las víctimas saben que no es cierto. Las cifras gritan lo que los discursos callan. La justicia sigue siendo una promesa, y los feminicidios, una estadística de rutina.

Si realmente fuera tiempo de mujeres, cada servidor público omiso ya habría sido sancionado. Si fuera tiempo de mujeres, no tendríamos que seguir enterrándolas.

¿Es tiempo de mujeres? Sólo si empezamos a llamar a las cosas por su nombre, a exigir como si la vida nos fuera en ello. Porque, efectivamente, nos va.

Fuentes consultadas:
Informe CEDAW 2025, OCNF, Red TDT, INEGI, ONU Mujeres, Artículo 19, Consorcio Oaxaca, SESNSP, SCJN, ENASIC, UNICEF, FEVIMTRA, GIRE.

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