Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
La marcha del martes en Xalapa con la intención de defender a Rocío Nahle, pero
que al final sirvió para que la apalearan como a piñata en época de posadas, me
dejó una interrogante.
¿Dónde estaban, dónde estuvieron mujeres que tenían la obligación –se supone–
de salir a apoyarla como Claudia Tello Espinosa, Ana Miriam Ferráez Centeno y
Dorheny García Cayetano, quienes viven en la capital del estado?
Las candidatas de Morena al Senado y a las diputaciones federal y local por el
distrito de Xalapa, respectivamente, brillaron por su ausencia. Se supuso que no se
trató de un acto partidista sino de una protesta contra la violencia política de
género.
Esto es, podían haber alegado que concurrían como mujeres que son, debido a lo
cual también están expuestas a la posibilidad de sufrir algún día ese tipo de
violencia; que se sumaban a la defensa de una causa que amenaza o afecta a las
féminas.
Eso si no querían que se pensara que politizaban una marcha que no tenía
dedicatoria, aunque fueron los propios promotores quienes lo hicieron desde el
momento en que repartieron playeras con el nombre de la candidata.
El hecho es que no estuvieron, se abrieron o se hicieron occisas y dejaron sola a la
zacatecana.
Hubo otro detalle que me llamó la atención: la concurrencia fue pobre, nada que
ver con los mega acarreos de hasta 15 mil personas (según siempre presumieron)
con las que la arroparon cuando solo era aspirante, en actos con el pretexto del
tema energético, en el WTC de Boca del Río.
Lo ocurrido da pie a algunos comentarios
Uno. Se confirmó que se le abrió el rey del acarreo, Eleazar Guerrero Pérez,
molesto porque lo relegaron a una candidatura plurinominal de los que no tienen
ninguna posibilidad de llegar a una curul, así como porque no le dieron una
candidatura a su vástago del mismo nombre.
Dos. Si no fue Cuitláhuac quien organizó la marcha, entonces fue el equipo de
Rocío, o ella misma, y quedó constancia de la pobre, muy pobre capacidad de
movilización que tienen; que la mujer necesita vejigas para flotar, esto, que sin los
acarreos del gobierno está en la lona.
Tres. Se supone que Tello, Ana Miriam y Dorheny son candidatas porque
garantizan miles de votos, esto es, porque las siguen miles de simpatizantes o
militantes de Morena, por lo que ellas debieron haber salvado la marcha
convocando a los suyos. ¿O es que no tienen ni quien las pele?
Cuatro. Quedó de manifiesto que no tienen figuras de peso de quienes echar mano
para que defiendan a la señora de Zacatecas, por lo que recurren a lo único que
tienen, como la docente del Tec de Misantla, que mejor se batió en retirada cuando
no supo enfrentar a los reporteros.
Cinco. ¿Por qué la señora o señorita Nani, la defensora, no abrió los folders que
llevaba con las supuestas pruebas de violencia contra Rocío? ¿Es que llevaba un
bonche de carpetas para tratar de espantar a los Yunes, a Castagné, a los críticos,
con el petate del muerto?
Seis. Los nahlistas, o cuitlahuistas, o quienes organizaron la marcha, dejaron
constancia que son chambones. ¿A quién se le ocurre llegar con las acarreadas a
donde ya estaba la prensa esperando? ¿Quién fue el de la idea de que, a la vista
de todos, en especial de la prensa, llegara la camioneta de batea con los bultos de
playeras y las repartieran a la vista de todos y de las cámaras? ¿Por qué
aparecieron hombres operando un acto que era de mujeres?
Siete. Una conclusión a la que se puede llegar es que la campaña es un desastre,
algo que los veracruzanos nunca habíamos visto en la historia política de Veracruz
por cuanto hace a alguien que quiere llegar al gobierno. ¿Quién coordina? Hasta a
la oposición le preocupa ya porque esperaban una competidora de nivel, que hasta
ahora ni siquiera los ha puesto a sudar no obstante los calorones que están
haciendo.
Los veracruzanos están alertas y a la defensiva
Pero hubo otro detalle que observé. Ni bien había terminado de dar su conferencia,
que no fue conferencia de prensa, la defensora de Nahle, cuando, ¡zas!, ya
estaban en su lugar abogadas y abogados argumentando por qué no había
violencia política de género contra la candidata.
¿En dónde estaban? ¿De dónde salieron casi de repente? Y no eran unas unos
cuantos. Quedó claro que los veracruzanos de verdad ya están a la defensiva para
evitar a toda costa que llegue al gobierno alguien que no es del estado. No se
explica de otra manera.
No sale de una cuando ya cayó en otra
Lo cierto es que la señora no sale de una cuando ya está metida en otra. Ayer
todavía no se apagaba el eco de su marcha y ya estaba de nuevo otro escándalo,
ahora por otra propiedad en San Pedro Garza García, Nuevo León, con un valor
comercial de más de 28 millones de pesos, que está a nombre de su esposo José
Luis Peña, según exhibió escrituras, constancia de inscripción en el Instituto
Registral y Catastral de Nuevo León y documento de la notaría que dio fe, el
empresario Arturo Castagné.
Caracho, a su residencia en Coatzacoalcos, su mansión en El Dorado (Alvarado) y
otra en Villahermosa, Tabasco, ahora se suma esta de Garza García, todas
valuadas en millones, aunque según el empresario hay más (lectores, conocidos
míos me aseguran que en Coatzacoalcos tienen otra propiedad recién adquirida en
la colonia Petrolera).
¿Es que los Peña-Nahle son muy ahorrativos y han logrado su patrimonio con el
sudor de su frente por tanto trabajo? ¿Es que estamos ante la materialización de lo
que Luis Donaldo Colosio Murrieta llamó la cultura del esfuerzo? ¿Es que la
candidata y su esposo son unos verdaderos magos de las finanzas?
Mientras son peras o son manzanas, la señora ya se estancó y Pepe sube como la
espuma, ya la alcanzó y, aunque ligeramente, ya la rebasó. Cuánta razón tenían
los opositores cuando, por ejemplo, en mi caso, me pedían que alentara con mis
comentarios a que ella fuera la candidata porque la veían como la más vulnerable,
a la que podían ganar.
Nadie evita el golpeteo en medios de la CDMX
Pero otra cosa que me llama la atención es que también prácticamente toda la
prensa (escrita impresa, digital, radiofónica, televisiva y que interactúa en las redes
sociales) de la Ciudad de México se hace eco de todo lo que hace o le sale mal,
incluyendo medios que son aliados o se entienden con el gobierno de López
Obrador.
Si Rocío no tiene capacidad ni equipo propio para hacerlo, ¿por qué no pide ayuda
en su partido, en Palacio Nacional, a Claudia Sheinbaum, para tratar de parar tanto
golpeteo un día sí y otro también? ¿Por qué el presidente no ha salido a defenderla
en forma abierta en sus conferencias mañaneras?
Sigo pensando que AMLO debe estar furioso con ella porque no le dijo la verdad
de sus millonarias propiedades, porque lo engañó, porque con tantas evidencias
que se han hecho púbicas no solo no le da margen para que la defienda, sino que
lo expone a la crítica de haber impuesto como candidata a una persona muy
cuestionada, pero que además lo contradice y desmiente su discurso de austeridad
y combate a la corrupción. Le ha de haber caído como patada al hígado que por su
causa Xóchitl Gálvez cuestionara a Claudia Sheinbaum la noche del debate.
Pero también creo que los enemigos que hizo como secretaria de Energía dentro
del gabinete, como el titular de Pemex, aprovechando su cercanía con Andrés
Manuel, ellos mismos cobran venganza ahora alentando el golpeteo mediático en
su contra.
Y esos no son enviados de Miguel Ángel Yunes Linares ni es un montaje de la
oposición. Creo que ella se ha ganado todo a pulso.