Desde el Café.
Bernardo Gutiérrez Parra.
Atosigado por la opinión pública que le exigía esclarecer las
matanzas de Tlatelolco y el Jueves de Corpus, el presidente Luis
Echeverría dijo a un periodista: “Sobre estos lamentables
acontecimientos queremos decir al pueblo de México que seguimos
investigando y no descansaremos hasta dar con los responsables,
caiga quien caiga”.
Las siete palabras “no descansaremos hasta dar con los
responsables” no eran nuevas, venían de la prehistoria nacional.
Pero comenzaron a escucharse con mucha regularidad en tiempos de
Manuel Ávila Camacho, después de que su hermano Maximino
mandaba golpear, secuestrar, asesinar o desaparecer a sus
adversarios.
Era entonces que el Procurador de Justicia (que primero fue Octavio
Vejar y después Francisco Castellanos) salía a decir: “No
descansaremos hasta bla bla bla”. Pero la oración estaba como
incompleta, como coja (sin albur), como que le faltaba punch. Y
Echeverría se lo vino a poner al agregar el “caiga quien caiga” que
tomó del populacho.
De ese tiempo a la fecha la han repetido desde presidentes y
gobernadores hasta políticos y politicastros de todos los partidos y
de toda laya. Aunque nadie con la frecuencia del ingeniero mecánico
que tiro por viaje decía a los reporteros: “En Veracruz no se permite
la impunidad. No descansaremos hasta dar con los responsables (de
esta masacre, este asesinato, este feminicidio, etc), caiga quien
caiga”.
Debido al uso y abuso la oración terminó convertida en la pura
botana, aunque se sigue repitiendo como si fuera una novedad.
Una investigación llevada a cabo en el Congreso local, reveló que la
empresa queretana Publicontenidos Kapitel cobró 7 millones de
pesos por 50 tablets, lo que el presidente de la Jucopo, Esteban
Bautista Hernández consideró “muy exagerado”.
Y vaya que lo es. Que cada computadora cueste 140 mil pesos es
una barbaridad.
Molesto, el legislador dio a entender que hubo chanchullo en la
compra por lo que procederá contra los responsables “caiga quien
caiga”, sin importar que sean sus correligionarios.
Fucha…
A ver lector, con Luis Echeverría no cayó nadie. El tipo se pasó los
seis años de su mandato repitiendo cínicamente que las tragedias del
2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971 se estaban
investigando, pero no se investigó nada.
Tuvieron que pasar más de 30 años para que Vicente Fox creara una
comisión para investigar los hechos y el que cayó fue el propio
Echeverría, que fue condenado a prisión domiciliaria de la que
meses después salió exonerado.
Con el ingeniero mecánico cayeron muy pocos si los comparamos
con la cantidad de feminicidios, asesinatos y masacres que
ocurrieron en Veracruz durante su sexenio. Y entre los que cayeron
hubo varios chivos expiatorios.
En síntesis, a pesar del “caiga quien caiga”, las masacres del 2 de
octubre y 10 de junio siguen impunes lo mismo que la gran mayoría
de los asesinatos ocurridos en la entidad del 1 de diciembre del 2018
al 30 de noviembre de este año.
Como impunes permanecen la tragedia de la guardería ABC y el
trenazo de la Línea 12 del Metro, por mencionar sólo dos casos entre
cientos. Es decir, nadie cayó a pesar del caiga quien caiga.
Con todo y que es de Morena, Esteban Bautista Hernández es un
crítico del gobierno de Cuitláhuac García al que califica como una
administración fallida. Sin ataduras con los cuitlahuistas y amigo de
años de la gobernadora Rocío Nahle, el legislador tomó la escoba se
puso a barrer el Congreso y se encontró con 50 tabletas que
presuntamente cuestan 7 millones de pesos.
“Aquí hubo una red de personas que estuvieron operando… fueron
muchas las irregularidades que encontramos pero nosotros no vamos
a ser cómplices de nadie, venimos a limpiar la casa”, dijo a los
reporteros.
Quienes conocen a fondo el entamado del Congreso local aseguran
que esos 7 millones de pesos son apenas la punta de un iceberg de
corrupción y malos manejos en el que estarían coludidos dueños de
empresas fantasma, funcionarios del Congreso así como diputados
de la anterior Legislatura… casi en su totalidad de Morena.
“Si Esteban sigue barriendo va a encontrar mucha porquería debajo
de la alfombra, porque son millones y millones de pesos los que
andan bailando” me dijo un diputado de la oposición.
Y sí, es de esperarse que el legislador barra a fondo, lleve a los
atracadores ante un juez y no todo quede en un vacuo y pueril “caiga
quien caiga”.
bernardogup@hotmail.com