Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
Este martes en su mañanera, el presidente López Obrador me
dejó anonadado al reconocer cínico, desvergonzado y
socarrón, que su dicho de que México ya tiene un mejor
sistema de Salud que el de Dinamarca, fue para que hubiera
“miga” (con los reporteros), para dar la nota, fue plan con
maña.
¿Qué cosa, caballero?
Y es que el domingo durante su sexto informe había
asegurado: “Ya es una realidad en 23 estados el sistema de
salud universal y gratuito para personas sin seguridad social,
conocido como IMSS-Bienestar. Este sistema de salud
pública es el más eficaz del mundo. Dije que iba a ser el
mejor, que iba a ser como en Dinamarca. No, no es como en
Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”. Y hubo quienes le
creyeron.
Pero a ver, ¿entonces todo fue una broma de humor negro?
¿Con tal de dar la nota mintió y desilusionó con descarnada
sevicia a los mexicanos? Porque no fue una, ni diez, ni
cuarenta, ni sesenta, las veces que prometió un sistema de
Salud como el del país europeo, sino en 72 ocasiones.
Desde que la 4T llegó al poder nuestro sistema de Salud
jamás ha estado ni tantito así de ser como el de Dinamarca
por una razón sustantiva: porque a los daneses les llevó
generaciones lograrlo y no un sexenio.
A López Obrador le llevó apenas unos meses echar para
abajo el sistema de Salud y el Seguro Popular que
construyeron los conservadores y ladrones de cuello blanco
emanados del PRI y el PAN y lo cambió por el INSABI.
Pero con sus asegunes, el sistema de Salud de antes logró
que todos los niños del país recibieran gratuito y completo su
esquema de vacunas y que el Seguro Popular atendiera a 50
millones de mexicanos sin seguridad social.
En la actualidad, el esquema de vacunación se fue al diablo
pues solo cuatro de cada diez niños lo reciben completo (lo
que es un crimen de lesa humanidad), mientras 35 millones
de mexicanos sin seguridad social deambulan por ahí a la
buena de Dios.
Cuando comenzó a tambalearse el INSABI (prácticamente
desde su nacimiento el 1 de enero del 2020), López Obrador
metió el acelerador y prometió hasta en 72 ocasiones hacer
de nuestro sistema de Salud algo muy parecido a Dinamarca
e incluso mejor que Dinamarca.
Pero nada, no sólo estamos a años luz de los daneses, sino
que ahora resulta que todo fue una broma para que los
periodistas tuvieran la nota. Éjele los engañé, todo fue un
chorizo.
Futa… Se necesita ser de a tiro muy perverso o estar
enfermo del cerebro para hacer una confesión de ese calibre.
Pero bueno…
Si a esas vamos, broma es también el AIFA que nomás no
despega, la refinería de Dos Bocas que aún no refina y el
Tren Maya que Dios no lo quiera, un día de éstos puede
tronar porque está construido con materiales de dudosa
calidad.
A pesar de que murieron 800 mil mexicanos durante la
pandemia, el tabasqueño ha sido muy insistente al manifestar
que fuimos uno de los países que más combatió el covid.
Machaca y machaca que el abasto de medicamentos ya está
al 100 por ciento, cuando siguen muriendo niños con cáncer
por falta de medicinas oncológicas. Y jura que ha disminuido
la incidencia delictiva cuando los asesinatos dolosos están
por llegar a los 200 mil.
Dice que se acabó la corrupción cuando el caso Segalmex,
los morenos del país (millonarios o multimillonarios casi de
la noche a la mañana) y dos de sus hermanos recibiendo
dinero lo contradicen. Dice que están saneadas las finanzas
de Pemex cuando la paraestatal sigue siendo la empresa más
endeudada del mundo. Y sus corifeos no se cansan de
parlotear que es el mejor presidente de la historia. (Nomás
falta que digan que es el más sexi).
Pero nada es verdad.
Todas son mentiras propaladas por un mitómano contumaz
porque esa es su naturaleza.
Todo en López Obrador es una mentira. Todo él es una gran
mentira, una despiadada mentira que siguen creyendo de
buena fe millones de mexicanos.
bernardogup@hotmail.com