Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
Luego de que la noche del 25 de septiembre de 2023 se había inscrito en Xalapa
como aspirante a coordinar los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación
en Veracruz, o sea, a ser la candidata de su partido a la gubernatura, al día
siguiente Rocío Nahle inició sus actividades en el café La Parroquia del malecón
del puerto jarocho teniendo como invitados en sus mesas, entre otros, a Claudia
Tello Espinosa, Esteban Bautista Hernández y Rosa María Hernández Espejo.
Finalmente, Rocío ganó la gubernatura en junio de 2024, Tello Espinosa, un
escaño en el Senado, del que brincó a la Secretaría de Educación de Veracruz;
Bautista Hernández ganó la diputación local por Cosoleacaque, que le dio el pase
a la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, y
Hernández Espejo repitió su triunfo como diputada federal por el distrito IV de
Veracruz, que la tiene a las puertas de obtener la candidatura de Morena a la
alcaldía del municipio de Veracruz, del que ya fue regidora, para la elección del 1°
de junio próximo.
Lo que pretendo destacar es que Nahle no improvisa y, como hacía don Fernando
Gutiérrez Barrios, engaña con la verdad. Una fotografía del 26 de septiembre de
2023 registra cómo desde entonces convocaba a estar cerca de ella a quienes
pretendía encumbrar en cargos relevantes, como sucedió con Claudia Tello y
Esteban Bautista, lo que refuerza la creencia que tocará el turno ahora a Rosa
María Hernández, periodista también, aunque retirada por ahora.
El año pasado comenté en este espacio que siendo diputada federal por primera
vez, Rocío, entonces secretaria de Energía, la invitó a ir a visitarla en sus oficinas
en la CDMX. Cuando estuvieron juntas, le comentó que sabía de su gran trabajo
en la base y en “territorio” en el municipio de Veracruz, por lo que la invitó a que se
sumara a su proyecto político. Rosa María aceptó y desde entonces vienen
trabajando juntas, incluso es fama de que se convirtió en una de las cinco mujeres
más cercanas a ella.
Hernández Espejo (compañera reportera mía desde el siglo pasado, alguna vez
compañera mía también en una Maestría de Comunicación por la Universidad
Veracruzana) se apresta a inscribirse como aspirante a la candidatura a la alcaldía
jarocha, luego de haber cumplido con los requisitos que se piden en la
convocatoria respectiva, como, por ejemplo, realizar los cursos de formación
política y probar su militancia y su lucha dentro del movimiento que abandera la
Cuarta Transformación. No que sea la única, pero sí con señales que hacen que
se le pondere con toda seriedad y cuidado.
Que el columnista sepa, vino un delegado del CEN de Morena a entrevistar a José
“Pepín” Ruiz Carmona, a Anilú Ingram Vallines y a Rosa María Hernández Espejo.
A los tres los citó en el café La Parroquia del malecón. Pepín demoró 10 minutos,
tiempo en el que entregó una gruesa carpeta, quizá mediciones de encuestas;
Anilú estuvo 5 minutos, o un poco más, y a Rosa María le dedicó 45 minutos, con
dos cosas más: ella, si bien se someterá a la encuesta de su partido, tiene el voto
de calidad de la gobernadora y se ha movido en su aspiración conforme se lo ha
indicado.
A finales del año que recién acaba de terminar, tanto Hernández Espejo como
Claudia Tello recibieron llamadas del subsecretario de Turismo, Jorge Flores Lara,
para invitarlas y solicitarles a la vez que el día 31 estuvieran en el puerto para
recibir, acompañar y atender a Rocío, quien estaría en el puerto para participar en
las actividades organizadas con motivo del fin de año.
Ese día, Nahle desayunó en el restaurante Villa Rica del Hotel Diligencias. Cuando
terminó, salió entonces para involucrarse con la gente que esperaba ya el primer
desfile “Despidiendo el Año Viejo en Veracruz”. Cuando la gente la vio, se le
arremolinó lo mismo para saludarla que para tomarse selfies con ella o bien para
plantearle problemas y solicitarle su solución, ante lo que llamó entonces a Rosa
María para que atendiera todo lo que tuviera que ver con el puerto.
Poco después, cuando la gobernadora se sentó en una mesa en los portales con
su familia, atrás hubo otra reservada para la diputada federal y la secretaria de
Educación con algunas otras invitadas. Nadie más. Mucha cercanía, pues, entre
Rocío y Rosa María, a punto de iniciarse el registro formal, el lunes, de quienes
aspiran a gobernar el puerto, cercanía que dice mucho en un sistema político que
se rige por símbolos, el de la cercanía personal uno de ellos.
Algo que llamó la atención a propios y extraños fue que esa media mañana del día
31 Nahle salió a la calle sola para involucrarse con la gente en forma directa, sin
vallas metálicas de por medio y sin ningún equipo de guaruras rodeándola. A sus
acompañantes les indicaron que la siguieran atrás, pero que la dejaran sola, un
cambio radical contra lo que se practicó en la campaña. Otro hecho fue que estuvo
en familia, algo que, por ejemplo, nunca hizo su antecesor Cuitláhuac García
Jiménez, quien, además, nunca participó en esos festejos de fin de año y menos
se involucró con los habitantes del puerto jarocho.
Con otro detalle destacable: Nahle invitó a participar con ella a la alcaldesa
Patricia Lobeira, de origen panista, quien terminó el año despidiendo de su equipo
a personas ligadas a los senadores Yunes Márquez-Linares.
Por lo demás, la gobernadora esperó también la llegada del Año Nuevo en las
calles del puerto sumada a y unida con los jarochos, que para eso de la alegría y
festejos populares y tradicionales se pintan solos. Pareciera que no tiene nada que
ver, pero está trabajando ya la plaza política, con todo, para quitársela, luego de
muchos años que la ha tenido bajo su control, a la familia Yunes Linares-Márquez.
Por todo lo que se vio, la gente se le entregó, le gustó su actitud. Seguramente en
el PAN, para los efectos a que haya lugar, tomaron debida nota.
Exsome, estaría descartado
Se ha mencionado también como un posible prospecto para la alcaldía, por
Morena, al empresario Ricardo Exsome Zapata, quien hace cuatro años dio la
batalla a los Yunes, pero tras un largo litigio legal electoral perdió la elección.
Lo que se sabe ahora es que ha decidido no participar con un argumento de
mucho peso: el de su salud. A cercanos suyos dice que quiere conocer a sus
nietos, ahora que una hija suya se acaba de casar. No es algún secreto que
enfrenta problemas cardíacos y le afectan las emociones fuertes, como las que
produce la actividad política.
Suplente actual del senador Manuel Huerta, últimamente se le vio apoyando a
Anilú Ingram, y no se sabe si se sumaría a Rosa María Hernández Espejo si
resultara la candidata, pero ha dicho a algunos que no va a participar esta vez.