Agustín Basilio de la Vega.
La política es una de las actividades más importantes en cualquier sociedad pues de ella depende el bien común. No se puede uno aislar de la comunidad y su destino porque este depende en buena medida del quehacer de quienes, teniendo vocación por atender los asuntos de las ciudades o Estados, toman decisiones que afectan a todos.
Un buen político es generalmente aquel que escucha, delega y pone en manos de expertos la administración de las diferentes áreas del gobierno y que además respeta el Estado de Derecho así como las libertades ciudadanas. En cambio, el malo, se convierte en tirano, dicta órdenes, ejecuta ocurrencias y se cierra ante la opinión pública.
Recientemente me llamó la atención las palabras de la gobernadora de Veracruz que, para empezar, tienen un tono muy diferente al de su antecesor como cuando leyó el reglamento de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana en el que se establece que entre otras cosas los requisitos para la designación del titular de rectoría está el ser mexicano por nacimiento, tener más de 30 años y menos de 65 años con el fin de que se cumpla con la normatividad y no con los caprichos del actual rector.
También resulta interesante saber que luego de escuchar a quienes se opusieron a la fusión de la Secretaria de Turismo con la de Cultura y que dieron argumentos que aquí comentamos, dio marcha atrás en esa idea y como consecuencia ya fue nombrado el secretario de turismo.
Ante la derrota de candidatos de MORENA a presidentes municipales, dijo que también se aprende de los “tropezones”. Y aunque las campañas fueron desiguales e inequitativas, el OPLE entregó a todos los candidatos ganadores sus constancias de mayoría sin importar que partido los postuló.
También me parece acertado el color neutro con que pintaron el palacio de gobierno. Cuando vi los trabajos iniciales de resane y pruebas de paleta, recordé que estuvo pintado de rojo y de café, sin embargo, hoy luce con un tono gris claro.
Ojalá la tolerancia, respeto y aceptación de las opiniones diferentes no sean pasajeras y en adelante los nuevos alcaldes de oposición no sean víctimas de chantajes. Una tarea de todo servidor públicos es deslindarse de las malas prácticas
del anterior gobierno dogmático que llegó a imitar hasta el discurso y la forma de hablar del presidente López.
Qué lástima que en el ámbito federal no hayan dado marcha atrás con la reforma del Poder Judicial que tanto perjudicará la impartición de justicia, a la certeza jurídica y al ambiente de las inversiones. La presidente Sheinbaum podría darse una vuelta a nuestro Estado para comprobar que si es posible, en aras del bien común, echarse para atrás en las malas ideas.
X @basiliodelavega 23 de junio de 2025