EL ACERTIJO DE LA OPOSICIÓN

Mar 24, 2025 | Columnas

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AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez

En 2024, la elección de congresistas federales y estatales era la oportunidad para que los
partidos de oposición se ciudadanizaran, cediéndoles a los más destacados activistas,
académicos y representantes de la sociedad civil la mayoría de sus candidaturas.
Sin embargo, principalmente el PAN y el PRI, decidieron favorecer a sus burocracias
partidistas, sobre todo a sus socios e incondicionales. En Veracruz, el blanquiazul cometió
la peor aberración al cederles las candidaturas de la primera fórmula al Senado de la
República al ex alcalde boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez, como propietario, y a su
padre, el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, como suplente. De pilón, les
entregaron también la diputación local plurinominal al otro hijo, Fernando Yunes, ex
munícipe porteño.
Pero en el pecado llevaron la penitencia, pues en cuanto el padre y su vástago estrenaron y
se alternaron por unas horas el escaño senatorial, traicionaron al partido que los abanderó y
le dieron su voto a Morena, el número 86 que necesitaba la bancada oficialista para
alcanzar la mayoría calificada que constitucionalmente se requería para aprobar la polémica
reforma al Poder Judicial de la Federación.
En el PRI, el dirigente estatal Adolfo Ramírez Arana incurrió en un vergonzoso acto de
nepotismo al colocar a su esposa Ana Rosa Valdés en el número uno de la lista de
candidatos de representación proporcional o plurinominales al Congreso local. Salvo la
alcaldía de Paso de Ovejas (2014-2017), que le entregó su esposo el 31 de diciembre de
2013, Valdés Salazar no ha ganado otra elección directa, pues en 2016 fue postulada como
candidata de mayoría relativa a la diputación por el distrito electoral local de Emiliano
Zapata, y en 2018 por el federal con cabecera en Huatusco.
Ayer, en conferencia de prensa, Johnny Archer, ex jefe de la Oficina de Hacienda del
Estado en Xalapa, quien aspiraba primero a ser candidato independiente a la alcaldía
capitalina y luego decidió registrarse como candidato ciudadano ante la convocatoria del
PAN, arremetió contra el instituto albiazul al tildar de “burla” la selección de sus
abanderados, recriminando que las candidaturas se otorgaron a militantes y a “gente a su
modo”.
Sin embargo, el vocero del CDE del PAN, Agustín Basilio de la Vega, afirmó que la
Comisión Permanente Nacional designó las primeras 144 de las 212 planillas municipales,
y que 70 por ciento son encabezadas por ciudadanos y solo 30% militantes.
Archer, quien proviene de una familia panista xalapeña, encabezaba las encuestas, pero,
presuntamente por razón de género, la cúpula de Acción Nacional decidió darle la
candidatura a la alcaldía a Maribel Ramírez Topete, ex diputada local plurinominal de

Movimiento Ciudadano, partido al que renunció en abril de 2024 para sumarse a la bancada
blanquiazul y apoyar en ese proceso electoral a la coalición Fuerza y Corazón por
Veracruz, del PAN-PRI-PRD.
Ayer, Enrique Quintana, vicepresidente y director general editorial del diario El Financiero,
en su columna política Coordenadas publicó un texto titulado “El acertijo político que la
oposición mexicana aún no logra resolver”, en el que hace alusión a un reciente estudio
realizado por Lexia, empresa especializada en análisis de mercado y tendencias sociales, el
cual revela que actualmente el 41 por ciento de la población mexicana se identifica con
Morena, y que “muy lejos, en segundo lugar, se ubica el PAN, con apenas 9 por ciento;
seguido por el PRI, con un escaso 7 por ciento.”
De Movimiento Ciudadano (MC), “considerado un partido emergente por algunos analistas,
alcanza solo un 4% en identificación partidista”, apuntó.
Este estudio de Lexia, titulado “Esperanzas y temores en el arranque del nuevo gobierno”,
se basa en una encuesta nacional domiciliaria con dos mil entrevistas, complementada con
algunos diálogos extensos disponibles en el portal de la revista Nexos.
¿Cuál será la estrategia y el discurso de los candidatos de la oposición a las alcaldías? La
pregunta se hace porque de acuerdo con el citado estudio, el dilema crucial para los anti-
Morena “queda claramente expuesto al considerar la siguiente cuestión: ¿debe enfocarse
principalmente en señalar errores del gobierno o en cooperar con él para solucionarlos? La
respuesta ciudadana es contundente: un 87 por ciento prefiere una oposición que coopere
para resolver problemas, mientras solo el 9 por ciento quiere que continúe centrándose en la
crítica”.
Por otro lado, prácticamente todas las encuestas recientes muestran altos índices de
aprobación para la presidenta Claudia Sheinbaum, oscilando entre 70 por ciento y 85 por
ciento. La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, tampoco está mal calificada, de acuerdo
con algunas otras encuestas.
Sin embargo, el directivo y columnista de El Financiero señala que, pese a la extraordinaria
calificación de Sheinbaum, “solo el 52 por ciento considera que el país va ‘por el camino
correcto’, mientras que un significativo 41 por ciento cree lo contrario”.
Y puntualiza que “la paradoja para la oposición radica precisamente en que, aunque existe
un amplio sector descontento (41 por ciento), los partidos opositores no logran representar
efectivamente este sentir, lo que explica por qué un 33 por ciento de los mexicanos no se
identifica con ningún partido político actualmente”.
“Esta crisis profunda de credibilidad exige una renovación urgente, algo reconocido por el
81 por ciento de los encuestados, quienes demandan nuevas caras y propuestas frescas que
generen una alternativa real”, remarca Quintana.
Insiste en que “la ciudadanía claramente prefiere una oposición constructiva frente a una
que solo se oponga sistemáticamente. Este deseo manifiesta un hartazgo hacia la política

tradicional basada en el antagonismo y refleja la necesidad de soluciones pragmáticas y
efectivas.
“Así, los partidos opositores enfrentan un desafío crucial: deben reinventarse rápidamente
si aspiran a recuperar terreno político y electoral.
“El predominio actual de Morena y el liderazgo consolidado de Claudia Sheinbaum no solo
significan un reto, sino también una valiosa oportunidad para que la oposición reflexione
sobre los factores que llevaron a su actual debilitamiento.
“Como dice la sabiduría popular, las crisis pueden convertirse en oportunidades si se
aprovechan adecuadamente. De no revisar profundamente sus estrategias y renovar
liderazgos y narrativas, la oposición podría quedar relegada a un rol testimonial, sin
capacidad real para disputar el poder político.
“El acertijo es complejo: si la oposición continúa limitándose al papel tradicional de crítica
permanente, será incapaz de atraer seguidores suficientes para fortalecerse. Apostar a que
una crisis nacional futura podría beneficiarlos políticamente es altamente riesgoso. Incluso
ante posibles complicaciones económicas, como la reciente problemática de los aranceles,
Morena y el gobierno parecen tener una mejor posición para capitalizar políticamente estos
escenarios”.
Sin embargo, advierte que “acercarse demasiado al oficialismo implicaría la pérdida de
identidad y su eventual dilución”.
“En resumen, el acertijo político para la oposición mexicana es complejo, pero resolverlo es
fundamental para mantener un saludable balance democrático en el país. Resolverlo de
forma inteligente, innovadora y estratégica es indispensable no solo para los partidos
involucrados, sino para el fortalecimiento democrático del país entero”, concluye.

FERNANDO PADILLA,
COMO ‘BUEN GAVILÁN’
El ingeniero pozarricense Fernando Padilla Farfán es, sin lugar a dudas, el empresario
veracruzano mejor posicionado en el régimen de la 4T. Su fino olfato político le ha
indicado con quién y en qué momento tender puentes de comunicación. Después de apoyar
en Veracruz, en 2004 y 2010, a quienes encabezaron los dos últimos gobiernos priistas, en
la sucesión presidencial de 2018 oteó que el candidato a vencer era Andrés Manuel López
Obrador y se sumó a su causa, apoyando además en la Ciudad de México la campaña de
Claudia Sheinbaum a la jefatura del gobierno capitalino. Pero Padilla es hombre de
lealtades y no niega a sus amigos. Con el líder del Senado, Adán Augusto López, mantiene
una extraordinaria relación, lo mismo que con el coordinador de Morena en la Cámara de
Diputados del Congreso de la Unión, Ricardo Monreal, a los cuales sentó recientemente en
la mesa principal en su casa de campo de la ex hacienda Zimpizahua, municipio de
Coatepec, donde como todo ser mortal, exitoso y agradecido con la vida, festejó en grande
su cumpleaños. Estaba en todo su derecho de hacerlo, pues no es funcionario ni usó

recursos públicos. Todo lo financió de su bolsa y lo hizo con gran discreción, por respeto y
para tranquilidad de sus prominentes invitados.
De no haber sido por un suertudo paparazzi que detectó la presencia del influyente senador
y ex secretario de Gobernación caminando como cualquier turista por las céntricas calles
coatepecanas, atestadas de vendedores, nadie se habría percatado de la fiesta privada de
Padilla Farfán, pero como de inmediato comenzaron a tejerse todo tipo de especulaciones
sobre el motivo de la visita del ex gobernador tabasqueño al pueblo mágico cercano a la
capital de Veracruz, entonces no tardaron en descubrir que su visita se debía
exclusivamente a una invitación personal de su entrañable amigo Fernando.
Bueno, ¡hasta a la gobernadora Rocío Nahle, que no tenía vela en este entierro y que
andaba fuera de la entidad –se hallaba en el vecino estado de Tamaulipas, donde acompañó
al mandatario morenista Américo Villarreal a la lectura de su tercer informe de gobierno–
la implicaron en un inexistente conciliábulo con trasfondo partidista, por el supuesto
reparto de las candidaturas municipales! Nada qué ver.
Sin embargo, Fernando, que es un empresario muy mediático, dueño de la revista Líder
México y articulista de varios medios impresos y digitales –en los que suele abordar temas
de política internacional, de la influencia de las redes sociales, de los efectos de la
inteligencia artificial y hasta de la desigualdad de género como un obstáculo para el
progreso– conoce muy bien los llamados “gajes del oficio”. Es un empresario muy
caminado y con mucho callo.
Como bien diría el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán: “El que es buen gavilán, nunca
chilla”.