Prosa aprisa
Arturo Reyes Isidoro
Pareció, al menos al columnista le pareció, que en el Gobierno del Estado por fin tomaron
la decisión de, mutatis mutandis, cambiar lo que tengan que cambiar para enderezar el
rumbo, sin dejar de reconocer que han cometido errores y asumirlo, pero sin desgastar
más la figura de la gobernadora Rocío Nahle. No es fácil, pero si es que acaso esa fue la
intención, fue una decisión valiente y acertada.
Para abrir la semana, contrario a como había venido haciendo todos los lunes, la señora
pausó (para usar ese verbo que puso de moda AMLO en la relación con España) sus
conferencias de prensa, se limitó a dar una declaración en la radio, dejó que la Fiscal
General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, saliera a ofrecer su propia conferencia
para informar sobre temas espinosos de violencia en el norte del estado, y difundió en las
redes una foto de una reunión con su hombre fuerte en el Congreso local, diputado
Esteban Bautista Hernández. Impecable.
Rocío necesitaba ese respiro. El lunes apuntaba a preguntas siempre inquietantes de mis
compañeras y compañeros reporteros (cómo le hace daño un payaso que asiste a sus
conferencias disfrazado de periodista para quemarle incienso), como, por ejemplo, sobre
el duelo, a navajazo limpio, entre el dirigente estatal de Morena, su protegido Esteban
Ramírez Zepeta, y el senador y exdirigente estatal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara,
convertido ya en un verdadero peleador callejero, autocrítico, crítico y opositor dentro de
su propio partido. Nahle se alejó de los reflectores y no se metió entre las patas de los
caballos, mientras, seguramente, decide qué decisión tomará sobre el asunto.
A la radio dijo que es alta la afluencia turística al estado durante el verano, dio un somero
repaso al tema del arranque de obras y habló sobre el tema educativo (libros, pupitres,
pizarrones, pintura y material de mantenimiento), adelantó que la Fiscal informaría sobre
el tema de seguridad y destacó la rehabilitación integral del Palacio de Gobierno (la
verdad, luce bastante bien).
En lo que respecta a ella, dijo que: “Dentro de las actividades del día de hoy, me reuní con
el diputado Esteban Bautista, presidente de la Jucopo, con quien revisamos parte de la
agenda legislativa que nos ayudará en el buen desarrollo en el estado. Siempre es un
gusto saludar a mi paisano del sur y compañero de causas justas”. Acompañó el texto con
una foto en donde se les ve sonriente (para quienes habían venido despidiendo del cargo
al Profe Esteban, el hecho les ha de haber caído como balde de agua helada).
La fiscal Hernández Giadáns entró entonces en escena y ejecutó la partitura que le
tocaba, y lo hizo con solvencia. Para no darle vueltas al asunto, corrigió la versión de la
gobernadora de que la maestra-taxista Irma Hernández Cruz había muerto a causa de un
infarto, “les guste o no les guste”. “La víctima –precisó Verónica– falleció a consecuencia
de agresión, tortura y violencia ejercida durante su cautiverio que inició el 18 de julio”. Se
trató, me confirmaron funcionarios judiciales que hablaron conmigo, de un secuestro
agravado, por lo tanto, de un homicidio. En la conferencia se utilizó, sin tapujo, la palabra
a la que más temían: tortura. No se sabe de alguien que haya resistido las torturas de
estas bestias humanas encarnadas en delincuentes organizados. La maestra-taxista
murió torturada.
Creo que en forma apresurada, en un intento de restarle más notoriedad al hecho de
violencia e inseguridad que priva en el norte y que daña la imagen de su gobierno, Nahle,
con el simple dicho de un legista, prácticamente a botepronto, sin esperar un estudio
serio, salió a dar su versión, que causó un verdadero escándalo nacional con
repercusiones en el extranjero, y motivó que le cayera encima un diluvio de críticas y
expresiones de repudio, cuyos ecos todavía no acaban de apagarse. Sus críticos, y no
hay cómo evitarlo por la autoridad en su materia que tiene la Fiscal, dirán que Verónica la
desmintió y, en los hechos, así fue, o por lo menos la corrigió. Le enmendó la plana, dirán
quienes desean que tropiece.
Sin duda, la Fiscal informó previamente a la gobernadora del avance en la investigación
del caso y la puso al tanto del resultado de la necropsia. Ahí es donde pienso que Rocío
asumió las consecuencias de su error sin hacerlo público y le autorizó que saliera a decir
las cosas tal cual sucedieron, lo que automáticamente equivalía a un desmentido. Por eso
hablo de una decisión valiente, que en el corto, mediano y largo plazo le dará buenos
dividendos si aprovecha lo que ella misma calificó de un “tropezón” (“se aprende más de
los tropezones”, expresó sobre las derrotas de su partido en la pasada elección
municipal).
Rocío empezaba a cometer el mismo error de su antecesor Cuitláhuac García Jiménez,
quien se asumía como fiscal y hasta como juez y acusaba y condenaba y revictimizara a
inocentes, y cuando no, aparecía como vocero de la Fiscalía a informar sobre lo que no
sabía bien y no tenía competencia. Digo que Rocío empezaba, porque creo que en
adelante será cuidadosa y no repetirá el error de meterse en temas escabrosos que no le
corresponden y que le pueden dejar serias consecuencias. El reparo ha sido a tiempo
porque le falta mucho trecho por recorrer.
Pero la pausa de este lunes le da también la oportunidad de blindarse no
sobreexponiéndose más a los medios, salvo cuando sea estrictamente necesario y
oportuno, y disponer que sean los Secretarios quienes informen sobre los asuntos de sus
áreas, para que ellos carguen con la responsabilidad de sus dichos, bien en conferencias
de prensa, bien en entrevistas banqueteras o de café, pero, igual, para acercarse a
directivos de medios y a periodistas que comentan y hacen opinión, quienes pueden ser
sus mejores aliados si se establece un diálogo productivo que beneficie a los
veracruzanos; lógicamente, sacudiéndose también a los aplaudidores que tiene y que
piensan que sus lisonjas las creen los ciudadanos, cuando lo único que le provocan es
rechazo.
Como recordó bien el portal alcalorpolitico.com, desde 2019, cuando llegó al cargo (en
septiembre de ese año), Verónica no había salido a ofrecer una conferencia de prensa
como la de este lunes. Viendo y escuchando el desempeño que tuvo, hasta puede
pensarse que la tenían tan azorrillada Eric Bola Ocho Cisneros y Cuitláhuac García
Jiménez, que no la dejaban alzar la cabeza y la obligaban a cometer graves tropelías
violatorias de los derechos humanos, si no es que hizo todo lo que hizo por gusto.
Anoche lunes, pues, Rocío debió haber conciliado bien el sueño sin necesidad de tomarse
jarras enteras de té de valeriana, además porque debió haberse enterado por Ramsés
Yunes Zorrilla, en su noticiero de radio (a quien su gobierno al llegar echó de RTV tras
casi 30 años de conducir noticieros), que la revista Líderes Mexicanos le entregará un
reconocimiento en una comida el 3 de septiembre en la Ciudad de México junto a otras
299 personalidades consideradas como los líderes más prominentes del país, distinción
que también alcanzarán los empresarios xalapeños Antonio Chedrahui Obeso y Eguía y el
tenor, también xalapeño, Javier Camarena.
