Sin tacto
Por Sergio González Levet
Caray con los copropietarios de Miss Universo. Son dos y compiten con singular
diligencia en ver cuál de ellos comete mayores delitos.
Primero, la tailandesa Jakapong Jakrajutatip, que posee la mitad de las
acciones, es buscada por las autoridades debido a que cometió un fraude por un
millón de dólares. Y después el empresario Raúl Rocha Cantú, ave de
tempestades que siempre ha estado en el filo de la navaja entre la legalidad y la
delincuencia.
Pero el mexicano ha tenido ligas con seguidores de Morena, y eso en México
es casi garantía de corrupción y acciones fuera de la ley. Como empresario,
recibió contratos millonarios de Pemex, en donde es funcionario de peso el padre
de Fátima Bosch, la ganadora del Miss Universo de este año, y las indagaciones
lo ubican cerca del círculo de los hijos de Andrés Manuel López Obrador, unas
verdaderas fichas que han desviado importantes sumas del presupuesto nacional
a través de sus socios y cómplices, según se acusa en la prensa y las redes.
La cercanía de Rocha con la Cuatroté de inmediato hace despertar sospechas
de complicidad en sus negocios turbios, pero más se tiene la seguridad cuando se
ve la manera en que ha sido tratado por las autoridades a partir de que fue
encontrado culpable del delito de contrabando de huachicol y de armas para el
crimen organizado.
La suspicacia se despierta en verdad cuando se atiende a la cronología de los
hechos más recientes:
La semana pasada fue acusado del delito de contrabando desde Guatemala, y
por tal fin se giró una orden de aprehensión en su contra que fue cumplimentada a
unos días escasos de la celebración del concurso de Miss Universo de este año.
Y aquí viene lo bueno: resulta que la FGR lo halló culpable, lo atrapó, lo hizo
declarar, aceptó que fuera testigo protegido a cambio de información y lo dejó libre
para que acudiera al concurso en Tailandia en solamente cuatro días. Esa
celeridad es insólita para cualquier autoridad del mundo, y en México resulta
menos que imposible que suceda.
¿Cómo? ¿La Fiscalía decidió en unas cuantas horas que Raúl Rocha tenía
información de tanta importancia que era necesario hacer un convenio fast track
con él? ¿Pasó de culpable de delitos de alta peligrosidad mundial a ser protegido
por el manto encubridor de la justicia mexicana?
¿Pues qué es lo que sabe o en qué podría ayudar para capturar a peces aún
más gordos que él, al grado de que lo liberaron con todas las prerrogativas
posibles, como si fuera inocente?
¿Vender gasolina sin pagar impuestos o dotar de armas a los grupos
delicuenciales no es traición a la patria? Para los morenos es más transgresión
que una senadora pida que los gringos vengan a apoyar el Gobierno mexicano en
la lucha con el narcotráfico, y se desgarran las vestiduras, pero consideran que lo
que hace el ladino de Rocha es cosa menor.
La verdad, cada día están peor, y el pueblo lo sabe, aunque lo acarreen.
sglevet@gmail.com
