Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Cuando Martín Aguilar Sánchez era casi un cero a la izquierda en la
Universidad Veracruzana, se le apareció un hada madrina que lo
sacó del anonimato y lo llevó a la rectoría. Esta mujer era académica
en la Universidad de Puebla donde también daba clases Beatriz
Gutiérrez Müller, de quien terminó siendo amiga.
Cuando llegó el tiempo de la sucesión en la UV, el hada madrina
tomó del brazo a Martín y lo llevó a Palacio Nacional donde se lo
presentó a doña Beatriz, a la que le dijo que su muchacho era un
luchador social de toda la vida y seguidor de AMLO y la 4T. “Ha
participado en cuanta manifestación organiza Morena contra los
corruptos, y con tu apoyo y el del señor presidente será un excelente
rector que llevará a cabo la transformación que necesita la
Universidad Veracruzana”.
Quiso la suerte que en ese momento pasara por ahí Andrés Manuel,
ocasión que aprovechó doña Beatriz para presentarle al hada
madrina y a Martín. La señora Gutiérrez Müller se prodigó en
elogios para Martín y López Obrador se limitó a sonreír, pero no
hizo ningún comentario. Aunque no hizo falta.
El hada madrina aprovechó el momento para pedirle al presidente
unas fotos de los cuatro y éste accedió. Y en ese momento la vida
gris de Martín Aguilar comenzó a cambiar de color.
Con esas fotos, el hada y su ceniciento se presentaron en el despacho
del gobernador Cuitláhuac García que se comió completito el
anzuelo y ordenó a sus cercanos: “El señor presidente quiere que
aquí el profe… ¿cómo me dijo que se llama? Ah sí, quiere que el
maestro Martín sea el próximo rector de la UV”.
Como le dijeran que no iba a ser fácil porque a Martín nomás en su
casa lo conocen y tendrían que convencer a la Junta de Gobierno,
Cuitláhuac habría insistido: “Hagan lo que sea, pero cumplan la
encomienda que no es mía sino del señor presidente”.
Convencer a los miembros de la Junta no fue fácil, pero tampoco
difícil ya que les prometieron una de dos cosas: “marmaja o
madriza”. Y quienes así lo quisieron optaron por la marmaja que fue
de un millón de pesos.
A los pocos días, Martín Aguilar Sánchez, el casi desconocido y
anodino maestrito, resultó electo el vigésimo segundo rector de la
Universidad Veracruzana por unanimidad de la Junta de Gobierno.
Si la historia es cierta (y no tengo porqué dudar debido a la seriedad
y solvencia de mi fuente), Andrés Manuel López Obrador fue
protagonista involuntario de una mentira porque de acuerdo con lo
aquí platicado, nunca dio su visto bueno para que un sujeto al que
jamás había visto fuera rector de la UV.
Pudo suceder que la señora Gutiérrez Müller intercediera por Martín
ante su marido y éste aceptara. O puede que le haya dicho al hada
madrina: “Ve con el gobernador y dile que el presidente y yo
queremos que Martín sea rector de la UV y muéstrale las fotos como
prueba de que le estamos dando el espaldarazo”.
Pero pudo ser que nada del párrafo anterior sucediera y que en un
acto de temeridad femenina, el hada madrina le contara a Cuitláhuac
una mentira y le mostrara las fotos para que viera que le decía la
verdad.
Como quiera que haya sido, Martín fue ungido rector de la UV, ha
resultado un soberano fiasco pero quiere reelegirse violando la ley
de la propia Universidad.
Su problema es que Andrés Manuel ya no está en la presidencia,
doña Beatriz ya no vive en Palacio Nacional, Cuitláhuac ya no es
gobernador, ya no hay dinero para maicear a los miembros de la
Junta de Gobierno y lo que es peor, su hada madrina no es amiga de
Claudia Sheinbaum, por lo que es punto menos que imposible que se
tome media docena de fotos con la señora Presidenta.
bernardogup@hotmail.com