MORIR DE MUERTE NATURAL

Abr 16, 2025 | Columnas

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Desde el Café

Bernardo Gutiérrez Parra
El viernes anterior fue asesinado en Tuxpan el líder campesino
Rubén Cruz Sagastume en pleno centro de la ciudad, a plena luz del
día y a unos pasos del Cuartel Militar. Una versión dice que los
asesinos llegaron a su oficina, subieron al primer piso, tocaron a la
puerta, Rubén les abrió y le dispararon a quemarropa.
Con este asesinato suman diez los ataques violentos en ese puerto en
lo que va del año. Pero además, este atentado se suma a la
estadística estatal de agresiones a candidatos y actores políticos que
comenzó en diciembre del año anterior (ya en la administración de
Rocío Nahle), con el asesinato del diputado federal Benito Aguas.
Días antes del homicidio, las dirigencias del PRI y Movimiento
Ciudadano denunciaron amenazas a sus candidatos y el líder del
partido naranja, Luis Carbonell de la Hoz, vaticinó que el proceso
electoral será “violento”. En respuesta, el secretario de Gobierno
Ricardo Ahued, salió a decir que no había focos rojos en Veracruz.
Tranquilos todos, está garantizada la seguridad para candidatos y
ciudadanos.
Pero…
En la zona norte, en los 16 municipios que conforman la región del
Totonacapan entre los que está Poza Rica, hay varios focos rojos.
Pero además los hay en Tantoyuca, Tuxpan, Álamo y Martínez de la
Torre y la violencia se está desparramando hacia el centro del
estado.
¿Y en el sur? En el sur es la constante desde los tiempos de Javier y
Miguel Ángel.

Las amenazas y ataques no son exclusivos de los partidos de
oposición. Elvia Merlín Castro, candidata de Morena a la alcaldía de
Cosoleacaque, renunció a la candidatura argumentando que prefiere
la tranquilidad de ella y su familia ya que no existen las condiciones
para competir.
Después de la denuncia del PRI y MC, la gobernadora Rocío Nahle
dijo que “sólo” cinco candidatos emecistas habían pedido
protección. Pero ayer Ricardo Ahued reconoció que ya son veinte.
¿Qué va a pasar cuando los más de 800 hombres y mujeres que
andan en busca de las 212 alcaldías pidan que les brinden seguridad?
La semana anterior platiqué con un joven que quiere ser alcalde de
su pueblo. De treinta y tantos años y con carrera universitaria, le
pregunté qué lo movió a meterse en el berenjenal de la política y me
contestó con una respuesta de cajón: que quiere lo mejor para su
municipio y bla, bla, bla.
Como es inevitable se tocó el tema de las agresiones. “¿Has recibido
amenazas?”, le pregunté.
Tras pensarlo unos segundos me dijo: “No, y espero que no me
toque. Me considero una persona bien intencionada que lo único que
desea es lo mejor para el lugar donde nació. Quiero pavimentar
calles, llevar agua a las colonias y comunidades, hacerle mejoras al
mercado… en fin. Hacer lo que me corresponderá como presidente
municipal. No me pienso meter en otras cosas”.
Pero cuando le pregunté cómo se ve en el futuro me contestó entre
risas: “Así como están las cosas en mi estado y el país, lo que más
deseo es llegar a viejo y morir en mi cama de muerte natural”.
La violencia electoral el Veracruz ha existido desde tiempos
inmemoriales, lector. Veracruz es uno de los estados donde las cosas
se ponen muy calientes en tiempos electorales. La bronca es que de
unos años a la fecha se ha recrudecido a niveles bárbaros.

Por lo que pretender que no existe, que es puro arguende de los
enemigos de la 4T que se regodean propalando “campañas de
pánico”, es negar la realidad en la que viven inmersos la mayoría de
los veracruzanos.
Y eso es un error garrafal.
bernardogup@hotmail.com