Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
El día que el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara abrió su
Casa de Gestión (en Clavijero, a unos pasos de El Árbol), me habló
de sus planes futuros: más y mejores leyes para todos, cercanía con
el pueblo, ver por las necesidades principalmente de los
veracruzanos y cuidar rigurosamente el presupuesto “porque se lo
han estado robando”.
Dijo que no dejaba de ser lastimoso que sujetas y sujetos
pertenecientes a un movimiento como Morena que llegaron al poder
cobijados por la bandera de la honestidad y la honradez, se hubieran
convertido, casi de la noche a la mañana, en “millonariazos”
bandoleros y corruptos igual que sus antecesores.
Nombres, le pedí al senador que cauto me contestó: “Se conocerán
en su momento”.
Y ese momento ya llegó.
Este lunes denunció que en el gobierno de Cuitláhuac García hubo
funcionarios que se robaron dinero que era para obras y no hubo
nadie que les parara el alto.
“La gente sabe. No hubo voluntad y sí hubo mucho descuido.
Tienen que revisar dónde quedó la bolita, porque dinero sí hubo. Lo
que pasa es que como decían antes: ‘presupuesto hay, lo que sobran
son rateros’”, indicó.
Sin mencionar a sus titulares, Manuel Huerta dijo que en
dependencias como la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) y la
Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), se están
robando la lana y hay quejas que deben atenderse.
Dio a entender que el próximo gobierno deberá revisar con lupa
contratos y obras y castigar a los responsables. Lo que puedes
asegurar que sucederá lector, porque están en la mira de la
gobernadora.
Otro al que se le apareció el diablo nomás que en el Congreso local,
fue a Carlos Alberto Juárez Gil, ese pedazo de pelmazo bueno para
nada (juro que no lo estoy ofendiendo; lo estoy calificando), que
funge como Secretario de Gobierno.
Nativo del sureste y sin más virtud que la de ser compañero de
escuela de Andy López Beltrán, Juárez Gil fue empotrado por el
propio Andy como subsecretario de Gobierno en un estado que no
conocía y sigue sin conocer.
Nada se sabe de su trabajo como subsecretario que no haya sido
rascarse la barriga y comenzar a abultar su cuenta bancaria.
En octubre del año anterior y después de que corrieran al
impresentable Eric Cisneros de la Secretaría de Gobierno, Carlos
Alberto Juárez asumió la titularidad de esa cartera y supo lo que es
el poder y el dinero.
Pero este lunes fue acusado por el diputado local Héctor Yunes
Landa de “enriquecimiento inexplicable” y la sacudida la recibió
durante su comparecencia para hacer la glosa del último informe de
gobierno de Cuitláhuac García.
Desde la tribuna del Congreso, Yunes Landa lo acusó de que en un
lapso muy corto de tiempo (apenas 7 años y medio), Juárez Gil pasó
de rentar una casa de 5 mil pesos, a ser propietario de residencias en
Xalapa, Veracruz y Tuxpan; poseer un yate y una flotilla de
automóviles Mercedes-Benz, algunos nuevos y otros de colección.
Descubierto casi en flagrancia, a Juárez Gil se le fue el color (a ver
si no le da diabetes, dijo alguien) lo que aprovechó Héctor para
apuntillar: “Seguramente en breve vas a tener la oportunidad de
coincidir (con varios colaboradores de Cuitláhuac) en Pacho Viejo,
porque la señora que viene no te quiere y está enterada de estos
hechos de corrupción. Y quiero decirte; esto no queda sólo aquí en
palabras. Voy a presentar una denuncia sobre estos casos con todos
los elementos que tengo”.
Estos son tres de al menos cuatro docenas de funcionarios corruptos
y bandidos militantes de Morena, a los que por sanidad del mismo
partido habrá que enviar a prisión. Exactamente como las purgas que
hacía el PRI en sus tiempos de partido hegemónico.
Quizá sin querer, Héctor Yunes apoyará a los morenos ya que no
quitará el dedo del reglón hasta ver a Juárez Gil en prisión.
Pero con Manuel Huerta las habas se cuecen aparte.
Independientemente de los expedientes de morenos corruptos que
tiene sobre su escritorio y que invariablemente dará a conocer, dos
nombres revolotean en su cabeza: Cuitláhuac García y Eric Cisneros
que le hicieron la vida de cuadritos.
Sin poder y sin padrinos que los protejan, ambos están a expensas de
la furia del senador que irá por ellos sin miramientos ni compasión.
Y si a esta cruzada se agrega Rocío Nahle, aguas con el futuro que le
depara el destino a este par.
bernardogup@hotmail.com