Sin tacto.
Por Sergio González Levet.
La grata recepción de los perredistas y la emocionada aceptación de los panistas
veracruzanos terminó esta semana de dar forma y sustancia a la figura de Pepe
Yunes Zorrilla como el candidato que levantará las esperanzas de la sociedad
para que tengamos un Gobierno en realidad honesto y capaz, que lleve a nuestro
estado al sitial que siempre ocupó en nuestra historia patria… hasta que llegaron
los morenos.
El diputado peroteño fue afianzando su imagen y haciéndola crecer, de modo
que logró remontar los negativos de las imposiciones llenas de soberbia del
dirigente nacional del PRI, el tristemente célebre Alito; imposiciones llenas de
soberbia, es decir tontas, que le acarrearon al ya minimizado partido tricolor una
serie de defecciones que por su calidad (en número fueron 800 militantes, según
las cuentas de sus propios protagonistas) hicieron temer por la permanencia del
otrora partido aplanadora.
Pero la endeble estructura del Revolucionario Institucional en la entidad
aguantó insospechadamente y empezó a resurgir de sus cenizas como una
discreta ave fénix. El priismo jarocho resistió como pudo y se dejó notar
estentóreamente en Perote, la tierra natal de Pepe, en un evento que regresó el
recuerdo de las viejas glorias.
Por su parte, Pepe hizo lo suyo, concretó alianzas, desfizo algunos entuertos y
bordó verdaderos sortilegios con su especialidad, que es la conciliación. Héctor
Yunes Lanza lo define claramente: "Con Pepe es imposible pelearse".
Así, el candidato que pudo parecer impuesto empezó a dialogar con quienes
también aspiraban, y los fue convenciendo de a poco pero con certeza. Y después
fue creciendo en el ánimo de los ciudadanos, atraídos por la legendaria urbanidad
de los Yunes peroteños, que Pepe maneja tan magistralmente.
El político que era tarareado como frío y meticuloso en el sonsonete del partido
oficial, se convirtió para la sociedad jarocha, sin que aquéllos se dieran cuenta, en
un personaje agradable, cercano, confiable… en un referente vital.
De la misma manera sociológica que Xóchitl se transformó, de un día para otro,
en la candidata formidable que todos tenían enfrente pero que nadie había visto,
Pepe Yunes se ha consolidado como el candidato insospechado que todos
buscaban y que encabezará la cruzada para que podamos acabar, a fuerza de
votos, con el infierno de la Cuarta Transformación.
Pepe Yunes representa lo mejor de nuestra alma, y en el lema de campaña que
decidió adoptar se centran sus dos mayores fortalezas: Veracruzano de verdad.
Sí, Pepe Yunes es el "Xóchitl veracruzano"… de la misma manera que Rocío
Nahle es la ¡"Sheinbaum zacatecana"!
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