Prosa aprisa
Arturo Reyes Isidoro
Destacó el viernes El Universal, en su columna “Bajo Reserva”, que la presidenta
envió al estado “a una pieza clave de su equipo, pero sin reflectores. Se trata de
Esthela Damián, subsecretaria de Prevención de las Violencias en la Secretaría de
Seguridad, quien formó parte del primer círculo de Sheinbaum cuando era jefa de
Gobierno de la Ciudad de México”.
Dijo “El Gran Diario de México” que: “Doña Esthela fue enviada a Álamo, una de
las zonas más devastadas por las lluvias, para supervisar la ayuda, pero la
instrucción fue que lo hiciera sin presencia de los medios de comunicación. Más
allá de que en Presidencia no quieren imágenes de lo atrasado que va el trabajo
en la zona, nos hacen ver que hay un mensaje para la gobernadora Rocío Nahle y
la alcaldesa de Álamo, Blanca Lilia Arrieta: su reacción ante la tragedia ha dejado
mucho que desear”.
Dos días antes, el periodista Raymundo Riva Palacio, en su columna
“Estrictamente Personal”, que publica en El Financiero y en Eje Central, había
dicho que la gobernadora, a juicio de la Presidencia, había sido, junto con el
gobernador de Puebla, ambos de Morena, “los peores líderes en esos momentos
de crisis, que es donde se ve de qué están hechos los gobernantes”.
Si se dan por ciertas las dos versiones, cabría pensar que entonces Rocío está y
anda mal políticamente en este momento. Sí y no. Cosas de la política, Nahle es
cuando más apoyo va a recibir del centro, lo que no quiere decir que
necesariamente está fuerte y en el buen ánimo del Palacio Nacional. Todavía en
pleno desastre por las inundaciones, Sheinbaum la tiene que apalancar, con todo,
porque durante sus visitas vio en vivo y a todo color que el gobierno estatal quedó
totalmente rebasado, además de las quejas que escuchó de los damnificados en
su contra. Ahora, más que nunca, la tiene que rescatar porque si se derrumba
pone en riesgo el resultado de la elección de 2027 cuando se renovarán la
Cámara de Diputados y el Congreso local.
Será un apoyo y rescate obligado, necesario, y mal hará Nahle, eso creo, si no le
da la lectura correcta a la decisión presidencial y cree, y le cree a sus
aplaudidores, además, que el apoyo sin límites que está llegando es por la
relación que ha tenido con Claudia, quien durante su campaña le vino a levantar
varias veces la mano y a llenarla de elogios, tal vez por convencimiento entonces,
tal vez porque tenía que sacar adelante un proyecto político personal de Andrés
Manuel López Obrador, quien la impuso, aunque, testigo presencial de los
acontecimientos ahora, ha de dudar ya de que, en efecto, era la mejor solución
para Veracruz.
Varios y varias de quienes están participando en las tareas de auxilio, militantes o
simpatizantes de Morena, que han tenido antes otras experiencias similares
cuando eran militantes de otros partidos, con experiencia, pues, no tienen ninguna
duda de que la presidenta le quitó el control de todos los trabajos de rescate
desde el momento mismo en que decidió enviar a funcionarios del Gobierno
federal, representantes personales suyos, lo mismo a Poza Rica que a Álamo, El
Higo y Tempoal.
Luego de julio, se pensó que no habría otra crisis
Este lunes entramos en la última semana de octubre cuando cualquiera hubiera
pensado que luego del mes de julio Rocío ya había vivido el peor mes del año y
que ya no le podría ir peor en el resto de 2025 a su joven administración. En aquel
mes, Veracruz estuvo de moda también por el secuestro y asesinato de la
maestra-taxista Irma Hernández Cruz en Álamo, luego de aparecer en una
fotografía que prácticamente le dio la vuelta al mundo, en la que se le veía
hincada, esposada y rodeada por hombres encapuchados de la delincuencia
organizada. Por una desafortunada declaración de que había muerto a causa de
un infarto, a Nahle le fue muy mal por la lluvia de críticas que recibió.
Pero vino octubre con el desborde del río Cazones, la gran inundación de Poza
Rica y de la mayor parte del norte del estado, con muertos y desaparecidos, y otra
inoportuna declaración de que el río se había desbordado “ligeramente” la puso en
el ojo del huracán. Y si como con todo lo que pasó no hubiera sido ya más que
suficiente, en plena catástrofe asesinaron en Álamo a un empresario
comercializador de naranja, antes habían asesinado al padre del alcalde electo de
Coxquihui en la Sierra de Papantla y acaba de ocurrir una balacera en Poza Rica
entre un o unos delincuentes y policías, o sea, al desastre natural se le suma la
inseguridad y violencia provocadas por la incontenible e incontrolada delincuencia
organizada.
Cuando todavía no se levanta el estado de emergencia, ahora está anunciada
para el miércoles la llegada del Frente Frío 11 que traerá un norte con rachas de
más de 100 kilómetros por hora, lluvias en la mayor parte del estado y marcado
descenso de la temperatura, ante lo que cabe suponer que la Secretaría de
Protección civil ahora sí ya se previno para actuar de inmediato si las condiciones
lo requieren, y no habrá más víctimas mortales.
La lección de Sheinbaum de delegar responsabilidades
Así las cosas, Rocío Nahle tiene que recomponer, si es que es posible, su imagen
como una gobernadora de trabajo efectivo, de respuestas inmediatas y resultados
concretos, cercana a y popular entre los veracruzanos en desgracia, además de,
ante la presidenta Sheinbaum, demostrar que es una servidora pública confiable,
con capacidad de respuesta ante los retos que se presenten, por más graves que
sean. Creo que también tiene que demostrarle que ya le aprendió que, así como
ella lo hizo delegando responsabilidades en funcionarios federales para que
vinieran a atender zonas afectadas, ella también va a delegar ya
responsabilidades en los secretarios de su gobierno, y que dejará para siempre su
idea de gobernar Veracruz como si fuera una empresa y ella la directora o gerente,
como lo hizo con la construcción de la refinería en Dos Bocas, para hacerlo con
sentido político, porque no existe otra forma de hacerlo.
Aparte, enfrenta una campaña, todo indica que de morenistas
Pero aún hay más –como dijera aquel martirizador de la pantalla chica, de cuyo
nombre no quiero ni acordarme–, porque Rocío enfrenta una abierta campaña
que, a mi juicio, no es ni de MC, ni del PRI ni del PAN, tampoco de Manuel Huerta,
sino de morenistas enemigos suyos, quienes a través de las redes sociales
recogen firmas para pedir su salida, realizan una consulta sobre si debe
someterse a revocación de mandato y además convocan a marchas en diferentes
ciudades del estado con el mismo objetivo.
A los partidos de oposición les da lo mismo que se quede o que se vaya porque si
hubiera cambio entraría otro morenista. A ellos lo que les interesa es un cambio de
partido en el gobierno. Manuel Huerta es de los que combate de frente, en forma
abierta. Solo quedan los cuitlahuistas, a quienes ha afectado porque los ha ido
desplazando cuando querían seguir manteniendo el poder, como se vio en el
Congreso local cuando diputadas allegadas al exgobernador intentaron desplazar
al profesor Esteban Bautista Hernández de la presidencia de la Junta de
Coordinación Política e impedir la llega a la presidencia de la Cámara de
Diputados de la diputada Naomi Edith Gómez Santos. Peleaban el control del
poder político, pero también los negocios que se pueden hacer a su sombra.
Rocío debe estar consciente que estos son los más peligrosos para ella porque,
ellos sí, como buitres, quieren hacerla carroña aprovechándose del mal momento
por el que pasa, o sea, la quieren apuñalar por la espalda con alevosía y ventaja.
Es condenable lo que pretenden, por la forma en que lo pretenden, pero nada que
no se pueda esperar porque así es la política.
Ahora, ¡tratan de presentarla como víctima de las inundaciones!
Y sí, eso creo también que está mal enfocada la campaña que sus asesores,
mercadólogos o quienes sean, han lanzado en las redes tratándola de presentar
como ¡víctima!, ante el diluvio de críticas que le cayó encima por la (no) respuesta
de su gobierno. ¿Entonces resulta que ella es la víctima de las inundaciones y los
damnificados sus detractores? Ya no la ayuden, compadres.
El ejemplo de Cuba ante la llegada de Melissa
Mientras cierro la columna, leo en CiberCuba: Noticias de Cuba, la voz digital de
los cubanos, que en Santiago de Cuba evacuarán a 258,573 personas (allá hasta
contaditos todos) ante el inminente impacto en el oriente cubano del huracán
Melissa, categoría 4, con vientos máximos sostenidos a 220 km/h y rachas
superiores, que amenaza con lluvias intensas e inundaciones. Será terrible,
devastador, por lo que sin descuidar a los nuestros, habrá que estar prestos
también para ayudar a tan sufrido pueblo (ya casi termino de leer ahora Morir en la
arena, del mejor escritor cubano vivo, Leonardo Padura, que, entre otros niveles
de lectura, es un grito desgarrador y una denuncia del sacrificio a que fue y es
sometido el pueblo cubano por la dictadura que los sojuzga). Si en el norte de
Veracruz hubieran actuado así, a tiempo, y hubieran evacuado a los evacuables,
tal vez no se hubiera perdido ninguna vida. Y pensar que no se castigará a ningún
responsable.
