«VERACRUZ ESTÁ DE MODA», ¿POR SUS DESTROZADAS CARRETERAS?

Dic 8, 2024 | Columnas

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Prosa aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
No dudo de que con su mejor ánimo, el día 1º de este mes, en su primer mensaje a los
veracruzanos, la gobernadora Rocío Nahle proclamó que a partir de ese día “Veracruz
está de moda”.
La frase la expresó como el eslogan de la estrategia turística de su gobierno, que dejó la
impresión de que no se basa en la improvisación, por el calendario de por lo menos una
actividad mensual relacionada con la actividad turística que tiene programada su
administración.
Pero, ya lo dice bien el dicho, el infierno está empedrado de buenas intenciones. No
bastan las buenas intenciones. De nada sirven ni servirán si no van acompañadas de una
política inmediata de la reparación –por lo menos– de las carreteras del estado y si no se
revisa a conciencia el calendario de los festejos de pueblos y ciudades de Veracruz.
La frase “Veracruz está de moda” me resonó cada que caía en un bache mientras viajaba
de Xalapa hacia Coatzacoalcos por la Carretera Federal 180, que conocemos mejor como
Carretera Costera del Golfo. Así no se puede, me dije, ni se podrá.
Pensaba, por ejemplo, si en lo que resta de diciembre y en los días de enero, 53 días en
total, no reparan de la mejor forma la carretera que lleva de Veracruz a Tlacotalpan, no se
puede atraer al turismo foráneo, no al doméstico, para la celebración de la Fiesta de la
Candelaria, el 2 de febrero, si no se le garantiza una buena red carretera.
También creo que estuvo mal que, sin haberse coordinado con la alcaldesa del puerto de
Veracruz, Patricia Lobeira, incluyeron en el mes de febrero la celebración de las fiestas
del carnaval del puerto jarocho, cuando el ayuntamiento de Veracruz lo tiene programado
para celebrarlo del 26 de junio al 2 de julio.
“Ya con nosotros sería prácticamente imposible. Como ya lo hemos explicado, cuando
nosotros llegamos, por el tema del Covid fue que se puso esa fecha y sería muy
complicado hacer dos carnavales en un solo ejercicio fiscal, no podríamos pagar”, explicó
la munícipe. Por lo que se advierte, nadie la tomó en cuenta para la nueva programación
estatal.
Y aún no me explico por qué, como sucedió con la administración de Cuitláhuac García
Jiménez, Catemaco sigue siendo el patito feo, pues dos fechas claves de esa ciudad no
fueron incluidas en la promoción turística que hará el gobierno de Rocío: la del primer
viernes de marzo, “Día de los Brujos”, y la del 16 de julio, celebración de la aparición de la
Virgen del Carmen.

Lo cierto es que en ambas fechas el turismo doméstico llega sin necesidad de promoción
oficial, tanto porque algunos creen en la brujería como por la devoción que hay por la
virgen. Los visitantes suman miles, principalmente del sur del estado, pero con promoción
oficial se impulsaría la llegada del turismo mayor y se fortalecería la economía no solo
local, sino de toda la región. Creo que alguien no ha hecho bien su tarea.
Para llegar a Tlacotalpan, es cierto, se necesita también una escalera grande y otra
chiquita y arriba y arriba, pero se corre el riesgo de que quienes se arriesguen a ir al
festejo queden con ganas de no volver si sufren por el mal estado de las vías de
comunicación.
Lo mismo se puede decir para el caso de la Cumbre Tajín, en el mes de marzo, pues de
todos es sabido lo destrozada que está la misma Carretera 180 de Cardel hacia Papantla,
como están en muy mal estado tramos, o la mayor parte, de la que lleva a Catemaco.
“El turismo y la cultura serán los ejes para transformar nuestro estado. Estamos
comprometidos en hacer del turismo una palanca de desarrollo que nos permita
proyectarnos como un destino atractivo a nivel global”, expresó Rocío el 1º de diciembre.
Pensaba el fin de semana, mientras seguía mi viaje a Coatzacoalcos, si no hubiera estado
bien que se anunciara también un bachetón estatal, como el que emprendió la presidenta
Claudia Sheinbaum con las carreteras federales, que, hay que decirlo, tampoco es la gran
cosa sino solo una embarrada cosmética de chapopote o asfalto, como para taparle el ojo
al macho, pero peor es nada.
Cuando partí de Catemaco hacia el sur, rumbo a Juan Díaz Covarrubias, no pude
contenerme en pensar, ante los cráteres que hay en lo que alguna vez fue carretera, si
países asiáticos como China o Corea del Norte hacen bien en llegar a los extremos de
encarcelar o fusilar a los funcionarios que no cumplen bien con su responsabilidad. Parte
de esa carretera es un asco, lo digo con ese término para tratar de ser más ilustrativo.
Y sí, pensé en Elio Hernández Gutiérrez, el exsecretario de Infraestructura y Obras
Públicas del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez. Cómo es posible que nadie lo llamó
a cuentas, ni seguramente lo llamará, para que responda por su responsabilidad directa
en el mal estado de las carreteras.
Debiera ser investigado a fondo y llevado a juicio, y con él Cuitláhuac, pues sin que haya
equipo profesional de futbol decidieron, en cambio, reconstruir el estadio de futbol Luis
“Pirata” Fuente, para lo que destinaron un total de 1,694 millones de pesos, que bien
pudieron haberse invertido en reparar e incluso en reconstruir las carreteras del estado.
Cuánta razón tuvo el senador Manuel Huerta en denunciar a tiempo, una y otra vez, el
pésimo trabajo que se hizo en lo poco que se hizo. Todavía el pasado 18 de noviembre
declaró que las constantes quejas ciudadanas obligan a la Contraloría General del Estado
y al Órgano de Fiscalización Superior a realizar una investigación exhaustiva del manejo
de los recursos públicos.

“Tienen que revisarse. La gente lo sabe, no hubo voluntad, hubo mucho descuido y,
además, los mecanismos no son transparentes. En algunos casos de extrema corrupción,
quedan a los ojos vistos. No hace falta ser de la contraloría ni de la auditoría para darme
cuenta que una carretera que inauguran un viernes y que el día lunes amanece
deslavada, estuvo mal hecha”.
Creo que no hay ningún veracruzano que no quiera que Veracruz esté de moda por las
cosas que lo signifiquen bien. Tiene con qué: sus bellezas naturales, su pasado histórico,
su música, su gastronomía, su cultura, su alegría, su hospitalidad, su gente, su picardía
incluso, y, ahora, las buenas intenciones de su nueva gobernadora.
En marzo, se llevará a Veracruz, se nos dijo, a un tianguis turístico nacional, en Mexicali, y
a un festival internacional, el de Jazz en Nueva Orleáns. Bien, sin duda. Ojalá y ello se
acompañe con un efectivo trabajo de rescate de nuestra red carretera. Sin las arterias en
buen estado no puede fluir ni correr el torrente sanguíneo del turismo, pero no el de
jícama con chile o el de cama-arena, el de pambazos, el de cualquier fritanga que se les
ocurra, sino el que proyecta, el que venda la mejor imagen de Veracruz no solo ante los
locales, sino también ante los externos.