MIENTE QUIEN DIGA QUE LLEGARON TODAS

Mar 10, 2025 | Columnas

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Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
El día que Claudia Sheinbaum llegó a la Presidencia de la República
exclamó “Llegamos todas”. Pero cuando la semana anterior le
preguntaron si no era una incongruencia que si llegaron todas,
pusieran vallas por donde pasaría la marcha de las mujeres del 8M,
contestó que las vallas eran para proteger monumentos y el Palacio
Nacional, pero no tenían nada que ver con el hecho de que llegaron
todas. Hasta que cientos de mujeres le corrigieron la plana en las
redes.
Una activista escribió: “No comparto su afirmación”. Y enumeró
entre las mujeres que no han llegado ni llegarán, a las asesinadas en
feminicidios (cinco diarios en promedio en el país). Y a las madres
buscadoras “que siguen sin llegar y como no han llegado ellas no
hemos llegado todas”.
Y en efecto, basta asomarnos en Veracruz.
Casi todo su sexenio Javier Duarte negó que hubiera violencia
contra las mujeres, hasta que en 2016 el Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), dio a conocer
que la entidad ocupaba el primer lugar nacional en feminicidios y
Xalapa era la ciudad con más casos registrados.
En el bienio de Miguel Ángel Yunes casi no cambió el panorama;
los feminicidios siguieron a la alza mientras la protección a las
mujeres iba a la baja.
Esta protección se hizo añicos en el sexenio de Cuitláhuac García,
que como primeras providencias les quitó los refugios y las dejó en
la indefensión.

Cuitláhuac las ignoró, las invisivilizó y las dejó a su suerte.
¿Resultado? En el último año de su ignominioso gobierno se
registraron 57 feminicidios con una brutal carga de impunidad,
porque la mayoría de los responsables siguen sueltos.
Las madres buscadoras también sufren su calvario. El único día que
vieron una luz fue el 1 de diciembre del 2018 cuando en su toma de
posesión, Cuitláhuac García emitió una declaración de emergencia
humanitaria por la desaparición de miles de personas. Les prometió
ayuda sin precedente, se tomó la foto con ellas… y eso fue todo.
Tan poco le importó un tema tan sustantivo, que puso al frente de la
Comisión Estatal de Búsqueda de Personas Desaparecidas a Brenda
Cerón Chagoya, una organizadora de banquetes.
Al preguntarle por semejante barbaridad el gobernador contestó: “Es
que no había más perfiles”.
Futa…
¿En un estado con más de 8 millones de habitantes no hubo un solo
veracruzano o veracruzana con la capacidad suficiente para ocupar
esa oficina? Pues no, no lo hubo; por eso optamos por una
especialista en banquetes. Y vieras hermano, qué bien los organiza.
Si en administraciones anteriores los colectivos batallaron por la
falta de apoyos, en tiempos de Cuitláhuac esa batalla se convirtió en
pesadilla porque les escamotearon todo: viáticos, personal de la
Fiscalía, permisos para buscar en solares privados, herramientas,
mantas, lonas, todo.
Con Brenda llegó el arqueólogo José Casas Chávez como director de
trabajos de búsqueda, “a fin de que lleve la parte operativa de la
Comisión”, dijo el señor gobernador.
Pero casi desde el principio el sujeto enseñó las uñas.

En misiva fechada en julio del 2020 y enviada a un portal de
noticias, familiares de los desaparecidos denunciaron que José Casas
Chávez casi los obligó a que le pagaran su boda. La carta dice
textual: “nos pidió que le apoyáramos para financiar su fiesta y lo
que necesitara”.
José contrató el salón Briones y la renta del local corrió a cargo de
los colectivos y las madres buscadoras, lo mismo que el pastel, el
alquiler de sillas y mesas, los vinos y licores, la música, el video de
la boda y hasta una mesa con dulces y chocolates para que los
invitados se entretuvieran mientras llegaban los tamales y la comida.
La misiva agrega que a quienes cedieron a sus chantajes se les dio
preferencia en las ordenes para buscar a su familiar. Se asegura que
independientemente de la boda, este sujeto cobra a los familiares
una mochada por lo mismo; “éntrale con un buen billete y tu
familiar será buscado antes que los demás”.
Pero esto aparte de ser una falacia es un trinquete porque quienes
buscan desaparecidos nunca saben a quién van a encontrar. Por lo
que este tipo estaría cometiendo actos de corrupción, fraude, abuso
de confianza, extorsión y lo que resulte. Y sin embargo ahí sigue.
Después de la marcha del 8M en Xalapa, pregunté a varias mujeres
su opinión sobre el trabajo de Brenda Cerón y todas manifestaron su
beneplácito… porque ya se fue.
Bertha, una joven veinteañera que busca a su hermano desde hace
cuatro años me dijo: “Aún quedan lacras en la Comisión de
Búsqueda como José Casas, que sigue esquilmando y robando sin
que le importen nuestro dolor y angustia. Eso es un crimen sin
nombre. Un tipo así no solo debe ser despedido sino llevado ante la
justicia porque de lo contrario, que nadie diga que llegamos todas y
que llegamos juntas”.

Y en efecto lector, con sujetos como José Casas Chávez y otras
calamidades engañando y violentando a las mujeres, miente quien
diga que llegaron todas porque no es así.
bernardogup@hotmail.com

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