O P I N I O N.
Por: Mario Javier Sánchez de la Torre.
Sin lugar a dudas con la intención de aprovechar cualquier
situación para apoyar sus intereses políticos y personales, ante un
proceso electoral que no parece favorecerle como quisiera, Andrés
Manuel López Obrador (AMLO) ha tomado la decisión de meter en
el presente juego político-electoral la amenaza de presentar varias
reformas constitucionales.
Reformas que van desde un pequeño número que anunció en un
principio, hasta diez, para durante estos últimos días hablar de
aproximadamente veinte.
Acción que manifestó llevaría a cabo el lunes 5 de febrero del año
en curso, durante el acto conmemorativo del CVI Aniversario de la
Promulgación de la Constitución de 1917, por el entonces
presidente de México don Venustiano Carranza.
Informando qué a diferencia de los años anteriores, en esta
ocasión no asistiría a Querétaro y llevaría a cabo la celebración en
el Palacio Nacional, lo que posiblemente se deba a la incomoda
situación que pasó el año pasado durante la celebración de este
importante acto de la historia nacional.
Las reformas que anunció desde un principio son: al Poder Judicial
de la Federación (PJF); al Instituto Nacional Electoral (INE); al
Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información
(INAI); al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) y la que incorpora a la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena). Que son las que más dolores de
cabeza le han propiciado, por diferentes razones: en algunos casos
por que sus titulares no se han doblegado a sus caprichos o por que
las legislaciones que las fundamentan y por tanto de alguna forma
las protegen de ataques sin sentido, no las ha podido doblegar o
desaparecer.
A las reformas citadas también a últimas fechas se le ha ocurrido
agregar algunas otras que representan un interesante atractivo
para determinados sectores de la población mexicana, por ser este
año 2024, un año de una importante y gran actividad electoral,
como las siguientes: combate a la corrupción; aumento al salario
mínimo; austeridad gubernamental y el incremento de las
pensiones de los jubilados al 100 por ciento, en otras palabras que
la jubilación ya no corresponda a un porcentaje del salario con que
se finalizó la actividad laboral, sino que sea igual al 100 por ciento
del salario que se ganaba.
Reforma esta última que de poder llevarse a cabo representa un
gran atractivo para toda la clase trabajadora del país, lo que
electoralmente tiene un gran impacto, pero que tanto los expertos,
como las instituciones públicas y privadas que forman parte del
medio económico nacional, han calificado como una reforma
inviable o sea, no posible de hacerse.
La razón o razones, no son de orden político o de voluntad
partidista o de grupos empresariales. Son de tipo técnico-
económico, porque de llevarse a cabo esta reforma de aumento al
100 por ciento de las pensiones, esta generaría un alto costo y por
tanto, riesgo para las finanzas públicas, que se tendrían que
financiar con aumento de impuestos y déficit.
Por lo que analizando lo expuesto por los analistas del sector
económico tanto privado como público de este país, se llega a la
conclusión de que gran parte de estas reformas más que buscar el
beneficio de la población, lo que se busca es el voto de los
ciudadanos a quiénes van dirigidas. En otras palabras son reformas
electoreras. A lo que hay que agregar, que la mayor parte de estas
no será posible llevar a cabo, porque al ser de nivel constitucional,
para que se puedan reformar requieren que Morena y aliados
tengan mayoría calificada en el Congreso de la Unión, lo que en la
presente legislatura no tienen. Así que además de ser electoreras,
también se están dando a conocer sabiendo que no es posible se
lleven a cabo, lo que refrenda una de las características de AMLO y
sus seguidores mentir. Usted qué OPINA, estimado lector. Hasta el
lunes. Noti-sigloxxi@hotmail.com (Fech. Púb. VIer. 19-enero-24).