Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
La ecuación es muy sencilla; mientras menos veracruzanos voten el
próximo 2 de junio, más posibilidades tendrá la zacatecana Rocío
Nahle de ganar la gubernatura.
Y a eso le está apostando el aparato de Estado que está detrás de la
señora: a que al menos la mitad de los registrados en el padrón
electoral se queden en su casa. Porque de otra forma la vapuleada
estaría casi casi cantada.
De ahí que cuando el gobernador Cuitláhuac García se enteró que
cientos de personas recluidas en centros penitenciarios tendrán
oportunidad de sufragar este 2024, se nos puso histérico.
¿Que van a votar los presos? ¡Oh my Godnes!
Y como siempre buscó un culpable y lo encontró en la persona del
Vocal Ejecutivo del INE en Veracruz, Josué Cervantes Martínez, al
que acusó de ser un “mañoso que no tiene palabra”.
Y es que de acuerdo a su doca opinión, semejante barbaridad “puede
poner en riesgo la seguridad de los penales… permitirá que voten
los feminicidas… algún interés debe tener (Josué) al interior de
algún penal”. ¡Jesús María y José!
“Si sucede algo, si sucede algo, ¿lo podemos responsabilizar a él?
¿Quiere que vulneremos la seguridad o va a respetar la seguridad
que se tiene en los penales?”, chilló el señor.
Pero cuando un reportero le dijo que sólo emitirán su voto quienes
se encuentren en prisión preventiva contestó: “No se vale dividir el
derecho; no se vale eso de que unos sí y otros no”.
Futa…
Pobre Cuitláhuac, su ignorancia ya no provoca lástima sino tristeza
infinita.
Fue el año anterior cuando el Instituto Nacional Electoral anunció
que para estas elecciones se llevará a cabo una votación anticipada
(será del 6 al 20 de mayo) con personas que estén privadas de su
libertad.
¿Votarán feminicidas confesos y sentenciados como teme
Cuitláhuac? No y reitero; sólo podrán hacerlo quienes estén en
prisión preventiva y aquellos que no tengan una sentencia
condenatoria.
Es decir, van a sufragar quienes no tengan restringidos sus derechos
políticos.
Homicidas, secuestradores, violadores, raterazos y raterillos que
estén cumpliendo una condena no podrán votar porque
constitucionalmente están impedidos. Y sí podrán hacerlo quienes
estén en un proceso judicial porque, también constitucionalmente,
existe sobre ellos la presunción de inocencia.
Pero las pataletas del gobernador son al parecer por algo más que el
simple voto de los reclusos. Sucede que éstos también tienen a sus
favoritos y Rocío Nahle no está entre ellos.
A pesar de que la mayoría de las cárceles están “gobernadas” por los
delincuentes y estos simpatizan con Morena, allá adentro la señora
no es bien vista.
Quienes tienen el control de los reos que ya están condenados,
difícilmente pueden ejercer ese control sobre quienes purgan prisión
preventiva, que son los que van a votar y que al parecer no lo harán
por Rocío Nahle. Sobre todo aquellos a los que el propio Cuitláhuac
mandó injustamente a prisión.
De ahí las rabietas del gobernador al que los presos le pueden armar
una rebelión electoral.
¿Será?
Veremos.
Mientras eso sucede y por si se le llega a ofrecer, alguien debe
decirle a Cuitláhuac que si un día pisa una cárcel y le dan prisión
preventiva, tendrá derecho a sufragar por el candidato de su
preferencia con absoluta libertad y nadie lo juzgará por ello. Y es
que hasta que se demuestre lo contrario, el señor será inocente. Tan
inocente como los presos que sufragarán entre el 6 y 20 de mayo.
bernardogup@hotmail.com