Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
José Luis Lima Franco tuvo toda la intención, cómo no, de ser candidato a diputado local
por el distrito de su nacencia, Poza Rica, en el pasado proceso electoral. Se quedó
entonces con el bat al hombro, en el círculo de espera.
Ahora se sabe que prefirió jugársela y esperar una nueva entrada, y la jugada le resultó;
por lo pronto, con un toquecito de bola ya se embazó: será el candidato de Morena a la
presidencia municipal de Poza Rica.
Ha de cubrir todas las formas para formalizar su candidatura, pero, ¿alguien lo duda?, la
“encuesta” que cuenta, aunque antes del proceso formal de su partido, ya lo favoreció y le
favorece.
La lideresa natural de su partido, Rocío Nahle, aunque formalmente ha de marcar su
distancia de Morena el próximo domingo, como se acostumbraba decir antes en el priismo
ya le dio su bendición.
“El compañero y amigo José Luis Lima tiene sus legítimas aspiraciones dentro de nuestro
movimiento en Veracruz. En estos meses de transición nos apoyó incondicionalmente y le
agradezco su disposición; los mejores deseos en la búsqueda de su nuevo proyecto”.
Lima se va por la puerta grande. Lo despide bien del cargo la jefa política de Veracruz y
de su partido. Debieron haber dialogado y acordado primero y dar la noticia en forma
simultánea, haciendo público el texto de renuncia y anunciando prácticamente su
candidatura.
No sé, al menos no recuerdo, que un nuevo secretario de despacho renunciara y le
renunciara a quien lo nombró en el cargo, aún antes de tomar posesión. En el priismo eso
no era posible porque se aplicaba la regla no escrita de la política de que al presidente o
al gobernador no se le renuncia, nunca; se cometía apostasía si alguien lo hacía y le
esperaban por lo menos seis años de destierro del paraíso del poder.
Hecho inédito, pues, para la historia política del estado. Con ello, Rocío empezó a
imprimir su sello personal pero también como nueva gobernante, a decirle a los suyos
quién manda, y que serán candidatos o candidatas a alcaldes o a alcaldesas quienes ella
decida.
Administró bien la escasez
Siempre opiné que Lima Franco era uno de los pocos puntales del gobierno de Cuitláhuac
García Jiménez. Con todos sus asegunes, administró bien la escasez y tuvo la habilidad
para cruzar por el pantano del subsecretario Eleazar Guerrero Pérez sin manchar su
plumaje y para no confrontarse, por culpa de él, con el gobernador, al menos no que se
supiera públicamente.
Amigo y conocido de Cuitláhuac García Jiménez desde que se conocieron en Europa
estudiando, no titubeó en decir no y poner distancia del gobernante cuando advirtió que lo
podía involucrar, y a la dependencia a su cargo, en el delicado tema del manejo de 300
millones que, según confesión del propio ya casi exgobernador junto con la fiscal general
del estado, Verónica Hernández Giadáns, “encontraron” escondidos en la propia Fiscalía.
José Luis negó que el dinero hubiera ingresado a la Secretaría de Finanzas, por lo que su
destino sigue siendo un misterio, aunque Cuitláhuac y la fiscal se habrían quedado con él,
pues desde el 31 de enero de este año cuando el gobernador reveló el cuantioso
hallazgo, nunca informó a dónde había ido a parar la suma y solo porque sabe que este
viernes los diputados de oposición le van a preguntar sobre el tema cuando comparezca
en el Congreso local, apenas el pasado día 21, ¡diez meses después!, se sacó de la
manga, sin ofrecer una sola prueba, que el dinero se asignó a obras de infraestructura de
la Fiscalía General del Estado.
A diferencia de noviembre de 2016, cuando el gobierno de Javier Duarte no dejó dinero
para hacer frente a los compromisos de fin de año y el nuevo gobernador Miguel Ángel
Yunes Linares declaró a Veracruz en “emergencia financiera”, Lima Franco dijo el pasado
13 de noviembre que estaban garantizados los 10 mil millones de pesos para cumplir con
los pagos de sueldos y aguinados a la burocracia y cubrir otros compromisos.
De alguna forma, pues, lo premia la gobernadora entrante luego de que por cinco meses
fue el secretario de Finanzas de su gabinete aunque todavía sin entrar en funciones, pues
lo había ratificado en el cargo el 26 de junio.
Sube el subsecretario de Ingresos
En lugar de Lima Franco, la gobernadora nombró como nuevo secretario de Finanzas y
Planeación a Miguel Reyes Hernández, a quien a principios de octubre había nombrado
como subsecretario de Ingresos y Planeación.
No ha renunciado Verónica
Acudí ayer a la propia Fiscalía General del Estado para informarme de primera mano, y el
vocero oficial, no Cuitláhuac, me dijo que el trabajo continuaba con toda normalidad y que
no era cierta la versión de que había renunciado la fiscal Verónica Hernández Giadáns.
Luego, el propio presidente de la Jucopo del Congreso local, Esteban Bautista, informó
que no habían recibido ninguna renuncia.
Daisy Lludmila, tendría ya futura posición
Sobre la todavía delegada de Bienestar en el estado, Daisy Lludmila Martínez, las
versiones la ubican en dos posibles posiciones: como funcionaria de Bienestar pero en la
Secretaría en la Ciudad de México, o como candidata de Morena a la alcaldía de Jáltipan.
Lo que nadie niega es que es muy trabajadora, en “territorio”.
Confirma Nahle que ocupará la Casa Veracruz
Dado que como candidata y luego como gobernadora electa operó desde su casa-oficina
en El Dorado, municipio de Alvarado, pero dentro de la Riviera Veracruzana, se llegó a
pensar que tal vez Rocío Nahle, de hecho, sacaría la capital del estado de Xalapa.
Ayer, al asistir al tercer y último informe del alcalde Ricardo Ahued, confirmó que ocupará
la Casa Veracruz, en la colonia 2 de Abril, es decir, mantiene la capital en Xalapa. La
residencia está construida para servir como oficina, pero también para vivir ahí.
A solo tres días de asumir la gubernatura, Nahle informó a través de las redes sociales
que en compañía del gobernador Cuitláhuac García Jiménez recorrió ayer el Salón
Gobernadores del palacio de gobierno. “Todavía no está la fotografía de una mujer en
dicho recinto; trabajaremos para hacer historia y dejar huella para todas las
veracruzanas!! Nos va a ir bien!!”, expresó.
Todo cambió, para que todo siguiera igual, como en el Gatopardo
El privilegio de vivir tantos años en activo en el quehacer periodístico.
Nunca me imaginé, ni siquiera pensé, que me iba a tocar iniciar de nuevo el carrete de la
historia política del estado.
El domingo, aunque con otro partido en el poder, me tocará ser testigo de nuevo de las
expresiones, por no usar el término excesos, del poder en todo su esplendor.
Aparte de la presidenta Claudia Sheinbaum, se informó con oportunidad que vienen a la
entronización de Rocío Nahle en el poder catorce gobernadoras-gobernadores.
Eso significa, entre otras cosas, que habrá mucho movimiento en los aeropuertos de
El Lencero, cercano a Xalapa, y Heriberto Jara Corona del puerto de Veracruz.
Se volverá a ver, como en los viejos tiempos del PRI, bajar de costosas y lujosas naves a
gobernadores y sus “ayudantes” a quienes esperarán camionetas de lujo, con choferes y
guaruras, para trasladarlos al lugar del desayuno y de ahí al edificio del Congreso del
estado.
Tan solo esa movilización costará muchos millones de pesos que, lógicamente, salen del
bolsillo de los causantes que pagan sus impuestos, gasto que desmiente que haya
austeridad republicana y menos pobreza franciscana.
Nada cambió, nada cambiaron los que cuando llegaron al poder decían que no eran
iguales, pero, para su suerte, el pueblo aguanta.
Antes, la fuerza del gobernador entrante se medía por el número de gobernadores que
asistían a su entronización. Catorce casi es la mitad de los que hay en el país, aunque al
final sin que viniera ninguno, con la presencia de la presidenta bastaría.
No es menor la presencia de Sheinbaum, porque en política significa un espaldarazo a la
nueva gobernadora, un apoyo implícito a la tarea que inicia y se esperaría que repercuta
para bien de los veracruzanos.
Pero de que hemos vuelto a los viejos tiempos políticos, eso que ni qué.