AL PIE DE LA LETRA.
Raymundo Jiménez
En 1995, cuando Dante Delgado y un grupo de amigos que habían colaborado con él en su
administración de gobernador sustituto de Veracruz (1988-1992) decidió constituir primero
como asociación política a Convergencia por la Democracia –que luego, para las elecciones
federales intermedias de 1997 tramitaría ante el IFE su registro como partido político
nacional–, muchos de sus ex correligionarios priistas se burlaron de él, anticipando que
fracasaría en esta aventura política de gran calado.
Los pronósticos de sus malquerientes parecían confirmarse cuando en diciembre de 1996,
casi un mes después de haberle renunciado bruscamente como Procurador Agrario al
presidente Ernesto Zedillo, fue encarcelado en el reclusorio de Pacho Viejo, en el
municipio de Coatepec, por un presunto desvío de 450 millones de pesos en el gobierno de
Veracruz, proceso penal del que un año y tres meses después sería exonerado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La detención de Dante, en la Ciudad de México –de donde sería trasladado por agentes
ministeriales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz– se dio
coincidentemente semanas después de su rompimiento con Zedillo Ponce de León, luego de
que anunciara su renuncia al PRI al término de un acto de homenaje a Luis M. Farías.
Al ser abordado por los reporteros, Delgado Rannauro manifestó que su salida del
Revolucionario Institucional era para trabajar en un “proyecto político-electoral”
comprometido con los “valores esenciales de identidad nacional, lucha por la soberanía y
compromiso con los grupos sociales que requieren respaldo y apoyo para impulsar el
desarrollo del país y evitar contradicciones que puedan llevar a la ruptura del tejido social”.
Afirmó que su salida del PRI se había dado porque “no teníamos coincidencias en la forma
de hacer el trabajo político”, y dijo que, de manera especial, discrepó “totalmente del
trabajo político en Chiapas”, en donde además de ser el titular de la Procuraduría Agraria
del gobierno de la República fue nombrado en 1995 por el presidente Zedillo coordinador
de la Comisión para el Bienestar Social y Desarrollo Económico Sustentable para el Estado
de Chiapas, tras el conflicto armado surgido un año antes con la irrupción del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
A principios de 1997, todavía desde el penal de Pacho Viejo, hizo una alianza de facto con
Andrés Manuel López Obrador, entonces dirigente nacional del PRD, para postular a través
del partido del sol azteca a militantes y simpatizantes de su asociación política como
candidatos a las alcaldías de Veracruz en el proceso municipal de ese año, arrebatándole al
PRI las principales ciudades de la entidad, entre ellas Xalapa, en la que arrasó su compadre
Rafael Hernández Villalpando, quien en su administración estatal había sido subsecretario
de Gobierno y luego rector de la Universidad Veracruzana (UV).
En ese mismo año, Dante consiguió el registro de Convergencia como partido político
nacional en las elecciones de diputados federales, por lo que tres años después, en el 2000,
pudo coaligarse con el PRD y otros partidos para postular a López Obrador al gobierno de
la Ciudad de México. Y, en 2006 y 2012, volvió a apoyar al tabasqueño a la Presidencia de
la República, distanciándose de él en 2018, al sumarse al PAN y al PRD que nominaron al
panista Ricardo Anaya, pero en la sucesión presidencial de este 2024 decidió contender con
candidato propio, rechazando la alianza del PRIAN.
Ayer, al asistir a Xalapa a la cuarta convención estatal de Movimiento Ciudadano –donde
tomó protesta a Luis Carbonell de la Hoz como nuevo coordinador de la Comisión
Operativa del partido naranja en la entidad–, Delgado Rannauro, quien se vio físicamente
muy disminuido, reveló a sus correligionarios que padece cáncer en el estómago. Sin
embargo, pese a su delicado estado de salud, hizo un esfuerzo para viajar a su estado natal y
arengar a su estructura partidista para prepararse con miras a las elecciones municipales del
año próximo y fortalecerse para disputar en 2030 la gubernatura del estado y la Presidencia
de la República.
Llegó acompañado de la plana mayor de Movimiento Ciudadano, entre ellos del ex
candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez, quien se perfila para relevarlo en la
dirigencia nacional, y entronizó a su hijo Dante Alfonso Delgado Morales, ex candidato a
senador por Veracruz, como presidente del Consejo Estatal de MC.
Hace casi 30 años, cuando anunció su proyecto de Convergencia por la Democracia,
muchos lo tildaron de loco y soñador, a lo que él respondió que no se cansaría de lanzar
flechas a la luna. Hoy, preside el único instituto político nacional que ha logrado salvar su
registro y gobierna dos de los estados económicamente más pujantes del país –Jalisco y
Nuevo León–, una hazaña que ni siquiera pudo lograr en su momento la poderosa lideresa
magisterial Elba Esther Gordillo con su partido Nueva Alianza (PANAL).
Ayer, en la cuarta convención estatal, Dante y su partido mostraron buen poder de
convocatoria. El salón de eventos fue atiborrado por militantes y simpatizantes que se
movilizaron con recursos propios, sin acarreos, la mayoría menores de los 50 años de edad.
Ante la extinción del PRD y la debacle de los otros dos principales partidos de oposición,
PAN y PRI, se sabe que principalmente militantes y operadores priistas comienzan a buscar
acercamientos con el nuevo liderazgo de MC en Veracruz para impulsar candidaturas
ciudadanas para las próximas administraciones municipales, pues saben que en Morena se
reservan “el derecho de admisión”.