Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
Un viejo compañero, amigo mío, de Coatzacoalcos, me preguntó ayer quién me estaba
molestando.
Di por hecho que me preguntaba por la columna del miércoles, en la que me referí a un
libelo con tono de amenaza contra un buen número de periodistas y medios de varios
puntos del estado, en el que se me incluyó, que atribuí a Rocío Nahle, virtual ganadora de
la elección a gobernadora.
Le narré-resumí lo que había pasado. Le dije lo que sabía, de dónde, presuntamente,
había salido el texto, y que seguía creyendo que o la señora lo dictó, u ordenó que alguien
lo hiciera y lo circulara y nos lo hiciera llegar.
Si bien nos leemos, tenía seis años que no intercambiábamos comunicación, desde el
inicio del gobierno cuitlahuista, cuando, ante la crítica que empecé a hacer a quienes
acababan de llegar, me buscó para preguntarme si aceptaba sentarme a tomar un café
con Juan Javier Gómez Cazarín, un viejo conocido suyo, de cuando estuvo en una
agencia automotriz en Coatzacoalcos, familiar además de un abogado y notario con quien
yo tenía trato de hermano (ya fallecido) y también conocido suyo.
Con mucha seguridad, me dijo ahora: “Ella no fue, Hay que estar tranquilos” y me hizo
otros comentarios personales, incluyendo expresiones de apoyo.
Nuevamente le expresé que si ella no había sido, entonces hacía mal en permitir que sus
mandaderos usaran su nombre para amenazar, pero que, además, le causaban daño
porque dejaban la imagen de que viene en plan de represora contra la prensa plural,
crítica e independiente de Veracruz.
Narro el hecho porque mi compañero me merece respeto (nos tratamos desde que fundé
el Diario del Istmo de Coatzacoalcos, cuyo propietario era don Rubén Pabello Acosta y
que en representación del gobernador Rafael Hernández Ochoa inauguró Manuel Muñoz
Gánem, entonces director de Turismo, el 18 de abril de 1979, si no me falla la memoria).
Me merece respeto y además tengo entendido que no solo ha sido promotor y aliado
desde siempre de la señora Nahle, sino que mantiene trato directo con ella. Le creo, pues.
Si a Rocío la declaran finalmente Gobernadora Electa y luego Gobernadora
constitucional, nada será mejor para la vida pública de Veracruz que haya un trato de
respeto, a partir del pleno respeto a la libertad de prensa y expresión.
¿Se vendieron o compraron a los representantes de partido?
El domingo próximo hará una semana de las elecciones y continúa la polémica sobre si se
cometió fraude electoral.
En el siglo pasado, un viejo zorro, quien fue gobernador de Campeche y dirigente
nacional del PRI cuando el PRI era el PRI, el famoso Carlos “El Negro” Sansores Pérez,
padre de la hoy impresentable Layda Sansores, halló en los libros un término que le vino
como anillo al dedo para justificar la perversidad del sistema político en el poder: la
democracia dirigida, caracterizada por el dedazo y la imposición, así como por la elección
de Estado.
La del 2 de junio de 2024, esto es, la del domingo pasado, creo que bien se puede llamar
la democracia comprada. En este espacio he comentado que el gobierno repartió mucho
dinero, aunque nadie lo acepta ni lo va a aceptar, pero en corto cuando le pregunto a
algunos, mejor se quedan callados.
Me llegó un chat, que tomo con reservas, pero que encaja en el rompecabezas explicativo
de por qué perdió la oposición: en síntesis, el chat dice que durante cinco días
consecutivos, en las ciudades de Veracruz, Coatzacoalcos, Tuxpan y Orizaba, en dos
sucursales bancarias (omito los nombres) hubo retiros de hasta 18 millones de pesos, en
un banco hasta 12 retiros en un día. No faltó empleado al que le llamara la atención, y no
le quedó duda que era para Morena. Pensaría uno que el dinero fue para “operar”.
¿Por qué no ha habido autocrítica en la oposición?
En lugar de andar buscando afuera (ayer dije lo que pienso del presunto fraude
cibernético), he estado buscando adentro, es decir, qué fallas hubo en la oposición. Hasta
ahora, en los partidos opositores no ha habido autocrítica, se habla de fraude y se ha
hecho un escándalo por la presunta manipulación de cifras y boletas (creo que se
demostrará plenamente), pero hasta ahí..
Por elementos que tengo, creo que el expriista Andrés Manuel López Obrador les aplicó la
misma receta que se aplicaba ya cuando era tricolor: comprar a los representantes de
partidos en las casillas para que se hicieran omisos, no vieran alguna anomalía y menos
la denunciaran. Dejaron pasar todo lo que se está detectando ahora.
¿Es que en ningún partido de oposición se han preguntado por qué sus representantes,
como correspondía hacerlo, no reportaron de inmediato las incidencias (así le llaman en el
argot legal-electoral a las anomalías) que hubo y que ahora descubren que hay? Los que
saben, saben que eso se tenía que haber hecho, en seguida, y si Pepe y demás no
hubieran impugnado y pedido recuento de voto por voto casilla por casilla, jamás se
hubiera sabido que dejaron pasar todo.
Ahora salen con la novedad de que votaron los muertos, que hubo casillas o distritos en
las que hubo más votos que el número de electores registrados, que hay boletas falsas,
etcétera, etcétera. ¿Pero, cómo? Tanto en fuentes del INE como del OPLE, ellos mismos
se preguntan cómo fue posible si, aseguran, estas fueron unas de las elecciones más
observadas, si había representantes de casillas, observadores, y otra cosa que se
preguntan es por qué no reportaron las incidencias de inmediato y apenas lo empezaron a
hacer el miércoles. Tampoco les cuadra, pero ese no es su problema.
En el proceso, correspondió al INE capacitar a quienes instalaron las casillas. El OPLE
apoyó con supervisores electorales locales (los SEL) y con capacitadores-asistentes
electorales locales (los CAEL). Hasta ahora, la mayoría de los errores detectados son del
INE. Me insistieron mis fuentes: las incidencias se están reportando tarde. Me dicen que
de todos modos se van a aclarar en beneficio de la certeza, la validez y la transparencia.
¿Es que hubo un buen billetazo de por medio para que los representantes opositores no
vieran nada, y menos lo reportaran? Parece que aparte de votos, los morenistas
compraron también otras cosas. En especial los priistas saben que eso es posible porque
lo hicieron por mucho tiempo.
¿Servidores, honestos?
En la elección a la gubernatura de 2016, también hubo mucho dinero, entonces por parte
del PRI. El candidato fue Héctor Yunes Landa. Un día incluso se filtraron fotografías de un
bunker casi sucursal bancaria.
Cuando se perdió, hubo muchos comentarios de que los operadores a quienes se había
habilitado para repartir el recurso se lo robaron, no llegó a los electores y eso contribuyó a
la derrota.
Una tarde varias fechas después, cuando íbamos a empezar a comer en un restaurante,
mi interlocutor recibió una llamada y de pronto, sin importarle dónde estábamos, empezó
a dar de gritos. Le pedí que se calmara porque estábamos llamando mucho la atención.
Cuando por fin lo hizo, me dijo la causa de su reacción: un allegado suyo, que “se andaba
muriendo de hambre”, al que habían dado dinero para repartir, acababa de llegar a un
lugar presumiendo un BMW último modelo, nuevo, flamante. Ahí fueron a parar los
recursos.
Esa vivencia me sirve para establecer que, ¿aquí sí?, ¿Manuel Huerta?, ¿los Servidores
de la Nación?, ¿los operadores, quienes hayan sido, utilizaron el dinero para lo que era,
no se lo robaron y lo bajaron e hicieron llegar a los electores a cambio de su voto? Creo
que no hay que quebrarse mucho la cabeza para explicarse por qué a la oposición le pasó
encima una aplanadora.
Pienso que, al final, Pepe fue víctima de una serie de descuidos imperdonables de
quiénes debieron haber estado pendientes de todos los detalles. Muchos se confiaron y
se atuvieron solo a su figura e imagen. Los vi y escuché en los cafés repitiendo que Pepe
va a ganar, o ya ganó, pero jamás promovieron el voto a ras de tierra, entre sus vecinos,
en sus colonias. No se merece lo que le sucedió. Nunca vi a los dirigentes de su partido
andar promoviendo el voto, como los de enfrente. Adolfo Ramírez y Loreña Pinón solo se
aparecían a la hora de la foto. Por vergüenza debieron haber renunciado, de inmediato, el
lunes pasado.