Prosa aprisa
Arturo Reyes Isidoro
Lo más fácil para calificar positivamente los primeros 100 días del gobierno de Rocío
Nahle es decir que luego de Cuitláhuac García cualquier otro, cualquiera otra, la tenía
muy fácil para destacar por lo gris del que recién se fue.
En parte es cierto, pero siendo justos tiene que reconocerse que la nueva gobernadora
tiene méritos suficientes, ha demostrado con hechos que no es gratuita la aprobación y la
calificación de las primeras encuestas que la colocan como la mejor entre las
gobernadoras y la tercera entre los gobernadores y las gobernadoras del país.
Este sábado 8 de marzo, en el Teatro de la Ciudad de Coatzacoalcos, su tierra adoptiva,
rendirá “cuentas a la ciudadanía” por los primeros 100 días de Gobierno, que los cumple
el lunes próximo (el acto estaba previsto para el domingo, pero lo adelantó un día para
acompañar a la presidenta Sheinbaum en el “festival” en el Zócalo de la Ciudad de
México).
Es muy temprano para calificar al gobierno, pero sí se puede intentar hacer un balance de
los primeros tres meses de administración, tan poco tiempo pero que parece ya mucho,
tal fue el vacío que dejó Cuitláhuac que por eso la diferencia con Rocío se ha notado
enseguida.
En mi caso, fui crítico con ella como aspirante, como precandidata y luego como
candidata. Le puse pero a su origen, porque quería que nos gobernara un veracruzano o
una veracruzana de origen. Hoy, viendo su actuación y sus primeros resultados, tengo
que aceptar que cuando las cosas se hacen bien, o se intentar hacer bien, el origen no es
determinante para hacer un buen gobierno si se quiere hacerlo, lo que ahora está por
probarse.
El balance tiene que partir del hecho de que Veracruz no solo es un estado grande, con la
magnitud para ser un país independiente, sino complejo, muy complejo, con problemas y
carencias ancestrales como la pobreza lacerante de las sierras, de las zonas marginadas
y de los cinturones de miseria de las ciudades grandes, a lo que tiene que sumarse los
rezagos que se han venido acumulando por la falta de efectividad de gobiernos
anteriores, incluido el de Cuitláhuac García, de Morena.
Se ha abierto a la pluralidad que es Veracruz
No que con la pura llegada de la señora, como por arte de magia vivamos en el Veracruz
ideal que todos queremos (el gobernador Miguel Alemán decía que él no tenía una varita
mágica para lograrlo en un instante o de un día para otro), pero parece que entiende que
sin renunciar a su ideología se tiene que abrir a la pluralidad que es Veracruz, que hacerlo
implica lograr la unidad, que no la uniformidad, y la participación de todos, elementos
necesarios para construir y avanzar, salir del letargo en que dejó Cuitláhuac a Veracruz.
En su campaña le critiqué sus mítines, protegida ella siempre por vallas metálicas, que
necesariamente la alejaban de la gente, que no caminaba los sitios que visitaba, que
confundía lugares y nombres, que no visitaba salvo las cabeceras municipales o
distritales, de alguna forma su desconocimiento de la geografía física del estado, aunque
en estos sus primeros 100 días se han notado cambios en su actitud, se acerca a la gente
o deja que se le acerque, sin vallas, y tiene tiempo suficiente para conocer Veracruz como
lo conocieron, lo conocían y lo conocen Dante Delgado y Fidel Herrera (Javier Duarte
nunca visitó ni conoció siquiera la mitad de los municipios).
Acabó con el sectarismo de Cuitláhuac
De entrada, acabó con el sectarismo que caracterizó a Cuitláhuac, que lo llevó a
gobernar, si es que lo hizo, con un reducido grupo de familiares y amigos, algunos sus
cómplices, una verdadera pandilla que sin merecerlo ni estar preparados tomaron por
asalto el Gobierno y se alejaron de los sectores representativos del estado.
Ella ha tenido una gran movilidad para reunirse con los más diversos sectores, incluyendo
los de los empresarios y la cúpula religiosa católica, viajó ya al extranjero para intentar
promover el estado en el terreno turístico, recibió y se reunió con familiares y
representantes de los colectivos que buscan a sus seres queridos desaparecidos, atiende
a los reporteros cuando se acercan para entrevistarla y, un gesto muy humano, escucha a
dolientes quienes se le acercan para clamar justicia por algún familiar perdido a causa de
la violencia e inseguridad.
En Coatzacoalcos su primera acción y resultado fue eliminar, previa gestión ante la SICT,
la caseta de cobro del puente Coatzacoalcos I, y ha anunciado un programa de obras,
que ha respaldado la presidenta Claudia Sheinbaum, que si bien es cierto que alienta y
despierta esperanzas, está por verse si se contará con los recursos suficientes para
realizarlas, pero al menos ya se tiene una ruta marcada para no ir a la deriva.
Es cierto también que dentro de lo que la administración se lo permite, ha ofrecido
beneficios para la población y ha anunciado medidas como la digitalización de servicios
que van a agilizar trámites y evitar actos de corrupción, como las mordidas, y empezó la
modernización del transporte urbano en el puerto de Veracruz.
Se enfrenta al centro del poder
Y en un estado donde el ejercicio de la política se considera un deporte, se atrevió ya a lo
que ningún antecesor suyo antes: hacer un reclamo y enfrentarse a una parte de la cúpula
del poder central por una decisión en su partido que no le gustó, que le puede traer
consecuencias, por supuesto, pero que la ha mostrado con arrestos para defender una
causa en la que ella cree que tiene la razón.
Con otra más: por lo menos intenta meter orden en la Secretaría de Educación de
Veracruz (SEV) y meter al orden a un grupo que desde hace mucho tiempo torció el
sentido original del quehacer magisterial, que abandonó el aula para dedicarse a un
quehacer para el que no fue contratado, el burocrático administrativo, amparado en
“sindicatos” que pervirtieron su función de defender los derechos e intereses de sus
agremiados para devenir en verdaderos grupos hasta mafiosos, que lucran con los
recursos públicos que deben dedicarse a la educación y gozan de privilegios como una
verdadera casta, con algo peor, que prácticamente roban a través de “aviadores” o
empleados fantasma que cobran sin trabajar y a veces sin existir en verdad.
Son tantos y tan fuertes lo intereses creados, y tan enquistados están, que casi todos ven
imposible que logre su propósito, pero su lucha es de tan buen propósito que merece que
se le respalde.
Y sí, la violencia e inseguridad continúan, los feminicidios no cesan, los hospitales siguen
careciendo de medicamentos, en Xalapa, la capital, no ha anunciado una gran posible
solución al problema vial y a la escasez de agua potable cuando sí lo ha hecho para obras
de gran calado en Boca del Río y Coatzacoalcos, por ejemplo, las carreteras continúan
destrozadas, el desempleo formal es preocupante, y un largo etcétera, aunque son
problemas y carencias que ha heredado.
Ayer jueves, el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Luis Carbonell de la Hoz,
denunció que al menos 10 precandidatos de su partido han recibido amenazas para que
se bajen de la contienda. La violencia política, pues, amenaza. Por lo menos, a diferencia
de Cuitláhuac, Rocío no reaccionó negando que se den hecho de violencia en el estado ni
descalificó a Carbonell ni a su partido, y sí pidió que denuncien, que le informen de las
amenazas para que puedan actuar y proteger a los políticos. “A todos los que se sientan
amenazados se les va a garantizar su seguridad”.
A juicio del columnista, el balance inicial es positivo. Habrá que estar atentos para ver qué
anuncia ahora y cómo transcurre y termina su gobierno.
El singular estilo mediático y a nocivo sindicalismo
Algo que he notado en estos primeros tres meses de gobierno es el estilo de su manejo
mediático: sus boletines de prensa son de solo cinco, cuando mucho, excepcionalmente,
de seis párrafos, sin paja, directos, pero también sin mencionar a los funcionarios por su
nombre, salvo el caso de ella.
El columnista sabe que también hay la orden terminante de que ningún secretario o
subordinado de su gobierno debe hacer declaración alguna, lo que explica que salgan
huyendo cuando ven a los reporteros, e incluso el personal de Radio Televisión de
Veracruz (RTV) no puede ir a entrevistar a ninguno a menos que reciba autorización del
palacio de gobierno. Ahí desaparecieron el programa de entrevistas “A 8 Columnas”.
En las diversas secretarías hay operadores o equipos de prensa, pero nadie está
autorizado para presentarse como tal, en las estructuras administrativas no existen los
cargos y al personal lo tienen camuflado en diversas oficinas, pero todos actúan con
temor a ser detectados y algunas veces hablan con la prensa, pero a condición de que no
se les identifique.
Y ya hay quienes empañan su joven gobierno atentando contra la prensa
Pero esas medidas internas no justifican, de ninguna manera, el atropello como el que
cometió ayer el asistente, jefe de prensa o secretario particular, achichincle de la
secretaria de Cultura, Xóchitl Molina, Javier Landa, quien impidió que la reportera
Concepción Sánchez cumpliera con su trabajo cuando intentó entrevistar a su jefa en el
Congreso del Estado.
Mi compañera reportera buscaba una declaración sobre por qué mandó a dormir en el
piso a indígenas que participaron en una exposición de artesanías en el Centro Cultural
Atarazanas.
En un verdadero atentado al ejercicio de la libertad de prensa, el émulo del peor guarura
se interpuso entre la periodista y la funcionaria, violentó a la reportera, como lo
demuestran dos fotografías que circularon en las redes sociales donde se hicieron virales,
y la secretaria no hizo ningún intento por evitar el abuso y arbitrariedad de su colaborador.
Esas son las manchas del gobierno que inicia, manchas que, por lo demás, pueden dar
pie a que se diga que el gobierno de Rocío Nahle es represor de la prensa, pagando el
todo por la parte.
Lo lamentable es que la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas
(CEAPP), supuestamente “responsable de atender y proteger la integridad de las
personas periodistas, así como de promover las condiciones para el libre ejercicio de la
profesión del periodismo, con pleno respeto al derecho a la información y a la libertad de
expresión”, no condenó el hecho y se quedó callada, lo mismo que la Comisión
Permanente de Atención y Protección de Periodistas del Congreso local, en cambio, la
que sí protestó y pidió la renuncia del agresor fue la Asociación de Comunicadores de
Veracruz (Acover).