AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez
Ayer domingo, unas horas antes de la conferencia de prensa que conjuntamente dieron el
secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, y el Fiscal General
de la República, Alejandro Gertz Manero, el diario Reforma publicó que la FGR
investigaba el asesinato del Contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántar, ex director
general de Recaudación de Aduanas, quien coincidentemente fue asesinado el 8 de
noviembre de 2024 en Manzanillo, Colima, casi un mes después de que denunciara –por
encabezar una mafia delictiva en puertos y aduanas– a los hermanos Manuel Roberto y
Fernando Farías Laguna, Vicealmirante y Contralmirante, respectivamente, y sobrinos
políticos del Almirante xalapeño Rafael Ojeda, quien fue titular de la Secretaría de Marina
en el sexenio del ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Con base en la órdenes de aprehensión solicitadas por la Fiscalía federal, el diario
capitalino señaló que previamente, en octubre de ese mismo año, también había sido
asesinada Magaly Janet Nava Ramos, Auxiliar “B” en la Delegación de la FGR en Colima,
cuyo crimen se presumía que estaba relacionado con el del Contralmirante, pues tanto Nava
como Guerrero Alcántar fueron ejecutados con pistolas Águila calibre 9 milímetros Luger,
por dos sicarios en motocicleta que contaron con la misma complicidad de sujetos a bordo
de un automóvil.
Según publicó este domingo el diario Reforma, el Contralmirante Guerrero había redactado
una carta dirigida al Secretario Ojeda para denunciar, entre otras cosas, que su sobrino
político Roberto Farías, a través de los capitanes Miguel Ángel Solano Ruiz y Climaco
Aldape Utrera, incidía en las designaciones de marinos en las distintas aduanas para
mantener operaciones delictivas.
En la indagatoria se señala que el escrito fue hallado en la oficina de Guerrero en la 22
Zona Naval en Puerto Madero, Chiapas, su última adscripción en vida. Con el cambio de
sexenio, a Guerrero le instruyeron presentarse el 10 de octubre con el nuevo secretario,
Raymundo Morales, aparentemente en respuesta a su misiva.
Días después, el Contralmirante tomó una licencia del 6 al 8 de noviembre, para atender
asuntos personales, y vacaciones del 9 al 25 de ese mes. Guerrero proporcionó a la Marina
los lugares exactos de su estancia en Manzanillo y Mazatlán, de acuerdo con la indagatoria
de la FGR.
“Al mantener una relación estrecha con personas de la Semar, se puede inferir que los
actores materiales (del homicidio) pudieran ser personal de esta dependencia o allegados a
ellos”, consigna la FGR en su solicitud de orden de aprehensión, según cita el diario
Reforma.
“Fernando Rubén Guerrero Alcántar fue asesinado el 8 de noviembre de 2024 en
Manzanillo, Colima, infiriéndose una relación directa de su homicidio con la reunión del 10
de octubre de 2024, a las 13:00 horas, en las Oficinas del C. Almirante Secretario,
posiblemente por la denuncia realizada sobre las personas involucradas que refiere en su
manuscrito en una red de corrupción en las aduanas.
“Se infiere que destacó que en todo momento Fernando Rubén Guerrero Alcántar informó
con exactitud donde sería su estancia, llamando la atención que los únicos que lo sabían era
personal de la Marina”.
Los homicidios son parte central de la indagatoria de la FGR contra el Vicealmirante
Manuel Roberto Farías y su hermano, el Contralmirante Fernando Farías, acusados de
encabezar una red de huachicol fiscal. El primero fue detenido el pasado 2 de septiembre y
se encuentra preso en el Penal del Altiplano, y el segundo está prófugo. En distintos
operativos fueron detenidos también otros cinco oficiales de la Marina y cinco funcionarios
de Aduanas. Uno de ellos es Francisco Javier Antonio Martínez, ex gerente de
Administración y Finanzas de la ASIPONA en Tampico.
El columnista Raymundo Riva Palacio publicó en febrero de 2024 un texto titulado “Los
tormentos del almirante”, en el que comentaba que el Almirante secretario de la Marina,
Rafael Ojeda, a escasos siete meses del cambio de Gobierno, “ya se embarcó en la
preparación de su sucesión, porque es crucial, para él, que quien quede al frente de la
institución sea un incondicional. No parece haber otro camino, al tener varios frentes
abiertos que pudieran causarle dolores de cabeza y penurias transexenales, porque no ha
sido cuidadoso ni en lo personal y ni en lo político”.
Según Riva Palacio, su favorito para sucederlo era el subsecretario José Luis Arellano. Pero
Ojeda sabía, por carne propia, que las recomendaciones del titular pueden ser ignoradas por
el Presidente, como lo había hecho Andrés Manuel López Obrador en su caso. Frente a ello,
lo que hizo fue neutralizar a dos prospectos podrían sustituirlo y a los cuales maltrató y
persiguió políticamente durante su gestión. Uno era el almirante José Luis Vergara, muy
cercano al exsecretario Soberón, y que era la primera opción para ser nombrado secretario
de la Marina, aunque AMLO rechazó la propuesta. El otro era el almirante Marco Antonio
Ortega Siu, el jefe de la Unidad de Fuerzas Especiales que persiguió y capturó a Joaquín
“El Chapo” Guzmán en 2015. A Vergara lo envió como agregado naval a la India y a
Ortega Siu lo investigó a través de la Unidad de Inteligencia Naval, mediante la
intercepción ilegal de sus comunicaciones electrónicas, junto con elementos de la FGR por
una presunta desaparición forzada en Guanajuato en 2018.
Ninguno de ellos llegó. El designado por Sheinbaum el 6 de septiembre de 2024 fue
sorpresivamente el oaxaqueño Raymundo Pedro Morales Ángeles, quien, el año anterior, en
enero de 2023, fue nombrado por López Obrador director general del Corredor
Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, y luego, el 20 de noviembre, fue ascendido al
grado de Almirante.
La situación de Ojeda parecía complicada. Y no se descartaba que fuese el primer ex
secretario de Estado del régimen obradorista que pudiera parar en prisión. Y es que en la
sucesión presidencial cometió el error de haber apostado por el ex canciller Marcelo Ebrard
para la candidatura de Morena. Su apoyo no sólo fue político sino también de recursos.
Ojeda y Ebrard son más que amigos, y el Almirante xalapeño le tiene un particular
agradecimiento, al haber sido él quien lo recomendó con López Obrador para ser el titular
de la Marina, pese a la opinión contraria del exsecretario Vidal Soberón.
Los apoyos a Ebrard durante la contienda interna de Morena por la candidatura presidencial
llegaron a través de Octavio Pérez, un ingeniero naval sinaloense retirado que incursionó en
el negocio del gas y entró también a realizarlos en Aduanas y Puertos, que tiene bajo su
control la Marina desde mediados de 2020. “El activismo político de Ebrard, respaldado
desde la oficina del secretario de la Marina, para desgracia de Ojeda, fue conocido por la
candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, dijeron personas que forman parte de su equipo
de campaña”, publicó Riva Palacio, quien además apunta que “el problema del secretario
no se circunscribe a la mala disposición que tendría Sheinbaum hacia él, una vez que
ganara las elecciones, únicamente por su activismo a favor de Ebrard, sino que la
posibilidad de que se le inicien carpetas de investigación por presuntos actos de corrupción,
es amplia”.
Y desde entonces ya lo exhibía: “La presunta corrupción en torno al secretario Ojeda se ha
denunciado en la prensa desde hace más de dos años, enfocada en sus sobrinos políticos por
supuestos negocios en la Marina, Aduanas y Puertos, lo que sería irregular en sí mismo, a
lo que se le suma que son parte de la institución, lo que significa un conflicto de interés.
Los dos sobrinos denunciados son los vicealmirantes Fernando y Manuel Roberto Farías
Laguna –este último recién nombrado jefe de las 12ª Zona Naval en Puerto Vallarta–, hijos
de su cuñada, que tienen una gran ascendencia con su tía, la esposa del secretario, quien en
los últimos cinco años ha generado un muy mal ambiente en torno a su persona por la
forma como se comporta”.
Ayer, sin embargo, tanto García Harfuch, titular de la SSPC, como el fiscal Gertz Manero
cubrieron al ex secretario obradorista de Marina.
“Él nos pidió que investigáramos a todas las personas que dentro de la Armada de México
podrían estar vinculadas con esos delitos, no nos señaló si eran parientes. No hizo ninguna
distinción ni se generó ningún tipo de protección a favor de nadie”, declaró el titular de la
FGR.
El Fiscal sostuvo que Ojeda acudió ante las autoridades para informarles de los “problemas
que tenía en varias áreas de la institución”.
La FGR, aseguró Gertz, comenzó a integrar la carpeta de investigación con pruebas que
aportó Ojeda y en la que colaboraron la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), el
Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Procuraduría Fiscal para dar con las
conductas que son ajenas a la Secretaría de Estado.
“La investigación fue avanzando a través del tiempo y con la ayuda fundamentalmente de
las áreas de hacendarias y hablo de la UIF, del SAT y de la Procuraduría Fiscal, fuimos
obteniendo una cantidad enorme de información sobre conductas que trascendían la función
propiamente de la institución para ir a actividades de personas individuales que estaban
involucradas en presuntos delitos”, abundó.
Tanto el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, García Harfuch, como el
Almirante Raymundo Pedro Morales, titular de la Secretaría que hoy está en medio de la
investigación criminal, y el fiscal Gertz Manero respaldaron a Ojeda, deslindaron a la
Semar del actuar de unos cuantos y aseguraron que no tendrán ninguna consideración con
los implicados.
“Primero que nada reconocemos el trabajo coordinado y permanente, por muchos años de
la Secretaría de Marina que ha desempeñado un papel fundamental en la seguridad de
nuestra nación y aprovecho también para destacar la labor importante que desempeñó el
Almirante Rafael Ojeda durante su gestión, quien hizo un extraordinario trabajo para
fortalecer a esa institución. El actuar aislado de unos cuantos no representa el actuar de esta
honorable institución”, afirmó García Harfuch.
Y tan, tan. Este cuento se acabó
