Punto de Vista
Filiberto Vargas Rodríguez
Prefacio.
Se anticipó en este mismo espacio: que el panorama político en Veracruz estaba
adquiriendo “un tono anaranjado”. *** En lo electoral no existen las fórmulas
mágicas. Para que un partido político avance en la preferencia del electorado se
tienen que combinar muy diversos factores, los que en los últimos años parecen
alineados a la propuesta de Movimiento Ciudadano (MC). *** Hay muchos todavía
que alegan que es un partido “sin estructura, sin una propuesta sólida, que se
dedica a ‘cachar’ políticos resentidos y que le apuesta a la estridencia por encima
de las ideas”. *** Será el sereno, pero a Movimiento Ciudadano lo está siguiendo
la gente y tiene un argumento sólido: miembros de ese partido dirigen hoy los
destinos de dos de las entidades más avanzadas en desarrollo social y
económico, Nuevo León y Jalisco. *** En Veracruz el crecimiento fue más
pausado, pero ha sido con pasos firmes. Hoy los números lo confirman: son la
segunda fuerza electoral de la entidad y, ahora sí, en un escenario en el que quien
marcha a la cabeza muestra un marcado declive, los del partido naranja se
ocuparán por seguir ganando espacios hasta convertirse en la opción más sólida.
*** Ya no suena tan descabellado como hace algunos meses.
Si, como bien apunta el portal Versiones en su Aguijonazo, “las elecciones son un
referéndum para los gobernantes”, ¿a quien calificaron los veracruzanos el pasado
domingo? ¿A la gobernadora que lleva seis meses en el cargo?, ¿a su antecesor,
que demostró en seis años que se puede ocupar la más alta investidura en la
entidad a pesar de una evidente ineptitud?
Quizá lo que evaluaron los votantes no fue a su gobierno estatal, ni al federal, sino
a sus gobernantes más cercanos, en el municipio.
Ya Morena había pasado por retos importantes, luego de fallidas administraciones
municipales. De hecho, en ese entonces en este mismo espacio se mencionó que
Morena había demostrado su capacidad para enfrentar procesos electorales, pero
que seguía fallando en algo fundamental, que era el servicio público.
En Xalapa padecimos el mal gobierno de Hipólito Rodríguez y cuando parecía que
los xalapeños castigarían a Morena por esa mala decisión, reapareció Ricardo
Ahued, de muy buenos recuerdos para los habitantes de la capital. Morena no sólo
volvió a ganar, sino que lo hizo con el mayor número de votos conseguidos en la
historia para este municipio.
Algo similar sucedió en Coatzacoalcos. Víctor Carranza llegó a la alcaldía cuando
el fenómeno llamado Andrés Manuel ya empezaba a notarse (la elección fue en
2017) y tiene el privilegio de ser considerado el peor presidente municipal que han
tenido en aquella demarcación. A pesar de ello, la trayectoria de Amado Cruz
Malpica (especialmente en el Congreso local) le permitió a Morena mantenerse en
el poder.
En Poza Rica sucedió algo similar con Francisco Javier Velázquez Vallejo, quien
tuvo un gris desempeño y, a pesar de ello, Fernando “El Pulpo” Remes mantuvo la
presencia de Morena en la alcaldía (muchos dicen que presumió su “cercanía” con
López Obrador, que en realidad no existía).
El esfuerzo, la operación política en esos ejemplos, fue mayúscula en el 2021.
Sacar adelante la elección del 2024 cuando ese segundo gobierno emanado de
Morena resultó también fallido, debió ser obra titánica.
En Coatzacoalcos, Amado Cruz llegó a la alcaldía con el respaldo de poco más de
68 mil ciudadanos; en esta ocasión los votos para que Pedro Miguel Rosaldo
consiguiera el triunfo no llegaron a 40 mil.
En Xalapa, hace cuatro años, Ricardo Ahued consiguió más de 111 mil sufragios, y
en esta ocasión Daniela Griego apenas sumó 47 mil votos.
En Poza Rica de plano ya no pudieron. Remes llegó a la alcaldía gracias al voto
de poco más de 37 mil ciudadanos, y en esta ocasión la candidata de Morena,
Janeth Adanely Rodríguez, apenas sumó 14 mil sufragios, para ser derrotada por
el abanderado de Movimiento Ciudadano (MC), Emilio Olvera, que consiguió 16
mil 500 votos.
Sí, es responsabilidad del partido construir una estructura electoral sólida,
convencer a los ciudadanos de que los portadores de esa camiseta son las
mejores opciones, pero si en los hechos los gobernantes de Morena no fueron
capaces de refrendar la confianza que recibieron del electorado, los argumentos
terminarán por agitarse y los ciudadanos les negarán su respaldo.
Que les sirva de lección.
Epílogo.
La gobernadora Rocío Nahle fue cuestionada sobre la pretensión del actual rector
de la UV, Martín Aguilar Sánchez, de mantenerse en el cargo por cuatro años más,
sin que la junta de gobierno convoque a quienes aspiren a esa misma posición. ***
En su afán de evadir una postura que atente contra la autonomía universitaria,
Rocío Nahle se concretó a sugerir que sea “la democracia” la que decida, esto es,
que la comunidad universitaria defina su propio futuro. *** Cabe mencionar que,
incluso en la democracia, se establecen requisitos para quienes pretenden
competir por un cargo. Si no los cumplen, no aparecen en la boleta. Ese es el caso
del actual rector. *** Ser considerado para continuar otros cuatro años al frente de
la UV violentaría la legislación que rige a esa institución, pues estaría rebasando la
edad límite que se permite para que alguien ocupe la rectoría. *** Cualquier
argumento que Martín Aguilar presente para evadir ese candado chocaría con el
espíritu que inspira a la Universidad. Si de verdad quiere ser útil a la UV, entonces
debe retirar su solicitud. *** Más ayuda el que no estorba.
filivargas@gmail.com