NAHLE Y CISNEROS

Dic 15, 2025 | Columnas

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Punto de Vista


Filiberto Vargas Rodríguez
Prefacio.
Dicen que cuando se enteró de los ilícitos negocios que realizaban, en
complicidad, funcionarios de su gobierno, notarios públicos y corredores
inmobiliarios, Rocío Nahle montó en cólera. *** Este lunes la gobernadora tuvo la
oportunidad de hablar sobre ese tema con los medios de comunicación y les
aseguró que irá “a fondo”, pues tiene claro que existe corrupción y que se han
detectado prácticas irregulares dentro de instancias encargadas de garantizar la
certeza jurídica del patrimonio. *** Dijo que su Gobierno no minimizará los hechos
y va a identificar a los responsables, incluidos funcionarios. *** Especial atención,
dijo, requiere el Registro Público de la Propiedad, pues ha habido señalamientos
sobre irregularidades graves, como la sustracción de hojas de inscripción y la
alteración de documentos oficiales. “Nos vamos a meter, ya no nos vamos a
detener”, sentenció.


— ¿Éric Cisneros? Sí, claro, lo conozco muy bien. Es un excelente servidor
público, gran operador. Fue por eso por lo que le pedí que me ayudara en la
construcción de mi estructura electoral. Se equivocó, y él lo sabe, de pronto sintió
que podía desplazarme de la preferencia de los veracruzanos. Pero errar es de
humanos y creo que esta pausa en su actividad política le debe haber servido para
reflexionar. Es un veracruzano valioso que seguramente le habrá de aportar
mucho al segundo piso de la cuarta transformación.
¿De verdad alguien pudo siquiera imaginar que la gobernadora Rocío Nahle
hubiera respondido así a los cuestionamientos sobre su relación con quien fuera
secretario de Gobierno en la administración de Cuitláhuac García y -todos en
Veracruz lo sabían- su operador electoral … hasta que le ganó la ambición?
No, por supuesto que no. Lo poco que hemos podido conocerla nos permite
detectar una buena dosis de rencor en su carácter. Con ella -dicen quienes la
conocen- no hay medias tintas: el que se la hace, se la paga.
Ese es el caso de Éric Cisneros.
— No, no tengo relación con él.
Esa fue la escueta y cortante respuesta.
Pero la pregunta era obligada. Desde las elecciones municipales y en los más
recientes movimientos figuran personajes que trabajaron muy cerca de Cisneros
Burgos.
Aquí tenemos que recapitular.
Desde antes, incluso, de que Cuitláhuac García asumiera la gubernatura de
Veracruz, en Morena todos sabían que “la siguiente en la lista” era Rocío Nahle.
En aquel entonces había una certeza: Éric Cisneros había sido colocado en la

segunda posición dentro del gabinete estatal, con el encargo de construir un
equipo, la plataforma electoral que habría de operar para Rocío Nahle en el 2024.
Y Éric Cisneros concentró su atención en cumplir con la encomienda. Su problema
es que olvidó vacunarse antes de entrar en contacto con la clase política
veracruzana. Sin darse cuenta fue inoculado por ese virus que provoca una
enfermedad a la que se le conoce como “ambición de poder”.
De pronto vio que a donde llegaba era recibido con algarabía, que desde su
oficina, en los hechos, ya estaba gobernando la entidad (esa fue la aportación de
Cuitláhuac García, que prefirió gozar de los privilegios del cargo y dejar el “trabajo
pesado” a su subalterno). La ambición lo fue invadiendo, hasta que, de plano,
sabedor de las consecuencias, anunció que él se iba a apuntar para competir por
la candidatura.
Hasta ahí quizá lo hubieran perdonado, pero cometió otro error y este aún más
grave: su campaña interna la basó en sus orígenes: “yo sí soy veracruzano”.
Pecado imperdonable.
Consecuencia de esas pifias, Éric Cisneros fue defenestrado y de pronto Rocío
Nahle se dio cuenta de una difícil realidad: no tenía estructura electoral para
competir por la gubernatura. Tuvo que hacer uso de lo que le quedaba a la mano:
los “muchachos” de Cuitláhuac. Esto es, Zenyazen Escobar para mover al
magisterio; Juan Javier Gómez Cazarín para activar a los alcaldes, y Eleazar
Guerrero para acarrear a la burocracia.
Y hoy buena parte de su equipo de trabajo surge de esos equipos políticos. Otros,
que se supieron separar a tiempo de Éric Cisneros, se han ido sumando. El resto
es “su gente”, a los que se conoce como el “grupo Coatzacoalcos”, los que han
estado con ella desde hace muchos años.
Es muy probable que Cisneros Burgos se incorpore pronto a algunas tareas de la
cuarta transformación, pero no será con Rocío Nahle.
Mientras esto sucede, se dedica a administrar su capital, que no es poco.


Epílogo.
¿Cómo se sentirá Martín Aguilar? Él sabe muy bien que la comunidad universitaria
ni lo quiere en la Rectoría, pero él se resiste a entregar el cargo. ¿Será algo
parecido a lo que vive el dictador de un país? ¿Pensará que los estudiantes “no
saben lo que quieren” y tampoco entienden lo que él está haciendo por ellos? ***
Sólo él lo sabe. Lo cierto es que este lunes, durante la sesión del Consejo
Universitario, académicos y alumnos volvieron a manifestar su rechazo a la
prórroga que le fue otorgada a Martín Aguilar para que continuara al frente a la
Universidad Veracruzana (UV), a pesar de que ya no cumple con los requisitos
que establece la Ley que regula a esa institución.
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