Sin tacto
Por Sergio González Levet
Leo en lospoliticosveracruz.com que en el Hospital Regional Luis. F. Nachón hace
algunas semanas salvaron la vida de un paciente con infarto agudo al miocardio
(IAM).
“Gracias a la activación oportuna del protocolo Código Infarto, médicos del
Hospital Regional Dr. Luis F. Nachón salvaron la vida de un hombre de 78 años
que sufrió un infarto agudo al miocardio mientras caminaba por calles de esta
ciudad.
“El pasado 29 de enero, Marco Antonio Hobart Rodríguez, doctor en Ciencias
Físicas, se desmayó tras experimentar un fuerte mareo; transeúntes solicitaron
apoyo al 911 y fue trasladado de inmediato al nosocomio, donde se activó el
protocolo de intervención.”
“El éxito de este caso fue posible gracias a la identificación inmediata del
padecimiento, la activación del protocolo y el equipamiento de las áreas
especializadas”, explicó el cardiólogo intervencionista Carlos Alberto García
Hernández.
Una vida humana fue preservada gracias a la aplicación de un protocolo que
indica a todo el personal del hospital las medidas que se deben tomar cuando
llega un paciente infartado.
El 7 de marzo de 2007 a las 11 de la noche yo sufrí un IAM en Xalapa, y lo
superé en las mejores condiciones gracias a que en el CEM Doctor Lucio tenían
un Código Infarto y lo aplicaron de inmediato a mi llegada.
Sentí la molestia al llegar al apartamento en el que vivía. Es un profundo
síndrome que incluye dolor agudo en el pecho, sudoración fría, un malestar
general que hace que sientes que te mueres de la manera más fea del mundo.
Yo tuve la suerte de poder comunicarme con el doctor Iván Hernández
Gutiérrez, que era el jefe de medicina interna del nosocomio, quien me mandó de
inmediato a Urgencias, a donde me llevó velozmente mi hijo, por lo que llegué
antes de media hora de que me había empezado el evento cardiológico.
En la entrada me esperaba una internista, que me hizo un electrocardiograma y
al ver el resultado exclamó: “Ya llegó nuestro infartado de hoy”.
De inmediato me llevaron a una sala especial, me indicaron que yo no me
moviera, me sacaron la ropa, me vistieron con una bata, me pusieron una
venoclisis y me conectaron a un monitor cardiaco. De medicamentos, me pusieron
una pastilla de nitroglicerina abajo de la lengua, pero además me administraron un
calmante, un gramo de aspirina y clopidogrel.
La idea de establecer un Código Infarto surgió en el Centro de Especialidades
Médicas de Xalapa (Hoy CAE) y fue precisamente el doctor Iván Hernández el que
lo estableció, cuando era el Director General, allá por el año 2000. Ese protocolo
ha salvado miles de vidas, y debo agradecer que entre ellas está la mía, y ahora la
del doctor Marco Antonio Hobart Rodríguez.
sglevet@gmail.com