TRABAJADORES SE QUEJAN DE QUE EN FORMA INHUMANA LOS TIENEN LIMPIANDO POZA RICA

Oct 27, 2025 | Columnas

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Prosa aprisa

Arturo Reyes Isidoro
En Un son que canta en el río, de Roberto Blanco Moheno, publicado en 1962,
ese que fue un gran periodista y escritor mexicano, novela sobre una gran
rivalidad que existió, por generaciones, entre alvaradeños y tlacotalpeños y los
intentos de algunos por reconciliarlos, hasta que un hecho fortuito hizo el milagro.
De Blanco Moheno, quien llegó a destacar en el siglo pasado lo mismo en la
prensa escrita que en la radio y la televisión, debe decirse, para las nuevas
generaciones, que nació accidentalmente en Cosautlán en 1920, adonde habían
llegado sus padres trabajando para un circo. Roberto escribiría otro libro
memorable para los veracruzanos de su época: Jicaltepec (en Cosautlán nadie se
acuerda de él).
Hilarante, narra que, por fin, luego de tantos intentos y esfuerzos, a don Macario,
el recaudador de impuestos de Alvarado, se le ocurre una idea para unir a los dos
pueblos: casar a la Virgen de Alvarado con el Santo Patrón de Tlacotalpan, idea
que no convence fácilmente a los alvaradeños, aunque influyen mucho las
autoridades religiosas para que lo acepten.
La idea se concreta y se procede a realizar la unión. Todo marcha sobre ruedas,
los tlacotalpeños llegan en sus lanchas a Alvarado cargando a su santo (no había
entonces otra forma de comunicarse entre los dos pueblos más que por río), bajan
donde ya los esperan los anfitriones e inician una procesión rumbo a la iglesia.
Todo va bien hasta que un pescador, personaje del pueblo, borrachín, el Tío
Cheloca, aparece y se atraviesa y, hecho un llanto, grita: “¡Prefiero, madre santa,
que te metas de pecadora (usa otra palabra que, por respeto a mis lectores
católicos, prefiero evitarla), antes de que te cases con ese maricón!”. Ahí se
desata una batalla campal que acaba con el intento.
Hasta que un día, en septiembre de 1944 (un hecho real) se desborda el río
Papaloapan e inunda Tlacotalpan como nunca antes. La noticia llega a Alvarado, y
cada vez es más alarmante. Entonces los alvaradeños, en un gran gesto de
solidaridad van en auxilio y rescate de quienes hasta entonces habían sido sus
enemigos jurados, prácticamente desde que se habían fundado los pueblos.
Lo narro hoy en forma muy sintetizada para destacar que la solidaridad es
inherente a los veracruzanos, quienes no necesitan que nadie les pida y menos
que los obligue a prestar auxilio cuando ocurre una desgracia, porque lo hacen por
iniciativa propia, de corazón y en forma desprendida.

El pueblo veracruzano ha dado y está dando muestras de ese sentido solidario
que lo caracteriza ante la emergencia en el norte de Veracruz, aunque dista
mucho que lo hagan por iniciativa propia a que los obliguen, hasta someterlos
propiamente a un castigo, como lo está haciendo el Gobierno del Estado con
todos sus trabajadores.
Se sienten como en un campo de concentración
Al portal Referentemx.com han estado llegando muchas quejas de trabajadores y
trabajadoras (más de ellas que de ellos) de prácticamente todas las dependencias
en las que los obligaron a ir a Poza Rica a limpiar, sin consultarles si estaban de
acuerdo, denunciando el trato inhumano al que los tienen sometidos mientras que
sus jefes, funcionarios del Gobierno del Estado de todos los niveles, permanecen
allá con todas las comodidades y privilegios y solo se aparecen para tomarse fotos
y subirlas a las redes para presumir que están haciendo algo.
En sus textos, donde expresan su descontento, ruegan que se haga pública su
situación para que le llegue la información a la presidenta Claudia Sheinbaum a
efecto de que intervenga ante la gobernadora Rocío Nahle y cesen las injustas
condiciones en las que los tienen hace ya tres semanas, incluso adelantan que si
no para el castigo al que los tienen sometidos, en la primera oportunidad que
tengan se van a quejar directamente ante la propia presidenta.
Comentan que en un principio no dudaron en acudir en forma solidaria al llamado
para auxiliar a los damnificados (la gobernadora Rocío Nahle presumió ayer que
“operan más de 6 mil servidores públicos”), pero que lo que se inició como un acto
humanitario de su parte terminó por convertirse en un infierno para ellos. Que ante
la situación que viven es muy grande su deseo de renunciar, aunque la necesidad
los obliga a aguantar, y que se sienten como en un campo de concentración por lo
que están a punto de explotar y no ven la hora que alguien llegue a rescatarlos.
Preguntan dónde está la Comisión Estatal de Derechos Humanos que no voltea a
verlos.
Recuerdan que Fidel nunca los obligó a ir
Algunos recuerdan que durante el gobierno de Fidel Herrera Beltrán hubo dos
grandes inundaciones al mismo tiempo, en el norte del estado y en la cuenca del
Papaloapan, pero que él nunca obligó a ir a limpiar a los trabajadores del Gobierno
del Estado, sino que para ayudar a los damnificados creó empleos temporales con
ellos mismos a los que pagaba para que limpiaran sus propiedades, y que no
entienden porque ahora, cuando la gobernadora Rocío Nahle presume que tienen
“todos los recursos” no hace lo mismo.
Exponen que, conscientes de las circunstancias, al principio accedieron a
instalarse en edificios públicos habilitados de albergues, como escuelas,
improvisando regaderas o bañándose a jicarazos con agua fría, creando “áreas de
descanso” sobre sus mochilas, cooperando entre todos para poder comprar y

comer algo o, previa autorización, tomando parte de las despensas donadas, cosa
que aceptaron porque creyeron que solo los tendrían una semana así, pero que ya
van para el mes y las condiciones empeoran cada vez más.
Dicen que a ello se suma la desorganización total que hay, sin ninguna planeación
para atender las partes más afectadas en zonas marginadas o los domicilios de
personas de la tercera edad, y tienen que “jalar” para donde vayan sus jefes, sin
sentido, solo para ponerlos a limpiar y tomarlos de fondo para que se tomen la
foto; que en cambio, han visto cómo la población civil e incluso influencers actúan
con criterio y van a donde los propios afectados les señalan que es necesario.
Sus jefes solo se lucen con fotos en trabajo que ellos hacen
Narran que aparte de que ellos se trasladaron y se mueven en sus propios
vehículos pagando combustible y casetas, su comida y duermen en el piso, sus
jefes, de secretarios de despacho para abajo, se la pasan con todas las
comodidades posibles, con cargo al erario, duermen en los mejores hoteles que
han encontrado, se presentan solo un momento, a diferencia de quienes,
trabajadores, sin importar su edad o condiciones de salud o físicas, tienen que
trabajar sin horario ni descanso todo el día.
Mencionan que han visto con indignación que la secretaria de Educación ha
subido fotos para que la vean que está cocinando, pero solo para la foto, aparte de
que trae un séquito que le carga sus pertenencias, sin hacer nada significativo, lo
mismo que los subsecretarios de Educación Básica y de Media Superior, a
quienes se les ha visto incluso bailando, muy contentos, lo mismo que el delegado
de Bienestar que presume en una foto que está comiendo una torta cuando tiene
todos los privilegios, o el diputado federal por Córdoba, que solo se mancha la
ropa de lodo para la foto.
Aseguran también que han visto a la diputada local Tanya Carola Viveros actuar
como si fuera la secretaria de Protección Civil, al igual que Yazmín Ugalde
Colunga, quien se hace llamar “Chilanga en Veracruz”, quienes además de que
van a complicar el trabajo que se hace, se la pasan criticando a los trabajadores
mientras descargan tráileres completos de víveres, sin descanso.
Las trabajadoras y trabajadores comentan que trabajan más de 8 horas diarias,
que hacen tareas que no les corresponden (casi todas y todos son administrativas
y administrativos), que no los capacitaron para lo que los obligan a hacer, que no
les dan material para que protejan su salud y menos nadie les ha dicho que les
van a pagar horas extra por el tiempo demás que trabajan en forma obligada.
Pero también trabajadores administrativos de la Secretaría de Seguridad Pública
denunciaron que los tienen limpiado en Álamo y “levantando lodo, apenas nos dan
una comida mísera”. Dijeron que retiran lodo y escombros en condiciones
insalubres e inseguras, “ni jabones ni geles nos dan para desinfectarnos después
de terminar llenos de lodo”.

Al final, también resultaron damnificados
En sus textos comentan que al final ellos resultaron unos damnificados más,
aunque a diferencia de quienes sufrieron la inundación, a quienes le están dando
atención, despensas y apoyos en efectivo, a ellos nadie los voltea a ver ni se
acuerdan de ellos, y si se quejan toman represalias en su contra, hace ya tres
semanas que no ven a sus familias, muchas a sus hijos pequeños, otras y otros a
familiares a los que dejaron enfermos, nadie les pregunta si se sienten bien ni
tienen atención médica. “Aparte de acarreados, ahora limpia y lavapisos, a fuerza”.
Muestran incluso angustia ante la llegada del Frente Frío 11 a partir de la noche de
este martes, pues dicen que no tienen material ni equipo para protegerse del frío
ni de la lluvia y responsabilizan al Gobierno por si algo le pasa a alguna o alguno
de ellos. “Cómo es posible que la gobernadora Rocío Nahle diga que su gobierno
es humanista”.
Uno de los quejosos dijo que como último recurso buscarán a los reporteros que
llegaron de la Ciudad de México para invitarlos a que conozcan en qué
condiciones los tienen y les darán las direcciones de los hoteles en que están
hospedados sus jefes, para que se entere la presidenta Sheinbaum.
Dios guarde a jamaicanos y cubanos
Publicó este lunes el famoso meteorólogo veracruzano Isidro Cano Luna: “Dios
guarde a los jamaicanos y cubanos… ‘Melissa’ ya es categoría 5 SSS. 260 kph
vientos máximos sostenidos”. Sí, Dios los proteja y los guarde. Las primeras
imágenes que llegaron de Jamaica eran devastadoras. Este martes por la noche y
la mañana del miércoles impactará con toda su intensidad en el oriente de Cuba.
La chiquilla chillona
Ante las preguntas que le hicieron este lunes a la gobernadora Rocío Nahle en su
conferencia de prensa, publicó mi compañero columnista Filiberto Vargas
Rodríguez: “¡Están viendo que la chiquilla es chillona y la pellizcan!”.