AL PIE DE LA LETRA.
Raymundo Jiménez.
Como sucede en cada cambio de gobierno en Veracruz, Rocío Nahle ha vuelto a despertar
esperanzas de que, ahora sí, en nuestro estado se abatirá la inseguridad, disminuirán los
feminicidios y las desapariciones, que mejorarán los sistemas de salud y de educación, se
generarán miles de empleos estables y bien remunerados, que se rehabilitarán las carreteras,
que crecerá el desarrollo social y que no habrá tolerancia ni impunidad para los que
abusaron del poder y saquearon el erario estatal.
Por supuesto que esto no lo logrará de la noche a la mañana la primera mujer que gobierna
la entidad veracruzana, a quien al menos se le debe de conceder un plazo de gracia. Sin
embargo, hay expectativas de que su desempeño al frente del gobierno estatal puede ser
mejor de quien le antecedió. Quienes confían en ella apelan a que, a diferencia del ex
gobernador Cuitláhuac García, doña Rocío tiene experiencia legislativa y administrativa,
pues no sólo fue diputada federal y senadora sino también secretaria de Energía. Además,
políticamente está más fogueada, ya que en 2015 el entonces dirigente nacional de Morena,
Andrés Manuel López Obrador, la designó coordinadora de la primera bancada del partido
guinda en la Cámara baja del Congreso de la Unión, lo que le permitió confrontar a los
grupos legislativos mayoritarios del PRI y del PAN en la segunda mitad del último sexenio
priista que presidió el mexiquense Enrique Peña Nieto.
Como gobernadora tendrá la mejor oportunidad para reivindicarse de los señalamientos que
le hicieron en la pasada campaña electoral tanto sus contendientes de la oposición como los
detractores de su propio partido, que la descalificaban no sólo por ser oriunda de Zacatecas
sino también por no haber concluido al cien por ciento la refinería de Dos Bocas que le
encomendó el ex presidente López Obrador, cuya inversión inicial casi se triplicó. Ya
veremos si Nahle logra demostrar a sus malquerientes que puede hacer más por nuestro
estado que los anteriores gobernadores que sí nacieron aquí o son descendientes de padres
veracruzanos. Y, por supuesto, si muestra voluntad y decisión de no dejar pasar el menor
acto de corrupción, un estigma que le impusieron en la refriega electoral y que ahora estaría
obligada a sacudirse. Porque lo más triste es que en 2030 terminara su gestión como lo
acaba de hacer Cuitláhuac García, a quien los diputados locales de oposición le echaron en
cara durante su comparecencia el pasado viernes 29 de noviembre, que había sido el peor
gobernador de Veracruz, superando inclusive al ex priista Javier Duarte, actualmente preso
en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por asociación delictuosa y lavado de
dinero.
Y es que ante el manifiesto desprecio de los veracruzanos, de nada le valdrán al ex
mandatario estatal de Morena los excesivos elogios que este sábado 30 de noviembre,
durante la inauguración de un hospital de salud mental del IMSS-Bienestar en Orizaba, le
vino a obsequiar la presidenta Claudia Sheinbaum, quien sin precisar qué cargo le asignará,
anunció que García Jiménez se unirá a su equipo en el gobierno federal a pesar de su
cuestionada administración.
“Me da gusto, nostalgia, muchas cosas, de que el día de hoy se despida Cuitláhuac como
gobernador; no se preocupen, se va a ir a trabajar conmigo, ya luego les platico dónde”,
dijo la Presidenta, quien solamente apuntó que García Jiménez “colaborará” en un puesto
“estratégico” de la Federación.
Asimismo, elogió al todavía mandatario veracruzano calificándolo de ser una persona
honesta y trabajadora, así como de presumir de “convicciones” que “transformó el estado
de Veracruz”.
Destacó que el gobernador “disminuyó la deuda (interna), hizo caminos, (construyó)
hospitales, escuelas… trabajó incansablemente por el estado de Veracruz”, cuando la red
carretera del norte, centro y sur de Veracruz está destrozada, plagada de baches y hoyancos;
los hospitales carecen de medicamentos y sus elevadores fallan por falta de mantenimiento,
mientras que hay escuelas en las que faltan hasta maestros. Ayer, por cierto, Nahle dijo que
“nos hemos puesto la ambiciosa meta (…) de erradicar el nada honroso primer lugar en
analfabetismo”.
La noche de este sábado, mientras Sheinbaum y Nahle departían por su lado, Cuitláhuac fue
visto cenando tacos, acompañado solamente de un asistente, en un comedero ubicado sobre
la avenida Palmas, del fraccionamiento residencial de Las Ánimas. Según publicó el
periodista Saúl Contreras en Facebook, “eso sí, el gober que prometió ser diferente”, tenía
en la calle a una veintena de guaruras. Y reseñó que “unos comensales que estaban al lado
de mi mesa, al momento de salir el gober ‘finolis’, se me quedaron viendo, movieron la
cabeza y me expresaron: ‘lo bueno que ya se va este hijo del diez de mayo; el peor de todos
los gobernadores que hemos tenido’. Esas son las opiniones de la inmensa mayoría, del
pueblo veracruzano que sabe juzgar, y juzgar bien”.
El viernes anterior, en su comparecencia ante el Congreso local con motivo de su sexto y
último informe de gobierno, a García Jiménez le fue entregado por la diputada panista de
Boca del Río, Indira Rosales San Román, un “Reconocimiento” impreso en nombre de los
8 millones de veracruzanos “por haber obtenido el primer lugar nacional en secuestros,
segundo lugar nacional en extorsión, tercer lugar en robo con violencia, séptimo estado con
mayor incidencia delictiva en el país, sexto lugar en delitos contra la vida, cuarto lugar
nacional en feminicidios, lugar número 10 en trata de personas, lugar número 6 en personas
desaparecidas y dos alertas de género sin atender para el estado de Veracruz”.}
NO LA ‘ACELEREN’
Por cierto, debido a la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum, de 14 gobernadores
morenistas, ministras de la Suprema Corte y funcionarios de primer nivel de la Federación
en la ceremonia de toma de protesta de Rocío Nahle como la primera gobernadora de
Veracruz, no faltaron los “acelerados” que en columnas políticas y redes sociales
comenzaron a hacer futurismo político al candidatear desde ahora a la flamante mandataria
veracruzana como una posible carta de Morena para la sucesión presidencial de 2030.
Estos buenos deseos no le hacen ningún bien a Veracruz ni a la debutante titular del Poder
Ejecutivo del estado, ya que sólo la exponen al anticipado golpeteo desestabilizador de
otros fuertes aspirantes de Morena a la Presidencia de la República, cuya rudeza política es
de sobra conocida.
Si no pregúntenle cómo le está yendo a Javier May Rodríguez, quien apenas lleva dos
meses como gobernador de Tabasco. Y eso que al ex secretario de Bienestar y ex director
de Fonatur no se le ve estatura presidencial. Sin embargo, está confrontado con su antecesor
Adán Augusto López, el ex secretario de Gobernación y actual líder del Senado, aliado, por
cierto, de los Yunes veracruzanos recién expulsados del PAN, los cuales tienen cuentas
pendientes con la gobernadora Nahle.
POZOS CASTRO, ANFITRIÓN
DE DOÑA ERNESTINA GODOY
Entre los invitados especiales a la toma de protesta de Rocío Nahle como gobernadora de
Veracruz destacó la presencia de la ex fiscal de la Ciudad de México y actual Consejera
Jurídica de la Presidencia de la República, Ernestina Godoy, quien le auguró a Nahle
García “un mandato muy próspero y que traerá grandes mejoras para las y los
veracruzanos”, según publicó en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
Por cierto, el subsecretario de Gobierno, José Manuel Pozos Castro, fue comisionado por la
gobernadora para recibir y acompañar a Godoy Ramos en el Palacio Legislativo.
El ex alcalde de Tuxpan destacó la importancia de este trascendental acontecimiento de
cambio de poderes como símbolo del avance democrático en la entidad y reafirmó el
compromiso de trabajar en equipo por el bienestar de las y los ciudadanos.