LUNES DE ATENCIÓN CIUDADANA

Oct 14, 2025 | Columnas

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APUNTES
Manuel Rosete Chávez
“Nada es más grande que la
solidaridad de los mexicanos”
Samuel García

En estos tiempos cuando el gobierno confunde su función de servicio con la de
abusar del poder y mostrar lo peor de cada quien como ser humano, nos viene a
la memoria uno de tantos pasajes que nos han tocado vivir de políticos con un
auténtico sentido humanista el cual mostraron a lo largo del tiempo que les tocó
cumplir con un periodo como gobernador del estado, o alcalde en alguno de los
municipios de este generoso estado.
Hoy vamos a recordar a don Rafael Hernández Ochoa, quien desempeñó el cargo
de Gobernador del estado en el periódo de 1974 a 1980. Originario de Santa
Gertrudis, municipio de Vega de Alatorre, en su infancia cursó su instrucción
primaria aquí en Xalapa, en la Escuela Enrique Conrado Rébsamen y, terminó sus
estudios de secundaria y preparatoria en la Escuela de Bachilleres Juárez.
De 1938 a 1941 estudió Leyes en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de
la Universidad Nacional Autónoma de México y después ocupó cargos dentro de
la administración pública federal, fue representante popular en el Congreso
Federal y líder ganadero. Siendo diputado federal en 1937 fue electo candidato del
PRI al gobierno de Veracruz y en el 38 arrancó un nuevo gobierno rodeado de un
grupo de jovenes políticos como Gonzalo Morgado Huesca, Dante Delgado
Rannauro, Miguel Angel Yunes Linares, Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, Fidel
Herrera Beltrán y Francisco Portilla Bonilla, todos ellos destacaron durante el
gobierno de Hernández Ochoa y posteriormente llegaron a brillar en el escenario
político nacional, gracias a su sólida formación de auténtico servicio al pueblo.
Hernández Ochoa instrumentó una forma de atención a los problemas de los
veracruzanos, sus gobernados, programa que denominó “Lunes de atención
ciudadana”.
Cada lunes a las siete de la mañana se abrían las puertas del Palacio de Gobierno
para dar paso a los ciudadanos que acudían a entrevistarse con el titular del poder
ejecutivo para plantearle algún problema que enfrentaban, ellos y sus paisanos de
algún municipio, a solicitar una obra, la construcción de escuelas, carreteras,
clínicas, apoyos para la siembra o la ganadería y en fin, todo lo que les interesaba
hacerle saber al gobernador para que éste en su calidad de primera autoridad del
estado les diera solución, lo que siempre cumplió.
El gobernador Hernández Ochoa se hacía rodear por todos los secretarios de
despacho, directores de dependencias, titulares de instituciones autónomas como
el Procurador de Justicia del Estado, y por delegados de todas las dependencias
federales. Estos funcionarios llegaban al Salón de Banderas muy temprano, la
cola de ciudadanos salía del Palacio de gobierno y daba la vuelta por la parte de
afuera.

A las siete de la mañana en punto se abrían las puertas del Salón de Banderas y
comenzaba la peregrinación de veracruzanos a quienes personalmente recibía y
atendía Hernández Ochoa, escuchaba con atención los planteamientos y de
acuerdo al tema que le comentaban llamaba al responsable de la dependencia y le
instruía para que ahí mismo, en el salón, resolviera el asunto y en cuanto
terminara se lo hicieran saber para despedir con un apretón de manos y unas
cálidas palabras a los gobernados.
Esas audiencias ciudadanas duraban todo el día, a eso de las nueve o diez de la
noche concluían y el gobernante se retiraba no sin antes agradecer el trabajo de
sus colaboradores. Eso es tener oficio político y voluntad social. Así, no en el
discurso o en el rollo y la mentira, es como se cumple con la obligación de
gobernar a un estado, con la humildad y la eficiencia que se requieren…¿O no?
Los damnificados son los veracruzanos, no el gobierno
La tragedia que hoy viven millones de veracruzanos damnificados por las
torrenciales lluvias de la semana pasada pudo haber sido menos devastadora si el
gobierno del estado hubiera hecho su trabajo a tiempo.
Los damnificados son miles de veracruzanos que lo perdieron todo, no el gobierno
morenista que nuevamente se siente agredido por la difusión de lo que sucede y el
reclamo constante de la gente.
Hay evidencia contundente de que las autoridades estatales sabían lo que podía
pasar y no hicieron nada para evitarlo, como cuando decenas de personas le
gritaron su precio a la presidente Sheinbaum durante su recorrido por las zonas
afectadas de Poza Rica.
No hubo un alerta oportuna y adecuada, no se tomaron medidas preventivas de
evacuación y albergue, no se reconoció la magnitud de las inundaciones y el
efecto económico. Hasta el momento no hay una planeación y los recursos
necesarios para lo que será una larga y tortuosa reconstrucción.
Desde el miércoles pasado, la Conagua alertó de lluvias torrenciales en toda la
región norte del estado, sin embargo, el gobierno se limitó a emitir un boletín
meteorológico. Fue hasta la madrugada del viernes que, al menos en Poza Rica,
Pemex hizo sonar sus alarmas en la madrugada, previniendo una inundación que
se consumó en cosa de minutos.
Así mientras los funcionarios del gobierno del Estado y Protección Civil dormían
plácidamente, cientos de comunidades de al menos 50 municipios recibieron un
golpe brutal por el desbordamiento de los ríos Tecolutla, Cazones, Pantepec y
Nautla.
¿Por qué no alertaron a tiempo? ¿Para evitar pánico? ¿Por qué no estaban
preparados para una evacuación? ¿Dirán la verdad como lo ofreció ayer la
Presidenta Sheinbaum?
El viernes en Xalapa, la gobernadora del estado informaba que se había
“desbordado ligeramente” el río Cazones y que había algunas zonas anegadas
hasta las 4 de la mañana. Pues ni así reaccionaron y ante la intensificación de las
lluvias –como señalaba el pronóstico- se vino la noche a miles de personas.

De hecho, se ufanaban de que ninguna familia había recurrido a los albergues. Un
par de días después, con la tragedia hasta el cuello, el gobierno se paralizó. No
tenía capacidad siquiera para tender un puente aéreo ni para llevar víveres a las
zonas urbanas. De cientos de comunidades, en los que habrían fallecido muchas
personas, no se sabía nada hasta este domingo.
Para el sábado, siguieron tratando de ocultar la tragedia, asegurando que hasta
ese día sólo había el reporte de seis personas fallecidas. Pero fue el propio
informe del gobierno federal sobre las afectaciones de las lluvias en todo el país,
emitido la tarde del sábado, la que reconoció la muerte de 15 personas, cifra que
se actualizó a 18 en total este domingo.
Falta que las aguas bajen y se inicie con la búsqueda de decenas de personas
que se encuentran desaparecidas, sobre todo en municipios devastados por las
lluvias a las que todavía no se tiene acceso por tierra, solo por aire para la entrega
de víveres y alimentos.
Pero el gobierno insiste en ocultar la dimensión de la tragedia. Incluso, quienes
han tenido la iniciativa de recolectar víveres para ayudar a cientos de
comunidades afectadas, el Ejército y la Marina les ha impedido el acceso a esas
zonas para hacer entrega de los apoyos recaudados.
“No lo hacen por ayudar, lo hacen para exhibirnos”, piensan una y otra vez desde
la parálisis del gobierno. ¿Dónde están los miles de burócratas que fueron
movilizados al zócalo apenas una semana antes?
En cambio, han enviado un ejército de periodistas afines e “influencers” oficialistas
para hablar del “gran trabajo” que realiza el gobierno estatal, pero que contrasta
con la cruda realidad de miles de usuarios de redes sociales han documentado
sobre la ausencia de las autoridades del estado y los municipios.
¿Qué temen? ¿Pretenden adjudicarse franquicia del apoyo con las aportaciones
ciudadanas? ¿Quieren que no se difundan imágenes de lo que sucede?
¿Rechazan pagar el costo político de las omisiones? No lo van a lograr.
Como ha sucedido con otras tragedias, los gobiernos de Morena no saben qué
hacer. A pesar de contar con información suficiente y verificable, las autoridades
no alertaron a tiempo, no se prepararon adecuadamente y han respondido de
manera errática y tardía.
Pero pretenden asumirse como las primeras víctimas de la tragedia, objeto de una
polarización que ellos mismos promueven y de la “politiquería” que suelen acusar
a sus presuntos adversarios cuando hoy son miles de veracruzanos sin hogar los
que reprochan la ausencia del gobierno.
Este domingo, la presidenta Shienbaum y la Gobernadora Nahle llegaron a Poza
Rica sin programa de emergencia, sin estrategia, sin apoyos para la gente y sin un
plan de reconstrucción.
Por fin hubo noticias
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, informó este lunes 13 de octubre que
fueron rescatadas 86 personas que permanecieron varadas tras las inundaciones
registradas la semana pasada en el norte del estado.

A través de un video publicado en redes sociales, Nahle García detalló que entre
las personas rescatadas se encuentran maestros y mujeres embarazadas.
Asimismo, la mandataria estatal dio a conocer que ese día se realizaron puentes
aéreos a cinco rutas: Ilamatlán, Zacualpan, Texcatepec, Zontecomatlán e
Ixhuatlán de Madero.
Además, la gobernadora dio a conocer que realizaron un vuelo a Xococapa, a
petición de un grupo de personas y porque hay un lugar donde las aeronaves
pueden aterrizar.
«Hoy pudimos hacer el puente aéreo a cinco rutas, fueron cinco puentes, fueron
tres vuelos a Ilamatlán, tres a Zacualpan, siete a Texcatepec, no habíamos ido,
cuatro a Zontecomatlán, cinco a Ixhuatlán de Madero (…) y uno a Xoxocapa,
comunidad de Ilamatlán, por petición de personas que pedían ayuda», informó
Nahle García.
REFLEXIÓN
Se difunde un video en el que el presidente municipal de Poza Rica, Fernando
Remes, en junta de trabajo señala que el presupuesto para construir el muro de
contención para el río Cazones no se habría ejercido para ese propósito. Con
cinismo confiesa: “Lo tienen parado y ha de haber habido presupuesto para ellos y
se lo fregaron, ni modo, están grabando, que me metan a la cárcel», se le escucha
decir. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com