Entre Columnas
Martín Quitano Martínez mquim1962@hotmail.com
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“No existen pensamientos peligrosos
por la sencilla razón de que el pensamiento en sí mismo es ya una empresa peligrosa.”
Hannah Arendt
Los hechos de nuestra cotidianidad siguen desmontando las farsas que fueron montadas desde las mentiras desvergonzadas que se impusieron como verdades con las que muchos construyeron esperanzas y permitieron la llegada de una clase política mayoritariamente ruin, encabezada desde el delirio, acogida por amplios grupos sociales hartos de corrupciones, arbitrariedades y abandonos.
No obstante, la tozuda realidad le enseña los dientes a la narrativa oficial, que permanentemente insiste en faltarle al respeto a la inteligencia. Los dichos del oficialismo, se van haciendo más huecos, y enfrentan con cada vez menor fuerza el escrutinio que se pueda realizar a prácticamente cualquier ángulo de los quehaceres de la vida pública y política de la mal llamada y malograda “cuarta transformación”, por no decir a la revisión de los comportamientos de esa “nueva y revolucionaria” clase política que, cínica, se protegen desde el poder y la ira que les produce el miedo de saberse al descubierto.
Cómo entender si no, los mecanismos que con desparpajo se impulsan para acallar las críticas frente a los discursos que proclaman que somos un gran país democrático, de libertades incuestionables. Sin embargo, las persecuciones se multiplican y se hacen presentes ya no solo en las calumnias, las descalificaciones y los señalamientos mentirosos desde los discursos, sino que se lanzan líneas “legales” para combatir el que se puedan dar señalamientos u opinar sobre su ignorancia, corrupción y arbitrariedad.
El control de los poderes de la república como garantía de su poder autocrático requiere mantenerse con ejercicios que trasciendan su narrativa; requieren de instrumentos que los hagan impunes, que les permitan solazarse en sus desvergüenzas. Para ello se dan las acciones necesarias, como amenazas, modificaciones legales y censura. Se trata de resguardar el botín por mil años, porque ellos se presentan como la encarnación del pueblo único, homogéneo y acrítico, y no merecen ni deben ser reprochados, quien lo haga o incluso el pensar distinto, será denostado y señalado, pero también deberá ser sancionado, castigado por su atrevimiento antipatriótico.
Empiezan a multiplicarse y ser inocultables las evidencias de la línea fascistoide que ahora se sigue desde el poder, para acallar las voces discrepantes. Obnubilados por el enorme poder que han acaparado, no toleran la crítica ni a los diferentes; eso de la diversidad política les parece aberrante. Aunque muchos empiezan a abrir los ojos, sus seguidores siguen negándose a aceptar los yerros, la farsa, la traición, pero cada vez queda menos margen de fe, de obediencia ciega.
P.D.1. Después de días y días de lluvia en la entidad, se instala el Comité Estatal de Emergencia. Los datos meteorológicos habrían obligado a actuar con anticipación, pero no se hizo. Los daños están claros y en muchos casos derivan de acciones precisas, de autorizaciones administrativas de intereses y corruptelas que rebasaron las contenciones legales. Nuevamente, estamos ante la muestra de que se sigue actuando reactivamente, sin planeación y a toro pasado.
P.D.2. Dijo el “gran timonel” que ya no había huachicoleo, y en parte tenía razón, pues ahora se tiene una escala mayor: el refinahuachicoleo. A esto se le llama éxito empresarial.
P.D.3. La Prepa Juárez es un estudiantado en movimiento. Qué orgullo éstos jóvenes. Mientras, la Universidad Veracruzana se ahoga en un golpe de prórroga gracias al autoritarismo, a la mediocridad y el infortunio.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Sin dudar del cochinero dejado por el gobierno cuitlahuista en el Palacio de Gobierno, se ajusta más a una figura retórica de lo sucedido en ese sexenio